Aerolíneas Argentinas al borde del disparate. (El lease back de su flota propia)
Jueves, 12 Mayo 2016 19:03

Uno de los Embraer 190 de Austral que Isela Costantitni vendería Uno de los Embraer 190 de Austral que Isela Costantitni vendería es.m.wikipedia.org

 “La necesidad de recursos hace que la posibilidad de un “sale and lease back” para alguna de las flotas, siga latente. Al punto, que ahora ya no solo se habla de la A330-200 y los B737-800 sino que se analiza la alternativa de los 20 primeros Embraer de Austral. En la empresa dicen que no hay nada concreto, pero que ninguna alternativa de financiación se descarta.” Aviacion News 12/5/2016.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Dicen que la desesperación es mala consejera, y la noticia que nos ratificó “Aviacion News” en su última edición, parece demostrarlo.
Me dicen fuentes amigas que Isela Costantini no se imaginaba que le podían cortar drásticamente  los aportes financieros, por no llamarlos subsidios, fijados en el presupuesto para el año en curso y menos aun que se los podían reducir.
Pero así fue.
Cuando analizo un problema o realizo una crítica, siempre intento ponerme en el lugar del otro y en este caso intento imaginarme que haría en esa misma situación.
No se si pensar de ese modo es una virtud o un vicio, pero así es mi forma de ser.
Confieso, no se me hubiera ocurrido recurrir a la figura del “lease back”, porque partiendo de lo informado por el portal de Garcia Rúa,  con esa figura solo se lograría debilitar patrimonialmente a la empresa e incrementar su endeudamiento, ni siquiera tendría el efecto de una aspirina para calmar un dolor consecuencia de una grave enfermedad.
Seria lisa y llanamente una “chambonada” que pondría en duda la letra de cualquier curriculum.
El dinero que se podría obtener mediante esa operación sería destinado a cubrir gastos corrientes que ni alcanzarían a cubrir con los u$s 260 millones comprometidos por el Poder Ejecutivo el total de subsidios que habría presupuestado Isela Costantini que eran u$s 420 millones, pero aunque los cubriera si se encontrara un “lessor” extremadamente generoso, el problema para el 2017 sería más grave.
Claro está, ese dinero la ayudaría a esconder o disimular su hasta ahora floja gestión, con buenas intenciones según lo destacamos en este portal hace algunos días, pero que no se materializan en hechos concretos. En Aerolíneas Argentinas no se notan  esos pequeños cambios que marcan un buen rumbo.
Ahora será más difícil corregir el rumbo, pero también debo destacar que el gobierno de Mauricio Macri, no le hace asco a la corrección de sus errores.
El camino es otro consiste en elaborar un plan de crisis, que debió haberse hecho al iniciarse la nueva gestión  y allí se pondrá a prueba la voluntad real de “salvar a Aerolíneas Argentinas”, porque una cosa es decirlo de la boca para afuera y otra es sentirlo y realmente comprometerse para salvar a la llamada “línea de bandera”.
La cuestión es arreglarse con lo que se cuenta sin incrementar el endeudamiento, máxime en una actividad de baja rentabilidad y mínima productividad en el caso especifico de Aerolíneas Argentinas.
Por ejemplo cuanto se ahorraría suprimiendo todo servicio de abordo en cabotaje, incluso en algunos vuelos largos, que son pocos se podría ofrecerlos en venta. Se podría disminuir la franquicia para el transporte de equipajes, en fin debería tomarse el ejemplo del “low cost”.
Para ser honesto un programa de crisis implicará financiar retiros, modificar convenios colectivos de trabajo si realmente se pretende no solo mantener una fuente de trabajo sino de una buena vez intentar tener una empresa sustentable. Además modificar políticas que siguen vigentes a pesar de sus pésimos resultados.
Es una inmoralidad que se destine parte de los impuestos que pagamos los contribuyentes para subsidiar una oferta prescindible, por lo menos en el tráfico regional e internacional, cuando hay necesidades básicas insatisfechas para un 30 o 40 por ciento de la población, que somos nosotros, vale la pena recordarlo.
No es más endeudamiento como podrá recuperarse a Aerolíneas Argentinas.
La vía del lease back es ponerle fecha cierta a un destino aun incierto porque aun no se le dio a su personal la oportunidad de mostrar  que es capaz de mucho mas.
Se está a tiempo para evitar  cometer un grosero disparate.
Portal de América

