por Roberto Bennett, desde Montevideo

Todo el mundo mira a China. Este enorme país del este de Asia, el tercero más grande del mundo en superficie después de Rusia y Canadá, y el mayor en cuanto a población, la que asciende a 1.330.044.600 (estimados en 2008), ocupa la segunda posición económica por países en el mundo, solo después de Estados Unidos y por delante de Japón. En el año 2010 ya había sobrepasado el PIB de Japón.

Este mercado llamado a ser, según predicciones de la Organización Mundial de Turismo, uno de los mayores emisores de turismo del mundo (140 MM) y el mayor receptor para el año 2020, con 100 y 120 millones respectivamente, hoy se encuentra en la quinta posición con mayores gastos turísticos después de Alemania, Estados Unidos, Reino Unido y Francia (aprox. 2.000 USD por cabeza).

De hecho, los españoles están volcados en pos de atraer al turismo chino en los próximos años. Un informe publicado en estos días, señala que si logran captar el 5% del turismo chino, duplicarían los ingresos anuales en España, de los 4.100 millones de euros actuales hasta 8.700 millones. Según el 'think tank'  The Shopping & Quality Institute, que también aboga por incrementar el “turismo de calidad y compras”, del actual 12% al 25%, lo que elevaría los ingresos hasta los 8.700 millones de euros.

Ante este panorama tan prometedor, Uruguay debe decidir si apuesta por este nuevo mercado, a pesar de la distancia geográfica que nos separa y de una cultura totalmente distinta a la nuestra. Una decisión que además deberá ser muy meditada, ya que una campaña publicitaria en China no sería barata e imposible de afrontar con el actual presupuesto del Mintur.  

Además de las dificultades de conexión aérea, que se podrían solventar únicamente si se consigue que las líneas aéreas o chárters, combinen una parada en Uruguay, en sus futuros vuelos a la Argentina o Brasil.

Por estos motivos, es imprescindible analizar y conocer muy bien ese mercado y las características tan particulares que definen al turista chino.
Para ello, nos resulta muy útil un estudio realizado por la consultora norteamericana NIELSEN. Según Grace Pan (Jefe de Investigación de Viajes y Ocio de NIELSEN en China), actualmente los viajeros chinos suelen realizar sus viajes por Asia debido a la proximidad geográfica, pero los viajes a otras partes del mundo están aumentando considerablemente, sobre todo hacia Europa.

Dicho estudio señala que los turistas que provienen de las ciudades chinas de Beijing, Shanghai y Guangzhou gastan más dinero en sus viajes a Europa que en los desplazamientos que realizan a otras partes del mundo, con una media de 5.253 dólares por viajero. De hecho, el turista chino está considerado como uno de los más consumistas.

Pero para aspirar a ser atractivos para los viajeros chinos, primeramente debemos conocer y estudiar sus peculiaridades y adaptarnos a ellas. He aquí el gran desafío que se nos presenta. No solo pensando en el turismo chino sino también en el japonés, el coreano y todos aquellos que procedan del sudeste asiático. Por eso, este estudio realizado por la empresa NIELSEN resulta tan útil e instructivo, para poder aspirar a ser competitivos.

Primeramente debemos saber que a los chinos no les interesa el sol y la playa. Prefieren los destinos culturales y arqueológicos a los de entretenimiento.

No suelen salir de noche y pasan horas encerrados en sus habitaciones de hotel que, preferentemente, deben contar con bañera y no solo ducha.
 
Según palabras de Grace Pan, los turistas chinos cada vez son más prudentes y preparan sus viajes consultando todas las informaciones disponibles a través de internet. Ellos gustan salir al exterior en grupos, con viajes programados y guías que hablen su idioma. Pocos chinos hablan otra lengua.

El turista chino acostumbra visitar lugares turísticos, ver un escenario, tomar algunas fotos y poco tiempo después desean ir a ver otro escenario, sin detenerse mucho tiempo en el primero.

Los chinos comen de todo. No comen muchos dulces. Prefieren las frutas como postre. No acostumbran a comer pan ni manteca, pero están modificando algunas costumbres alimenticias. Les gusta dormitar un poco luego del almuerzo. Algún día de tour es bueno llevarlos a comer a algún restaurante de comida china. Lo agradecerán.

La idea de salir al extranjero es muy apreciada entre los chinos, debido al aislamiento al cual les sometió en el pasado el régimen de Mao Zedong y al papel que juega dentro de su cultura la adquisición de conocimientos mediante el cultivo de los hábitos de leer y viajar.

Además, instados por la necesidad de alejarse de la contaminación prevaleciente en las grandes ciudades, el ecoturismo y el turismo de naturaleza ganan en popularidad año a año.

China posee en promedio 20 días de descanso al año, de los cuales, 10 corresponden a vacaciones pagadas y el resto a días festivos. Hay tres épocas en el año que el turista chino viaja al exterior: el Año Nuevo Chino (fecha movible entre enero y febrero), el 1º de Mayo (cuando tienen 10 días de vacaciones) y el 1º de Octubre (Día Nacional de China), cuando tienen 10 días de vacaciones.

Por lo tanto, los meses de diciembre, enero y febrero representan en general el 22.1% de las salidas del turismo chino.

Perfil del turista chino

El perfil del turista chino es el de un profesional o ejecutivo de entre 35 y 54 años, que viaja por motivos de ocio, realiza una estancia aproximada de 11 días y se aloja en hoteles de 3-4 estrellas.

La estructura por géneros de los visitantes de origen chino es relativamente equitativa, cerca del 49% de viajeros al exterior son hombres y el restante 51% son mujeres.

Alrededor del 53% de los turistas chinos fluctúa entre 25 y 44 años. Otro grupo importante son aquellos que tienen entre 45 y 54 años.

Se pueden distinguir dos clases bien diferenciadas: Los hombres de negocio y los turistas por placer. El turista chino viaja siempre en grupo.

Los turistas chinos exigen para su visita un traductor o guía que hable ambos idiomas.

Las parejas y familias representan actualmente a la mayoría de los viajeros de placer.

Fuentes: OMT, NIELSEN y TURESPAÑA.

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