por Ramón de Isequilla, desde Madrid, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., @ramonpunta
Todos los tibios reclamos del sector y las desacertadas acciones del gobierno, aderezadas con insultos de los ministros al turismo, (como la ya mítica declaración del comunista a cargo del área que controla el consumo en España), llenaron la atención pública. Pero bajo la superficie, determinados lobbies seguían trabajando por sus intereses, al mismo tiempo que vendían humo a los medios de comunicación con medidas estrella para combatir la pandemia.
En los últimos días, la usina de rumores que intenta desprestigiar a la Organización Mundial del Turismo ha vuelto a prender las “turbinas” (nunca esa palabra fue más acertada), volviendo a un tema recurrente: la OMT se va a Riad abandonando Madrid, porque sus actuales autoridades están muy enojadas con el gobierno español porque no resuelve el tema de la mudanza de su sede de Capitán Haya, (perdón Calle del Poeta Joan Maragall que es mas cool), a la Castellana frente al Bernabéu, donde un triste mural de Miró pide ayuda para que le devuelvan el esplendor que tuvo en su época.
Detrás de esta campaña está una poderosa organización internacional formada por las más poderosas empresas del turismo mundial, dirigida por los personajes más mediáticos del turismo, con unos currículums fabulosos llenos de masters, y sobre todo expertos en marketing y nuevas tecnologías, de los cuales no sabemos ¿cuántas veces evitaron o solucionaron una sobreventa?, ¿cuántas veces encararon en un mostrador a un pasajero para solucionarle un problema?, ¿cuántas veces improvisaron en dos horas un evento para cien personas?, ¿cuántas veces tuvieron que recurrir a lo indecible para pagar una nómina?, no dando solamente órdenes, sino arremangándose, o sea lo cotidiano del turismo, cuya base son la pequeñas, medianas y familiares empresas, que parecería que no tienen quien las represente.
Nuestras fuentes en la OMT nos desmienten en forma terminante que exista ningún movimiento en tal sentido, ni la OMT se va a Arabia Saudita, ni existe un distanciamiento con el gobierno español.
Respecto a lo primero, nos recuerdan que una decisión de ese tipo no es resorte del Secretario General ni de país alguno, la ubicación de una sede se decide por el conjunto de sus miembros, o sea de los 159 países que lo integran. Asimismo, los mecanismos de decisión de un organismo de las Naciones Unidas son complejos y llenos de todas las garantías.
En el otro plano del rumor circulante, la misma fuente nos indica que en el marco de la relación institucional de la OMT con el país sede, hasta el momento todos los gobiernos han estado de acuerdo con otorgar el uso a la OMT bajo la gestión de IFEMA, del Palacio de Congresos de la Castellana desde hace muchos años, pero las sucesivas crisis, sobre todo la actual, lo impidieron hasta el momento.
Esto último no termina de convencerme, pues si en medio de la pandemia hubo dinero para cuanto chiringuito ideológico que tocaba la puerta, por qué no se avanzó con este tema, !cosas de palacio, que van despacio¡.
Dicho esto, y aceptadas las explicaciones recibidas por nuestras fuentes, estamos obligados en alertar que, de producirse la salida de la sede de la OMT de la capital de España, si bien no sería estrictamente del área de responsabilidad del país anfitrión, es mi opinión personal, que debido a la “responsabilidad política” de dejar ir a un organismo de la ONU, el sector turístico estallará en indignación y nunca perdonará al gobierno su irresponsabilidad, aunque determinadas empresas, que viven más del BOE que de los turistas, lo justifiquen.
Portal de América
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