¿Qué hacer con Aerolíneas Argentinas?
Lunes, 04 Abril 2022 12:56

¿Qué hacer con Aerolíneas Argentinas?

El exministro (Hernan Lacunza) resalta que la Argentina tiene un nivel de Estado que representa el 38% del PBI, que “no se puede financiar”. “Es decir, no podemos tener un Estado del 38% del producto y recaudar el 30. Ahí, faltan ocho puntos: eso es deuda o inflación”, puntualiza. Sintetizando al máximo intentaremos esbozar algunas ideas sobre el posible futuro de Aerolíneas Argentinas, teniendo en cuenta esta idea expuesta por Juan Carlos de Pablo en la edición del pasado 3 de abril en el diario La Nación: “…Teorizar sobre la base del último dato, y particularmente encontrar una tendencia comparando el último dato con el anteúltimo, es muy común entre periodistas y entre dirigentes políticos. Pero en economía es muy poco profesional. Quien esté interesado en el futuro de cualquier variable, lo primero que tiene que graficar es su pasado. Ejemplos: 20 años en los casos del PBI y el balance comercial, una década en el de la tasa de inflación.”

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. @Rizzi007

Como diría algún militar, el cuadro de situación económica del Estado en general y de Aerolíneas Argentinas en particular es que el inveterado déficit fiscal del primero y la sucesión de pérdidas de la línea aérea son intolerables.

En el caso de Aerolíneas Argentinas, la cosa se agrava porque una parte importante de sus gastos son en moneda fuerte, dólares y euros, que la empresa es incapaz de generar y de los que el Estado carece.

En el último balance presentado (2020), Aerolíneas Argentinas registró una pérdida de $50.429.477.055,00 equivalente a u$s 596.798.545,00, (TC 31/12/20: 84,50), se reitera que, la empresa sólo puede continuar operando si el Estado continúa con sus aportes periódicos, su deuda comercial y financiera supera los u$s 850 millones.

En el ejercicio cerrado el 31 de diciembre de 2019, último ejercicio normal, la pérdida neta fue de $36.123.140,985,00 equivalente a u$s 605.179.108,47 (TC 31/12/19: 59,69), se insiste en el informe de los auditores que la empresa necesita de los aportes periódicos para su normal funcionamiento.

Esta necesidad es constante.

Comparando ambos balances se da la paradoja que la empresa disminuyó sus pérdidas, volando menos debido a la “peste”.

En los últimos 50 años si mal no recuerdo, la empresa tuvo un sólo balance con números azules o un ligero equilibrio durante la segunda gestión de Juan Carlos Pellegrini, ya como presidente, antes había estado como gerente general.

En todos esos años la Argentina ha tenido déficit fiscal que, si bien en algunos años era administrable, en la actualidad como lo afirma Hernan Lacunza, esos 8 puntos negativos entre recursos y gastos son intolerables, al tiempo que son una de las causas de un proceso crónico inflacionario en crecimiento, con una grave distorsión de precios relativos y altos números de pobreza e indigencia.

Es indudable que Aerolíneas Argentinas es una de las “multicausas” del déficit fiscal.

En este cuadro muy crítico de situación económico financiera y social, es imposible pensar en salidas tipo “shock” como hubiera sido posible en 2015, y más bien habría que pensar en un programa actualizado y mejorado del “Plan Austral de 1985”, que el FMI en esos años aceptó, que además frene la inercia inflacionaria.

No sé cómo llamar a una adecuación imprescindible entre recursos, gastos y las respectivas prioridades. Si eso se llama “ajuste” bienvenido sea.

Los pocos números expuestos en esta nota mostrarían que Aerolíneas Argentinas es inviable de modo absoluto y que el Estado debería liquidarla, lo que también tendría un costo, dado que sus activos son mínimos con relación a sus pasivos, pero ese costo sería el precio de resolver el problema.

Sería un alivio de gasto fiscal para las futuras generaciones, se respetaría un principio de justicia social, pero a un alto costo presente.

Ahora bien, ya en campaña política el problema “Aerolíneas Argentinas” se está planteando de modo utópico, unos hablan de “privatización” como Mauricio Macri, referente del PRO y otros como Gerardo Morales presidente de la UCR la defiende porque realiza “vuelos federales” (sic). Por el momento ambos partidos integran la coalición “Juntos por el Cambio” de muy dudoso futuro.

