Cuento corto
Jueves, 06 Noviembre 2014
Hace poco me tenté y mandé un cuerto corto a un concurso que pedía "cuentos de oficina". Tenía que contener hasta mil caracteres, era corto de verdad y debía ir firmado con seudónimo. Nunca me enteré que pasó pero seguramente nada, ya que no tuve noticias. Estoy seguro que muchos lectores de la vieja guardia conocen la anécdota y lo publico porque hablando de otro tema con una amiga, lo volví a encontrar. Espero lo disfruten.
por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
El sereno de Varig
En los 50, Varig puso su oficina dentro de la agencia CEVI, al norte de la Plaza Cagancha del lado opuesto al Sorocabana. La ONDA funcionaba al otro lado de 18..
El buen humor reinaba allí y planchar carbónicos, ir a buscar la llave del clearing o el candado de la cadena ANDEBU eran los mandados obligados de todo nuevo cadete.
Julián hacía poco había llegado de Artigas y ese día iba por primera vez a suplir a José el sereno que estaba internado.
Cuando quedó solo en el inmenso espacio, observó fascinado el mobiliario y los afiches con paisajes.
No había entendido bien el aviso de Hugo uno de los jefes antes de irse, señalándole un aparato con teclas con letras: "no estamos seguros pero parece que anda un fantasma que viene a escribir a máquina de noche".
Julián barría y de pronto el extraño aparato empezó a hacer ruido y azorado vio como aparecían palabras en el rollo de papel de arriba de las teclas.
¡Tomá fantasma!! gritó y a escobazo limpio destrozó el telex.
El Negro
Portal de América






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