por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
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Si el Producto Interno Bruto (PIB) nominal de Uruguay es 62.893 millones de dólares y el ingreso de divisas en 2019 por turismo fueron 1.754 millones de la misma moneda, el porcentaje de incidencia de la actividad en el PIB, no llega al 2,8%, lo cual es muy aproximado a lo que dijimos el 2 de octubre en La importancia del turismo en Uruguay y los datos oficiales
Si lo prefieren, si alguien quiere dar por buenos los números que señalan que en 2017 ingresaron 2.334 millones de dólares por turismo, debido a la inimaginable hipótesis de que ese año hayan entrado cuatro millones de turistas..., haciendo la cuenta en base a ese más que optimista y exagerado monto, el porcentaje de incidencia daría 3,7%...¿sigue quedando lejos el 8%, no?.
La anterior ministra, Liliam Kechichian hablaba en reiteración real de una incidencia del 7,7%; hace pocos días el actual ministro Germán Cardoso dijo que era del 8%, pero mucho más grave es lo de la Consultora Equipos que también marca un 8%, y lo de El País, que al igual que la casi totalidad de los medios, reitera una y otra vez este tipo de información.
El turismo que importa
A los efectos de medir la importancia de esta actividad en la economía si hablamos de ingresos, deberíamos remitirnos exclusivamente al ingreso de divisas, a la denominada función de exportación de servicios como se le atribuye y eso, lo genera únicamente el turismo receptivo y no llega al 3%.
Inflando el globo
Hay quienes, interesados en "inflar" las cifras para hacer aparecer un porcentaje mayor de incidencia de esta actividad, le agregan las supuestas cifras que "mueve" el turismo interno (traslación del lugar de gasto, del de residencia al de vacaciones, siempre dentro del mismo territorio) los 1100 millones de dólares del turismo emisivo, son los que se van, pero..."es turismo"...; las -a veces- astronómicas cifras de inversiones inmobiliarias y en algunos casos, -créase o no-, también incluyen como turismo la organización de fiestas. Bueno, estos excesos especulativos también llegamos a verlos a la hora de encontrarnos con lo increíble, tratando de "justificar" los también hipotéticos y exagerados puestos de empleo directos que "generaría" el turismo: indicaban 33 mil puestos en "transporte de carga por carretera"... (muy "turismo" ¿no?) y el colmo: 2 mil puestos en hoteles de alta rotatividad...lo que indicaría que solamente los turistas hacen el amor en Uruguay...
Entonces
Si los funcionarios de turno desean tener porcentajes reales, verdaderos, para exhibir, primero, deberían generarlos con rigor científico y para ello, habría que darle forma definitivamente a la Cuenta Satélite de Turismo (CST) que pomposamente el gobierno anterior anunció en 2009 con una inversión de 600 mil dólares y NUNCA MÁS se supo de su existencia.
Si el empresariado del turismo quiere ampararse -para sus reclamos por ejemplo-, en "la importancia del turismo en la economía del país", deberá tomarse el trabajo de justificar la transversalidad de esta actividad. Si es verdad (que lo es) que el turismo hace vender más carne, más fruta y verdura, más refrescos, más construcción, más servicios en general y por ende, más empleo indirecto, debería comenzar a integrar a los actores de esas otras actividades para trabajar por el turismo.
Si un dueño de un frigorífico está de acuerdo en que el turismo le favorece debería integrarse a la Cámara; si los bancos emisores de tarjetas de crédito aprecian un incremento de ingresos por causa del turismo, deberían ocupar una silla de esa directiva y lo mismo ocurriría con los constructores, embotelladores de refrescos, bodegueros, importadores de bebidas alcohólicas, y todos los etcéteras que quieran sumar.
En pocas palabras
Dejemos de lado el relato; bajemos al ruedo, no sigamos mirando el partido desde la tribuna, hay que entrar a la cancha.
Y no sigamos mintiendo. La incidencia del turismo en el PIB de Uruguay no llega al 3%.
¿Acaso eso invalida al sector a considerarse importante en el mapa económico del país?. No, de ninguna manera.
Pero comencemos por situarnos, por aceptar la realidad que es la única verdad. Y ella indica que hay mucho por hacer, mucho más de lo que casi todos creen.
El turismo debería y podría ser la principal actividad económica del país, PERO NO LO ES.
Creemos "Turistólogos anónimos" y trabajemos nuestra adicción a la soberbia, a la negación, al "no te metás". Eso, trabajemos.
Portal de América