La actividad turística no hubiera tenido su crecimiento sostenido, de no haber sido por la interacción con el desarrollo del transporte aéreo.

por el Doctor Julio Facal, desde Montevideo

Si bien hasta los años 70 el transporte aéreo era elitista, a partir de dicha década hubo un crecimiento explosivo y sostenido de dicha actividad, apoyada por algunos factores como  el diseño de nuevas y mejores aeronaves (fuselaje ancho) con mayor aprovechamiento de los asientos, tarifas menores y más competitivas, innovaciones tecnológicas asociadas a la actividad, y mayor demanda de turismo por vacaciones entre otros factores .
Los viajes intercontinentales pasaron a realizarse exclusivamente en avión, incrementándose también el tráfico de tramos más cortos .
Por tanto podemos decir que en la actualidad hay una relación casi indisoluble entre le transporte aéreo y el turismo, por lo que entendemos que ambas disciplinas deberían estar íntimamente relacionadas y coordinadas.
Increíblemente existen numerosos puntos de rispidez entre ambas disciplinas; la primera la discusión acerca de si cielos abiertos “ o no; que  más allá de las bondades de la liberalización del transporte aéreo, debe quedar claro que el ordenamiento es un factor fundamental en este punto; en el préambulo de la Convención de Chicago de 1944, se hace hincapié en la necesidad de Convenios Bilaterales, con algunos principios fundamentales ; la aviación civil debe ser segura y ordenada , la necesidad de que los estados satisfagan servicios aéreos internacionales en el marco de la igualdad de oportunidades; y que todo servicio aéreo se cumpla eficaz y económicamente viable.
Sin duda alguna, el comercio internacional, turismo, relaciones exteriores y la  defensa del Estado van de la mano. Dentro de la problemática sin embargo, en ese proceso liberalizador uno de los problemas a solucionar es que aquellas rutas que pueden ser estratégicas para el Estado,  pueden no tener valor económico para las líneas aéreas. Por lo que los Estados deberían definir estos aspectos intentando paliar conjuntamente con las empresas estrategias aerocomerciales y turísticas que vayan de la mano.


2) LA NECESIDAD DE COORDINAR LAS POLÍTICAS TURISTICAS Y AEROCOMERCIALES.

Pensamos que en la medida que el Estado defina el interés prioritario y estratégico del turismo tal como fuera establecido en nuestra ley (dec.ley 14.335) deberían instrumentarse planes estratégicos que combinaran ambos intereses que fueran sostenibles y sustentables.
Un buen avance en este sentido, lo constituye el hecho de que el organismo en materia de turismo en nuestro país tenga rango de Ministerio. Si bien no compartimos que se encuentre junto al Ministerio de Deportes,  pensamos que debería apostarse a una mayor integración   en la dirección del Ministerio de turismo, incluyendo  funcionarios del Ministerio de transportes de  la Dinacia (dirección Nacional de Aviación Civil) y Junta Aeronáutica y viceversa .
También debería determinarse aquellos sectores estratégicos en cuanto a corredores o circuitos turísticos se refiere como forma de delinear políticas de inversión para atraer turistas y fomentar rutas de acceso en cuyo diseño necesariamente deben participar los especialistas del sector.
Por otra parte la cooperación entre las compañías aéreas es fundamental para el desarrollo de ambas disciplinas, los acuerdos de código compartido entre otros, que hagan a la ocupación  de los vuelos rentable y sostenida en el tiempo .
La libertad tarifaria es fundamental, pero el Estado debe intervenir cuando existen distorsiones entre los competidores en las cuales se encuentre en juego el interés general,  aplicando entre otras ,  las normas sobre competencia.
Pensamos que la coordinación interadministrativa, la participación del turismo en el intercambio de derechos  aerocomerciales, la desregulación tarifaria y la liberalización del transporte aéreo que traiga como consecuencia un aumento de número de aerolíneas sumado a una disminución de tarifas aéreas con más rutas y por tanto incremento de turistas,   deberían ser los objetivos.

Por otra parte la necesidad de comenzar a  ver a los aeropuertos, (Carrasco es un ejemplo) como un verdadero  recurso turístico y como empresa  comercial de servicios a disposición del  turista y como parte de la llave estratégica de facilitación y promoción del turismo, debería ser un objetivo. Una legislación adecuada y beneficios al sector así como la Integración del operador aeroportuario a las políticas turísticas y aeronáuticas darían como consecuencia la facilitación y seguridad como aliados para el turismo. Esto redundaría en la simplificación del viaje para el turista, lo que se traduce en  mayor eficiencia, reducción de costos y menor tiempo de espera para el pasajero. Coordinar la política de migraciones, el despacho de pasajeros y equipaje la lectura de  documentos (OACI), la coordinación entre operadores turísticos y aeroportuarios en la asignación de slots, son cuestiones fundamentales y creemos que son los desafíos que el turismo, el transporte y los aeropuertos tienen por delante.

3) CONCLUSIONES. DESAFIOS DEL TURISMO y el TRANSPORTE AEREO.
Se trata en definitiva de crear un marco adecuado para el desarrollo de su actividad, con reglas claras que fomenten y protejan el turismo, con la coordinación con el transporte aéreo  en la vida turística como un actor fundamental para su crecimiento.
La modernización legislativa (la necesidad de una nueva ley de turismo  como un cuerpo orgánico de normas con principios propios), la necesidad de redefinir  un concepto de turismo basado en el avance y desarrollo que ha tenido la disciplina en los últimos años reflejando  la importancia que ha tenido la actividad  parece básico.
Una nueva ley debería  redefinir conceptos, pero también roles y competencias.
El rol del Estado en materia de turismo, la coordinación y la cooperación interadminstrativa ,y  la coordinación de políticas nacionales y municipales.
La creación de nuevos organismos de promoción fomento y desarrollo, de asesoramiento y apoyo a la actividad parecen fundamentales en estos tiempos.
La coordinación de las normas vigentes en materia de tratados internacionales con las normas nacionales (defensa del consumidor, convenciones internacionales del transporte aéreo, sumado a la necesidad de financiamiento para los distintos sectores y una imprescindible profesionalización parecen ser los ingredientes.
Todo esto debe  sumarse a la coordinación interadministrativa planteada anteriormente; la necesidad de que,  en el intercambio de derechos aerocomerciales,  intervengan funcionarios vinculados al Ministerio de Turismo como forma de desarrollar políticas turísticas, aerocomerciales y aeroportuarias conjuntas.
En definitiva, la necesidad del desarrollo de un sistema legislativo integrado  en donde la participación del Estado, el transporte aéreo y los aeropuertos sean verdaderos aliados estratégicos, debería ser la meta.

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