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Con mucha pesadumbre que no se disimulaba en su voz, ante la consulta de Fernández en relación a que desde la Dirección de Turismo se entendía que se estaba ante un contexto muy positivo, Chaine dijo que desde principios de diciembre efectivamente había venido mucha gente pero que las tarifas que habían tenido que aplicar prácticamente anulaban la rentabilidad y estaban a un paso de perder dinero. Pero que nadie les preguntaba que pasaba a partir de hoy, de mañana, de los próximos cuarenta o cincuenta días que "sin ánimo de generar alarma, le digo claramente que van a ser calamitosos".
Más adelante Chaine agregó que "Hay hoteles que no han abierto este verano, hay otros que cierran ahora y muchos van a cerrar en febrero".
La periodista en un momento le preguntó entonces que ocurriría en su caso particular, con sus hoteles. Se refirió en primer lugar al Sotavento, del cual dijo que como tenía 16 apartamentos, en los cuales pueden entrar varias personas y donde el huésped puede cocinar, además de que se opera con poco personal, iba a continuar abierto pero en el caso del Portobello, por primera vez en 40 años de existencia ya habían decidido cerrar a partir del 1 de febrero y quizás abrir los tres días de carnaval.
"Llega un momento en el que haces "crac", lo que significa que ya te cuesta pagar las obligaciones, los salarios y eso nos lleva a tomar esta medida".
En resumen
Nos habrán escuchado y leído, en nuestra reiteraciones hasta el cansancio de cuando afirmamos que -como en la actualidad-, son principalmente los factores exógenos los que determinan el éxito o el fracaso de una temporada o de un período determinado. Todo lo que sabemos que pasa en Argentina y sus derivaciones, son la muestra más tangible de lo que decimos y ante esto, del mismo modo que cuando los argentinos nos invaden no hay mérito, ahora no hay culpa del Ministerio de Turismo o de la Intendencia de Rocha, porque los resultados exceden sus funciones.
En lo que sí no solamente hay culpa, hay un desmedido afán de las autoridades nacionales y departamentales del turismo como en este caso, al pretender torcer la realidad a través del discurso y fundamentalmente, en declaraciones a la prensa. Entre esa criticable, abusiva, incomprensible actitud de los funcionarios más la complicidad tácita (por desconocimiento de la materia), la otra non sancta que responde a la contrapartida de las pautas publicitarias oficiales, y un mínimo sector que no es menos dañino que basa su accionar en la indiferencia o en un relativo interés en los temas turísticos, se va construyendo el relato que rige, hasta que aparece un golpe de nocaut como éste, del cierre en plena temporada de un hotel emblemático como el Portobello, en uno de nuestros principales destinos turísticos como es La Paloma.
Portal de América
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