Las dos posiciones demuestran desconocimiento del problema y liviandad extrema en las propuestas. Ninguna se puede tomar en serio.

Hoy es impensable privatizar a Aerolíneas Argentinas, creo que ni siquiera regalándola sin pasivos, lo que obligaría a aportar más de mil millones de dólares. Por otra parte Mauricio Macri descarga la cosa o el problema en la persona de Pablo Biro, que tuvo excelente relación con la primera Presidente de la empresa de su gobierno. Pienso que en la palabra “privatizar” esconde su cierre.

El fundamento dado por Gerardo Morales es infantil y no voy a perder tiempo en su consideración.

No creo posible su cierre y liquidación por la grave situación social que podría ser la chispa para un estallido, por eso la posible solución exigirá fortaleza, prudencia y templanza.

Es imprescindible una política que cause el mínimo dolor social.

Mi idea es que debemos partir del costo de su cierre y liquidación (pagos de pasivos más indemnizaciones) que se podría estimar en alrededor de mil quinientos millones de dólares como piso, que el Estado no tiene disponibles, y serian el 3% del plan de facilidades extendidas suscripto por el gobierno con el FMI.

Dicho en palabras más simples, el gobierno contrajo un crédito de 44 mil millones, con cuatro años de gracia, para pagarle al propio FMI los 40 mil millones del crédito contraído por el gobierno precedente, que de ese modo ha sido cancelado totalmente, contrayéndose una nueva deuda por 4 mil millones más, con lo cual la deuda inicial se incrementó en un 10%.

Mi idea sería suspender por un plazo mínimo de cinco años los vuelos internacionales de largo recorrido.

Esos vuelos facilitan el turismo emisivo y la salida de dólares que por otra parte la empresa no genera ya que las ventas se realizan en moneda local, el 75% se vende localmente. En este punto ya se genera una pérdida de divisas, el pago en pesos no genera dólares.

Aclaro que durante mi gestión, pese al esfuerzo desplegado por los respectivos gerentes del exterior y la casi nula disponibilidad de medios, fue muy poco lo que se pudo hacer. También poco fue lo que pudimos impulsar las ventas directas, creo que apenas se logró un crecimiento inferior al 10%, es cierto en un breve plazo de unos seis meses.

Habría que cancelar los leasings de las aeronaves afectadas a esos vuelos y negociar el pago de las deudas resultantes.

En ese plazo de cinco años habría que realizar una intensa campaña publicitaria para desarrollar en el turismo internacional el destino ARGENTINA y en lo posible Latinoamericano, lo que exigiría una coordinación de políticas en el tema específico del turismo.

En ese plazo Aerolíneas Argentinas podría retomar su actividad de largo recorrido, como facilitador y medio de transporte para incrementar el turismo receptivo, es decir, comercializar como piso el 75% de la capacidad disponible en el exterior.

Los talleres de la empresa deberían incrementar la oferta de servicios a terceros.

En el cabotaje local y regional será imprescindible un ajuste de la oferta a la demanda y un régimen de subsidios al segmento de la demanda que carezca de recursos y medios alternativos de transporte. Quizás el limite debería fijarse en una distancia promedio mínima de 700 Km o de más de seis/ocho horas de duración.

Es imprescindible el diseño de una política de transporte teniendo en cuenta la posibilidad inmediata de servicios con un mínimo de razonabilidad según el estado de la infraestructura que, hoy en materia vial y ferroviaria es en general precario. Debe desarrollarse un programa de cuatro años teniendo cuenta el plazo de gracia del nuevo programa de facilidades extendidas.

Se deben proveer fondos para un plan de retiros y de licencias compulsivas por un plazo máximo de cinco años.

Si en ese lapso la empresa no logra ser sustentable, habría llegado el momento de su liquidación.

Por ultimo para materializar esta idea política, es necesario tener capacidad de persuasión, trabajar con todo el personal de la empresa y especialmente confiar en que se genere la esperanza que el futuro de la empresa dependerá del esfuerzo que pueda hacer su personal, incluso el que opte por el retiro voluntario, sea parcial, bajo el modo de una licencia manteniendo por ejemplo los servicios de asistencia médica y educativa para los hijos en esa situación, para el grupo familiar, o definitivo.

Portal de América

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