La calidad de las decisiones y sus consecuencias (en esta nota limitadas al turismo)
Jueves, 02 Agosto 2012

Muchas veces hablamos de la “administración” para referirnos a los gobiernos, ya sea de los países, las organizaciones intermedias y hasta de la propia familia. Sin embargo pocas veces nos detenemos a pensar en lo que significa “administrar”. La Real Academia nos dice que una de las acepciones de la palabra “administrar” es  “Ordenar, disponer, organizar, en especial la hacienda o los bienes”. Como vemos la tarea de administrar tiene que ver con la acción de gobierno y de dirección.
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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires


Para simplificar gobernar y administrar tiene que ver con la toma de decisiones y más aun con la calidad de las decisiones.
Conviene aclarar que ante los estados las personas tienen un triple estado, sea como  “ciudadanos”, es decir el derecho para ejercer  los derechos políticos, elegir y ser elegido.  Otro estado es el de “administrados”, es decir nuestras actividades y nuestros derechos y obligaciones son reglamentados, sea bajo la forma de leyes, decretos o resoluciones, por el Estado.
Finalmente somos “contribuyentes” es decir pagamos impuestos, tasas y contribuciones.
Este triple estado nos convierte en objeto de la “administración pública”  entendida en su más amplio sentido.
Esto significa que a todos nosotros nos debe importar la calidad de las administraciones, porque de su calidad dependerá por lo menos una parte importante de nuestra vida.
La calidad es el conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor, dice la Real Academia y en otra acepción referida a la “calidad de vida” nos dice que es el “conjunto de condiciones que contribuyen a hacer agradable y valiosa la vida”.
En términos políticos diríamos que el objetivo de todo gobierno debe apuntar a promover el “bien común” y para ello nos debe importar la “calidad de sus decisiones”.
El objetivo de esta breve nota está referido a la “calidad de las decisiones” obviamente me refiero a las decisiones políticas, es decir a las que tienen que ver, como ya se dijo, con la búsqueda del bien común.
Estimo que en todo gobierno debemos distinguir entre  las “cuestiones” y los “problemas”, diría que las “cuestiones” tienen que ver con la política y los “problemas con la “administración.
Ilustraremos esta distinción con algunos ejemplos.
Por ejemplo cuando el gobierno argentino asumió el control de Aerolíneas Argentinas y de YPF decidió una “cuestión” es decir fijó una política, elevando el transporte aéreo y la actividad petrolera como prioridades políticas del Estado, no ya del gobierno.
Ahora bien una vez tomada la decisión viene la tarea de ejecución de esa decisión que queda delegada en otros niveles de la administración pública, diría vienen los problemas que se deberán ir resolviendo, es decir viene la tarea administrativa propiamente dicha para implementar y ejecutar aquella decisión.
En el caso de Aerolíneas Argentinas podríamos estar en presencia de un decisión correcta al resolverse su expropiación y una pésima ejecución de esa decisión.
Lo mismo puedo decir del Uruguay, el gobierno tomó la decisión política de “cerrar Pluna”, con ello resolvió una “cuestión”; luego la ejecución de esa decisión quedó en manos del Parlamento para reglamentarla y de otros funcionarios para ejecutarla, tarea que en este caso se divide entre funcionarios administrativos y judiciales.
En este caso la decisión puede ser calificada, en Argentina en general se la consideró acertada y ello se debe a la comparación y experiencia de lo ocurrido con Aerolíneas Argentinas que este año costará al erario mas de u$s 850 millones.
En el Uruguay esa decisión ha sido cuestionada y parecería que fue apresurada.
Lo que si creemos que es equivocada fue la ejecución de la decisión especialmente la sanción de la ley que sustrajo los principales activos lo que implicó virtualmente lo que llamaría “tupacamarusación” de la empresa y en mi opinión un menoscabo a la ley de concursos, bajo cuyo régimen se podría incluso haber continuado con su actividad y en definitiva ponderar su viabilidad.
El reproche vale para los anteriores administradores de la empresa por no haber usado esa vía cuando advirtieron el estado de cesación de pagos.
Otro ejemplo en Uruguay se ha implementado un programa de turismo social, esa fue la decisión política, luego viene la ejecución o implementación, que según nuestra información tampoco ha sido de buena calidad.
Creo conveniente aclarar que no debemos confundir la calidad de una  decisión con una mala ejecución o implementación y a veces ocurre que una mala decisión es corregida por una administración de calidad.
En esta parte es donde juega la calidad de la administración pública y donde adquiere vigencia la condición de la “idoneidad profesional” como única condición de acceso a la función pública.
Como se advierte las “cuestiones” que definiríamos como “problema de problemas”, que debe resolver un gobierno son pocas comparando con los problemas que se presentan a diario a cualquier administración pública.
Las “cuestiones” son las que determinan lo que damos en llamar políticas de estado, es decir aquellas que continúan los diferentes gobiernos que se van sucediendo en un régimen republicano, con los matices diferentes en su ejecución según varíen las concepciones de los diferentes partidos, pero  insisto, las políticas se continúan y creo que son  claros ejemplos, Brasil, Chile, Uruguay  y ahora parecería Perú y Colombia.
Existe el riesgo de convertir en cuestiones, hechos que no son tales, por ejemplo no constituye “cuestión” la inauguración de un aeropuerto que solo operara dos vuelos por semana o un frigorífico que procesa carne de cerdo o un establecimiento textil o lo que sea. Estos hechos no influyen en la vida de “todos y todas”, a lo sumo de unos pocos y el bien común abarca a “todos y todas” no a “unos pocos y unas pocas”.
