por Sergio Antonio Herrera, entre Maldonado y Canelones
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Miramos hacia atrás y nos cuesta entender como fue que hicimos periodismo desde marzo hasta ahora sin morir en el intento.
Pero la idea no es seguir lamentando lo sucedido, mucho menos reiterarnos en el análisis de la pandemia, por eso, queremos "cerrar" y "arrancar".
Y para ello, no tenemos la mínima duda de que debemos seguir con la prédica de nuestro equipo en general, seguir mirando hacia adelante y "pensar el turismo", hacer lo que no se ha hecho, no permitirnos continuar buscando y usando excusas.
La nueva normalidad debe estar allí donde presumimos, a la vuelta de la esquina, vayamos hacia ella, planifiquemos acciones y estrategias concretas y dejemos atrás los discursos y los diagnósticos.
En el turismo uruguayo todos sabemos lo que está mal y muchos, lo que debemos hacer para corregirlo.
La actividad privada, más que refugiarse a la sombra del Estado y reclamar gobernanza, debe tomar de una buena vez y con altura, la iniciativa de la conducción, debe marcar el rumbo y hacer que 2021 sea el año en que los que entienden de turismo marquen la ruta. Claro, si es que los que entienden el turismo están donde deben estar.
Toda crisis trae oportunidades, no lo decimos nosotros, lo sabe el mundo entero. Definamos cuales son las mismas, conformemos corporaciones gremiales profesionales, dejando atrás el voluntarismo de algunos bien intencionados pero poco preparados y con nada de experiencia "en la cancha" para que no sigan chocando los gremios que les dan para manejar.
De una buena vez por todas, habrá que resignar protagonismos de oportunidad y ceder espacios y pagarles a quienes saben, para que hagan lo que hay que hacer.
2021 debe ser el año en que los atentos observadores empiecen a denunciar las declaraciones de intenciones incumplidas por públicos y privados.
El turismo uruguayo necesita imperiosamente convertirse en la actividad que todos creen que es pero que está muy distante de ser.
Reiteramos la contundente definición pronunciada por el Presidente Lacalle Pou en el Radisson Montevideo, el lunes 30 de noviembre: "...hay un sector del cual todo el mundo habla, pero hay poca gente especialista como es el turismo".
El o la Covid 19 nos ha dado el cachetazo inesperado a nivel mundial. Se han caído todos los mitos. España sabe que era mentira que su estructura sanitaria era la mejor del mundo y que preocupados en seguir glorificando sus almuerzos interminables y sus semanas laborales de apenas cuatros días, se descuidaron y entregaron el poder a los muchachitos; Estados Unidos comprobó con una cifra indecente de muertos lo peligroso que es votar pensando solamente en la economía interna y que al muchachito lo mataron los indios. Los brasileños despreocupados por quienes gobernaban, permitieron el carnaval de la izquierda que los depositó en el aquelarre de la derecha, mientras que los argentinos no terminan de entender como le siguen dando Messis; Borges; Fitos; Cortázares; Favaloros; Ginóbilis y muchos más al mundo, mientras se quedan con Macri, Cristina y Alberto para consumo interno.
Todo eso y mucho más pasa en el mundo y nosotros aquí, al parecer, seguimos pensando que cada uno de nosotros tenemos razón.
El turismo uruguayo está entre el CTI y la tumba y no ha cambiado nada y nadie nos anuncia que algo va a cambiar.
Públicos y privados siguen expresando declaración de intenciones mientras continúan quebrando empresas.
Los sindicatos siguen tirando de la cuerda como si nada estuviese pasando.
Hay quienes piden que se declare la emergencia turística...??? ¿para?????? ¿qué se supone que debería pasar con esa declaración?, ¿se fabricarían turistas extranjeros y se llenarían los hoteles y los restaurantes?.
Nadie tiene idea de cuando va a terminar este tormento.
Mientras tanto, ¿vamos a seguir quejándonos?
Felices fiestas.
Portal de América






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