por Ramón de Isequilla Real de Azúa desde Madrid
Los ataques contra Zurab Pololikashvili proveniente de las conocidas usinas turísticas son los mismos que hace un lustro, y nos remitimos a las notas que publicamos en el Portal de América en 2021 y en el ensayo “OMT Under Attack”, sin embargo, hay un tema que como decimos afecta al equilibrio de fuerzas en el tablero geopolítico y se llama Arabia Saudita.
Aunque prestigiosos periodistas muy informados en variados temas sigan menospreciando la importancia que representa para España, Europa, inclusive Occidente, que la sede de la ONU Turismo permanezca en Madrid e insistan en que Pedro Sánchez le regaló un edificio para que apadrinara a “Begoña Fundraising”, la realidad indica que el tablero mundial está sufriendo vertiginosos cambios.
Arabia Saudita, potencia sunita, líder en la península arábiga es un confiable aliado de EEUU (al igual que Marruecos) y una garantía contra la amenaza Chiita de Irán, mentor de los Pactos de Abraham, volados por los aires debido al ataque terrorista de Hamas (sunitas, financiados por Irán) a Israel el 7 de octubre de 2023.
Para que quede claro, la importancia de Arabia Saudita para la seguridad de occidente no es causa suficiente, ni para que sea sede de la Organización Mundial del Turismo, ni para que un saudita o una extranjera a su servicio sea secretario general de esta organización. Están trabajando muy bien, fomentando inversiones, atrayendo talentos, cambiando territorios, pero como decía mi abuela, “para ser mayor tienes que tomar mucha sopa todavía”.
El turismo no es únicamente paisajes y vivencias, el turismo es fundamentalmente libertad, e irrestricto respeto a los derechos humanos de absolutamente todos, en un plano de igualdad sin tapujos, mujeres, orientaciones sexuales y creencias religiosas distintas, cuestiones todas ellas que exigen un mayor esfuerzo en los próximos años.
El segundo factor realmente trascendente y para mí, el que puede hacer volar por los aires cualquier proyecto de control o hegemonía en la agencia de la Naciones Unidas, es la trama de corrupción que tiene en jaque al gobierno español y salpica a la figura del secretario general. Todas las semanas surgen nuevas evidencias de la trama de corrupción, tanto del gobierno como del Partido Socialista como de la familia del presidente del gobierno, que cierran el círculo por su relación con Víctor Aldama (el conseguidor) alrededor de la figura de Zurab Pololikashvili, aunque nuestros “espías berlineses” nos aseguran que las consecuencias de la trama “Begoña”, en nada pueden afectar a la votación en el Consejo Ejecutivo del candidato a la secretaría general en el mes de mayo, ya que este es un tema interno español sin relevancia internacional.
Hasta ahí puedo coincidir con esta apreciación, más en la circunstancia de la inmunidad diplomática de los miembros de las agencias de Naciones Unidas, pero considero que este asunto no resistirá, al igual que el gobierno español hasta noviembre de 2025 cuando deba ratificar la Asamblea General.
Este año, el Consejo Ejecutivo estuvo muy ocupado reconociendo pueblos bonitos del mundo y comunidades con proyectos innovadores de Colombia, sin tener tiempo para ventilar el tema sucesorio, sobre lo cual nos dicen que ya quedó laudado en Samarcanda y la designación del representante de Brasil por un voto de diferencia en la presidencia del Consejo Ejecutivo, y el reemplazo de Brasil por Méjico como Socio FITUR 2025 garantizan una cierta calma.
Estaremos atentos en los próximos meses, para observar sobre qué camino toman los acontecimientos, esperando que, se resuelva lo que se resuelva, sea para fortalecer la institucionalidad del turismo aunque algunos tengan que sacrificarse dando un paso al costado.