También ocurre que no se asumen como “cuestiones” hechos que si lo son, como por ejemplo la inflación, el estancamiento de la economía y la inseguridad o cuestiones de relacionamiento con los diversos países del orbe, especialmente con los vecinos a los que solemos llamar “hermanos” y destratamos como ocurrió días pasadas con la desplazada, Beatriz Paglieri, actual secretaria de comercio exterior en las negociaciones comerciales con Brasil, debido al escándalo que generó, para suplir su ignorancia, en la última cumbre del Mercosur en Mendoza con su par brasileño Tatiana Prazeres que le exigió “baje el tono”, luego de amagar con dar por finalizada la reunión.
Estos hechos suelen ser ignorados o lo que es más grave banalizados o trivializados lo que constituye más que una acción, una reacción de contenido neurótico por el temor a enfrentarse a “cuestiones” cuya solución podrían exigir esfuerzo y sacrificio y sobre todo “autoridad” por parte del gobierno.
Yendo más lejos aun podríamos afirmar que esas cuestiones se ignoran o trivializan porque implícitamente se reconoce 1a carencia del liderazgo que debe  nacer de la propia autoridad, atributo que denota idoneidad y ejemplaridad.
Dicho en otras palabras se afecta de “legitimidad de ejercicio” que se demuestra en las últimas encuestas con las caídas de imagen de la Presidente a la par del aumento de su imagen negativa.
En estos casos la ausencia de decisiones sobre cuestiones que afectan al bien común paradójicamente  constituyen decisiones, ya que la decisión consiste no ya en ignorar la cuestión sino lisa y llanamente en su negación.
Ante una “cuestión” lo primero que hay que decidir es la existencia real de la “cuestión”.
En el caso de Argentina la inseguridad y la inflación son cuestiones que el gobierno decidió como inexistentes.
Hoy se supo según una encuesta hecha por la Universidad Católica que nos dice que en la ciudad de Buenos Aires durante 2011 el 36% de los porteños fueron víctimas de delitos, contra un 31% del año 2010, por el contrario en la Provincia de Buenos Aires la tendencia se mantuvo estable en un 26% para los años 2010 y 2011 y en la ciudades del Interior en el 29% para ambos periodos.
En fin existe en la ciudad de Buenos Aires una cuestión con la seguridad, pero el gobierno decidió que no es tal. Obviamente la calidad de la decisión es mala.
Respecto a la inflación hay un dato que tiene que ver con el turismo y proviene de información oficial.
Veamos el INDEC reportó en su última Encuesta de Ocupación Hotelera que en mayo pasado 265.715 turistas no residentes se hospedaron en los hoteles del país, una merma de 11,8% respecto a igual mes del año anterior, y que en los primeros cinco meses del año el número de extranjeros en los hoteles del país fue de 1.952.289, una baja de 8,2% contra igual período de 2011. El INDEC también admitió una caída en el gasto de los turistas extranjeros, ya que en los primeros cinco meses del año dejaron u$s 1.409 millones, 7,5% menos que los 1.524,5 millones de igual período de 2011.
Este dato implica que el turismo receptivo, equivalente a la exportación de turismo se vio afectado por la inflación y el retraso del tipo de cambio, que obviamente dañan al turismo receptivo ya que el país se encarece.
Estas dos variables indican que hay una cuestión grave en la economía, podríamos discutir si una inflación del 2% mensual constituye una cuestión. Para ello vale la pena comparar y si en los países de la región la inflación no supera el 6% anual y ese índice ya se considera cuando menos “problema” en Brasil, es obvio que un índice del 2% mensual ya configura una “cuestión”, que el gobierno decidió negarla.
Otra decisión de mala calidad.
En cuanto a la calidad de las decisiones el mundo tampoco nos brinda buenos ejemplos y prueba de ellos es la situación que está viviendo el “euro” cuya continuidad muchos especialistas ponen en duda y la crisis de varios países de la eurozona cuya resolución aun sigue pendiente.
En mi opinión la gran cuestión es ética ya que lo que se discute, aunque sin mencionarlo, es quién y cuándo se pagará esta fiesta alimentada por “euforias irracionales”,  que se vivió en Estados Unidos y Europa en los últimos diez o quince años que nos hizo creer, o mejor dicho hizo creer a muchos, no a “...todos y todas...” que se puede generar riqueza de la nada, en la mera especulación, habiéndose creado una serie de instrumentos financieros con la complacencia política, que en definitiva al crear una mera sensación de bienestar permitió ganar elecciones a los oficialismos que luego la crisis convirtió en derrotas estrepitosas.
En esos casos los gobiernos tanto de EEUU como de Europa decidieron no solo negar la cuestión sino facilitar esa “euforia irracional” y así les fue aunque como diría mi tía abuela quien les quita lo bailado...
Creo que la gran cuestión y es en definitiva lo que plantea Angela Merkel sin decirlo es si esa “fiesta inolvidable” de las euforias irracionales la pagará esta generación o las futuras, lo que no deja de sonar como injusto, ¿no...?
Alan Greenspan dice: “No podemos funcionar sin un conjunto de valores que guie la multitud de decisiones que debemos tomar todos los días. La necesidad de valores es congénita...”.
En definitiva se trata de la calidad de las decisiones...

Portal de América

Comentarios  

Excelente nota amigo Luis. Estamos faltos de estadistas y dirigentes idóneos como excedidos de políticos improvisados y deshonestos.Ausentes del planteo y búsqueda de cuestiones comunes como muchas veces de buenas decisiones

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