por Ramón de Isequilla, desde Madrid
A las 6:30 AM de Uruguay, (las 10:30 AM de España) del 11 de marzo de 2004 llegué a Radio Maldonado para participar, como todas las mañanas, en el programa “En Perspectiva”, encontrando a los madrugadores del equipo, comentando la noticia del día: “la ETA había volado varios trenes en Madrid con centenares de víctimas”.
Los cables de las agencias noticiosas, a las cuales estábamos suscriptos, traían confusas versiones, pero el fantasma del 9/11 resucitaba en el 11M, cambiando las versiones y precipitando distintos hechos, según pasaban las horas.
Esa mañana, durante el programa pronuncié por primera vez al aire una “mala palabra”, cuestión que siempre había evitado hacer pero, lo dramático del hecho y los elementos de juicio que teníamos a esas horas me hizo decir: “la ETA son unos hijos de puta”.
A las diez de la mañana, finalizado el programa, me trasladé al Hotel Las Dunas donde era gerente general, solicitando que en el lobby pusieran la bandera española con un crespón.
Esas dos actitudes, la puteada y el crespón, son las que más definían mi estado de ánimo en ese momento de pura indignación.
Con el correr de las horas todo cambió, ETA era inocente, los culpables y autores materiales eran unos moros con tres capas de calzoncillos (Ferreras dixit), confidentes de la policía, que se suicidaron no en los trenes, sino en un “piso franco” días después, situación sin ningún antecedente en la historia del yihadismo.
El sábado siguiente, día de reflexión por las elecciones generales que se celebrarían el domingo, el PSOE salió a la calle a rodear las sedes del Partido Popular (favorito en las encuestas) para atacar en lugar de a los asesinos, al gobierno, generando un resultado electoral que sería un “cambio de régimen” que hoy en día mantiene sus consecuencias.
Una investigación y un juicio plagados de irregularidades, escribieron la historia oficial, la cual hoy es imposible cuestionarla honestamente sin ser sospechoso.
Sobre la misma se generaron ríos de tinta y decenas de libros con distintas y contradictorias teorías, sin que ninguna de ellas nos muestre quién o quiénes fueron los verdaderos autores y cómplices ni los ideólogos de la matanza de Atocha.
De la profusa bibliografía que hoy puede encontrarse en la web, destaco un documental francés titulado “Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del 11M? que está disponible en vimeo.com que, si bien no saca ninguna conclusión, por lo menos desnuda algunas mentiras de la “historia oficial”.
Hoy se cumplen 20 años de la tragedia, el caso está oficialmente cerrado, hay condenados con sentencia firme y no se puede de hecho seguir buscando la verdad. La “Comisión Warren” ibérica, pontificó la verdad absoluta y calladitos cada uno a lo suyo.
Quizás no solamente las victimas y sus familias se merecen saber la verdad, también hay que analizar cómo un atentado terrorista, torció un resultado electoral, fijando las bases de la realidad actual de un posible desmembramiento nacional y una obscena amnistía, confundida con el mayor escándalo de corrupción de la democracia que afecta al núcleo duro del gobierno.
Dicho lo cual, lo único que podemos aseverar es que estamos a veinte años del día que cambió España.
Portal de América
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