Comentarios  

Aunque hemos disentido en varias oportunidades, estoy de acuerdo con todo lo expresado por el autor del artículo. Yo también fui Gerente de Aerolíneas Argentinas, en el país y en cinco países americanos, europeos y africanos, con extensiones representativas a quince más, durante más de cincuenta años. Viví y colaboré en la época más exitosa de la empresa que, en su actividad, llegó a ser considerada entre las cinco mejores del mundo, por los organismos y revistas especializadas.
Sabemos que en los últimos diez años se constituyó en una unidad básica kirchnerista y abandonó totalmente sus funciones como empresa de aviación comercial. Alimentada con subsidios desmedidos, estuvo cercana su quiebra escandalosa. Negociados, coimas, malversación de fondos era cosa cotidiana que la llevó una pérdida insólita de dos millones de dólares diarios, algo nunca visto en la historia de las líneas aéreas del mundo.
No sabemos si el exitoso empresario y jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri conoce la gran importancia que tiene para el país el mantenimiento de una línea aérea en un alto nivel técnico y comercial que le permita una sana competencia en el orden internacional y doméstico, como lo fue en épocas anteriores y lamentablemente olvidadas.
La refundación de Aerolíneas Argentinas no es un caso de magia ni de milagros, sino simplemente de que los directivos tengan un completo y exhaustivo conocimiento del manejo de una compañía aerocomercial. Tanto el gerente comercial, como el de operaciones, el de mantenimiento, el contable o administrativo y el de personal deben ser profesionales en la materia y experimentados en los distintos tipos de mercado. Los asesores legales deben ser especializados en derecho aeronáutico y derecho internacional.
Todos deben hablar el idioma inglés, condición “sine qua non”, dado el carácter de empresa internacional que vuela a diversos países del mundo.
Si esto hubiera sido considerado desde el inicio de actividades del nuevo gobierno, otra sería la visión que tendríamos de la empresa. Pero ya desde la designación de su cabeza, en la persona de una exitosa empresaria ligada al sector automotor, pero ajena totalmente a una actividad distinta, como la de una compañía de aviación comercial, nos dio la pauta de una visión equivocada, que se fue acentuando con el correr del tiempo. Aquí me pregunto como Rizzi lo insinúa, ¿hubo voluntad real de “salvar a Aerolíneas Argentinas?, porque una cosa es decirlo para afuera y otra es sentirlo y realmente comprometerse a la llamada “línea de bandera”.
Debemos reconocer que el gobierno en muy poco tiempo ha tomado medidas excelentes, alguna duras, otras no tanto, pero que en el fondo nos reconcilia con el mundo civilizado. Pero personalmente me siento defraudado porque en lo que a mí respecta, y sé que a otros también, me veo defraudado en tres objetivos en los que me mostraba confiado y por los que me decidí a dale mi voto. 1. La solución de los problemas de los jubilados en todos sus aspectos, el 82% móvil y el pago de las sentencias firmes de sus juicios, como legalmente corresponde. 2. Restablecimiento inmediato de los derechos humanos para todos, sin excepción, que comprende la investigación judicial de la legalidad de los juicios a que son cometidos los presos políticos imputados por delitos de lesa humanidad que, en sórdido cautiverio, han muerto más de 350.
3. El renacimiento de Aerolíneas Argentinas para el cumplimiento de sus específicas funciones, bastardeadas por el aluvión de hordas camporistas que la destrozaron por completo.



El camino es otro consiste en elaborar un plan de crisis, que debió haberse hecho al iniciarse la nueva gestión y allí se pondrá a prueba la voluntad real de “salvar a Aerolíneas Argentinas”, porque una cosa es decirlo de la boca para afuera y otra es sentirlo y realmente comprometerse para salvar a la llamada “línea de bandera”.

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