por Fernando Zás, desde Parque del Plata, Uruguay
Ayer por la tarde, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump anunció el cese de los vuelos del 737 MAX, ya en la mañana lo habían hecho Canadá y Panamá. Con esta decisión, los casi 400 Boeing 737 MAX que operaban alrededor del mundo están en tierra, esperando los informes del accidente en Etiopia y las soluciones o informes técnicos del fabricante, y luego, el análisis y evaluaciones de las diferente autoridades de aviación civil de cada Estado o bloque de naciones.
Y ayer decíamos, crisis empresarial… y lamentablemente no estamos lejos, Boeing perdió en la bolsa de Nueva York en 2 días, unos 25.000 millones de dólares, una cifra astronómica, aunque lejana aún de las ventas a futuro del 737 MAX, aproximadamente unos 400.000 millones de dólares.
Pero no queremos profundizar en temas que no son de nuestra especialidad, además que ellos ocurrirán en un futuro cercano; hoy deberíamos tratar de ver el futuro de los MAX y como podrían afectar a las compañías.
Cada compañía que está, o mejor dicho estaba operando el MAX, está reprogramando sus vuelos, recordemos que en aviación los aviones se usan lo más posible, deben optimizarse al máximo y no se hace como en los años 60 que algunas compañías tenían un avión siempre listo por si fallaba alguno de su flota. Para poder ser rentables hay que volar muy bien, seguro y mucho.
Afortunadamente como es un modelo recién incorporado, las flotas aun son pequeñas en proporción, veamos algunos ejemplos: American Airlines tiene alrededor de 950 aviones, pero solo 24 MAX; Ethiopian tiene 100 aviones, solo 4 MAX; situación similar a Copa con 6 MAX en una flota de 100, Southwest con 750 aviones y 34 MAX, o Aerolíneas Argentinas con 56 aviones y 5 MAX.
Aquí vemos lo que analizábamos en la primera parte de este trabajo, el accidente en África nos puede afectar, probablemente nos movamos en alguna de estas aerolíneas y hagamos conexiones a destinos que podrían estar servidos por un MAX, ahora.
Los departamentos comerciales, tripulaciones y operaciones de cada aerolínea, deberán tratar de reprogramar y modificar su malla de rutas para poder seguir cumpliendo los itinerarios previstos.
Pero lo más crítico para todas ellas, estará en definir cómo van a seguir operando sus rutas, (la planificación de una línea aérea es de varios años por delante, se ajusta el sistema de comercialización y rutas para los ingresos de nuevos equipos, los mecánicos, pilotos, auxiliares, nuevos aeropuertos, etc.). ¿Cómo van a manejar su crecimiento y sus destinos planificados para un MAX?, lo que ahora deberán recalcular con otro tipo de avión con diferente capacidad y autonomía; un rompecabezas que puede sostenerse un tiempo, pero que necesita conocer si el MAX vuelve a volar en un corto, mediano, o largo plazo, y los CEOs de las empresas empiezan a tratar de que les respondan algunas interrogantes:
¿Cuanto tiempo estarán los aviones en tierra?
¿Cómo hacemos frente al exceso de tripulaciones, mecánicos, tráfico, reservas, etc.?
Tenemos un pedido de muchos MAX y sus fechas de llegada, ¿como nos ajustamos a eso?
Boeing hasta ayer dijo que todo estaba bien, que ya se había corregido el tema operacional..., pero hoy, están todos los aviones en tierra.
Tampoco perdamos la perspectiva del avión, el 737 es un gran avión, con un gran récord de seguridad y confiabilidad, con más de 10.000 de ellos volando.
Un equipo que ha hecho crecer y ser muy prósperas a muchas compañías, y hoy lo estamos defenestrando, ¿pero que le han cambiado? ¿Que lo hizo ser la oveja negra del rebaño?
En el último análisis veíamos que Boeing ha querido seguirlo produciendo modificándolo lo suficiente sin que pierda su certificación de tipo 737, y con una sola razón, evitarse la creación de un nuevo tipo de avión, un 797, o lo que sea y no invertir unos 20.000 millones de dólares en el desarrollo y varios años para tener su primer nuevo tipo de avión volando.
Ese tal vez fue el error de Boeing, la cual con este contratiempo, le cueste más que haber creado un nuevo tipo, China podrá aprovechar esto para hacer crecer una industria dominada por Boeing y Airbus.
Pero la solución del MAX ¿es fácil?, ¿complicada?, ¿larga?, ¿corta?, ¿costosa?, ¿barata?, ojalá lo supiéramos.
Pero en aviación una sola cosa es segura, nada es barato, así que estos próximos días veremos moverse mucho a Boeing a la FAA (la encargada de la certificación) y a las distintas autoridades de los diferentes países que se preguntarán hasta donde confiar en la FAA. Será un juego de titanes, un juego muy caro, que por ahora lo pagarán las empresas aéreas y la Boeing, pero en un futuro lo pagaremos los usuarios.
Solo esperemos ver volando al B 737 MAX lo antes posible, muy seguro y confiable como han sido sus anteriores variantes, lamentablemente tuvo que haber un accidente para enseñarnos que el ser humano es imperfecto y limitado pero que ningún sistema automático puede substituir a un piloto bien entrenado.
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