Oportunidades y desafíos para el Turismo Accesible
Miércoles, 12 Marzo 2025

Oportunidades y desafíos para el Turismo Accesible

Cuando hablamos de Accesibilidad, Inclusión y/o de Discapacidad generalmente tratamos de simplificar el tema y lo resumimos a frases, citas y cifras que nos permiten abordar esas temáticas de manera más efectiva.

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por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo

Pero la realidad nos muestra que son términos y conceptos profundamente complejos y multidimensionales, que difícilmente se pueden abordar desde una sola perspectiva o mirada, que si bien generalmente pueden ser válidas y sólidas desde lo conceptual, se quedan cortas en lo que refiere a la magnitud de sus alcances.

Cada perspectiva y dimensión admite una descripción pero la realidad nos marca que todas ellas se complementan, condicionan e interactúan en forma permanente.

Si bien todo lo anterior es cierto, también lo es que para comenzar a realizar acciones y a intervenir esas temáticas se debe elegir un camino, se deben definir acciones; se deben poder sostener esas acciones y se debe evaluar en forma permanente para ver qué resultados se van obteniendo.

Por esa razón es que al querer abordar el Turismo Accesible, primero debemos poder establecer un estado de situación, adoptar una visión y planificar acciones que permitan mejorar ese abordaje.

A modo de ejemplo, podríamos definir a la accesibilidad como la condición que deben cumplir los entornos, bienes, productos y servicios, así como los objetos, instrumentos y herramientas para que sean comprensibles, utilizables y practicables en forma independiente, facilitada y sin interrupciones.  

La definición es clara y acotada pero al querer adentrarnos en ella y sobre todo en su aplicación y cumplimiento; veremos que la accesibilidad tiene diferentes dimensiones como la social, la económica, la ambiental, la geográfica, la política y muchos etcéteras más que dificultan esa acción.

También los modelos y los paradigmas desde donde abordamos los conceptos y las temáticas definen las líneas de acción.

Hoy estamos parados o transitando un paradigma denominado como de “inclusión social” que ha evolucionado sobre los anteriores paradigmas de “prescindencia” primero y “médico” después, que implicaban en el primer caso prescindir de las personas con algún tipo de discapacidad y de rehabilitarlas en el segundo, dando paso en la actualidad a su plena integración e inclusión.

¿Dónde y cómo vemos la multidimensionalidad del tema?

Veamos un ejemplo concreto.

En nuestra capital y según cifras del 1er. Plan de accesibilidad para Montevideo (2017), tenemos en el entorno de 186 mil personas con algún tipo de discapacidad y en Uruguay hablamos de unas 520 mil personas.    Esas cifras nos dicen que el 15% de nuestra población presenta algún tipo de discapacidad o más de una de ellas.

Personas con discapacidad en Montevideo (cifras del “1er Plan de accesibilidad para Mdeo.”)

Total      Discapacidad Visual    Discapacidad auditiva    Discapacidad Motriz    Discapacidad para entender
185.988          101.492                      46.328                        82.875                          29.254

Las cifras del último censo realizado a nivel país en el año 2023 manejan guarismos del 23% para personas con al menos una discapacidad leve, lo que aumenta significativamente las cifras anteriores mencionadas.    Esto puede obedecer a un error, a un cambio en la metodología de medición o a que realmente las personas encuestadas se perciben con alguna discapacidad.

En cualquiera de los casos y con el envejecimiento esperado y constatado de nuestra población hacia adelante, tenemos que el tema de la discapacidad es real y también latente hacia el futuro.

Podemos decir según las cifras oficiales que en Uruguay 1 de cada 6 uruguayos en el caso del censo 2011 o 1 de cada 5 uruguayos en el caso del censo 2023 tiene alguna discapacidad.

¿Como trabajarlo entonces?

Tomando el ejemplo de la capital, podemos decir que para abordar el tema de la accesibilidad, deberíamos poder saber cómo se distribuyen en los 8 Municipios de la ciudad, deberíamos poder identificar qué tipos de discapacidades prevalecen por Municipio o si por el contrario se distribuyen de manera uniforme.

Por otro lado podríamos poder definir qué recursos accesibles se disponen en cada Municipio; si las personas disponen de los mismos recursos económicos; si disponen de acceso a centros educativos y de salud y otras variables más, como por ejemplo el acceso al transporte público, e incluso a la caminería y otros tipos de servicios, según se distribuyan en el territorio.

Luego podríamos intentar definir que organismos y organizaciones (estatales o no) toman acción para facilitar políticas y servicios accesibles para las personas de cada lugar.

Si queremos complejizar aún más el tema, debemos asumir que las personas no son estáticas y que por el contrario se mueven y desplazan por diferentes motivos; llevando a que las personas que hoy viven en un Municipio, mañana podrían residir en otros.

Esa misma lógica la podríamos y deberíamos aplicar a nivel nacional.

En esos análisis y estados de situación, debería de quedar claro que son diferentes dimensiones y variables las que inciden en un mismo tema, y que pasan por la geografía, la economía, el acceso a los servicios, la política y mucho más que conforman un todo complejo y dinámico.

¿Cómo podemos utilizar toda esa información para trabajar proactivamente el Turismo Accesible?

Para eso es interesante plantear que primero debemos intervenir la sociedad para los residentes del destino y en la medida que podamos solucionar esa realidad, se beneficiará la sociedad toda e incluso los turistas que puedan arribar.

Siempre se menciona que al intervenir un lugar, se beneficia no solo a la persona con discapacidad, sino que es la sociedad toda la que se beneficia de esas intervenciones.    Este dato, apoyado además en que la discapacidad puede ser temporal o permanente; desde el nacimiento o adquirida; o leves y severas; lo cual lleva a que hay personas que incluso no necesitándola, igual se beneficiarán hoy o en el futuro.

Pensando ya en las experiencias en el destino, por ejemplo se pueden definir mejor las acciones a implementar, ya sean en un lugar o incluso pensadas para intervenir en uno u otro tipo de discapacidad.

Nota Aclaratoria y de rigor

¿Qué pasa cuando los recursos son escasos y no alcanzan para hacer una intervención universal?

Lo ideal sin dudas es abordar la accesibilidad desde el momento “0” y pensándola de manera universal, para que sean todas las personas las beneficiadas.   

Pero es real, que muchas veces los recursos son pocos o insuficientes para abordarla toda.

En ese caso tendremos que asumir la postura de si es necesario hacer todo, poco o nada.   

En lo personal siempre considero que 1 es más que 0 y ante la imposibilidad de brindar una solución total, es mejor al menos hacer la parcial.

Siendo conscientes de que la situación precedente puede resultar muy injusta, porque hay personas que ya no pueden, ni deberían de tener que esperar más para poder sentirse plenamente incluidas.

Sin dudas todavía tenemos al día de hoy una situación de injusticia social que no hemos sido capaces de resolver como sociedad.

Hecha la aclaración, podemos preguntarnos por qué hacer solo una rampa en un lugar, donde la mayoría de los usuarios serán personas con discapacidad visual, cuando en esos casos sería mejor apelar a un piso podotáctil, o señaléticas con braille o códigos Qr con audiodescripción.

Si los usuarios fuesen personas con discapacidad auditiva, podríamos priorizar por ejemplo cartelería y traducciones con Lengua de Señas, o Qrs con videos que tengan interpretación en esa lengua.

En uno u otro caso siempre menciono que la intervención a realizar debe de ser testeada y consultada con sus verdaderos usuarios para poder mejorar la eficiencia y su utilidad y también ser realizada por profesionales capacitados en la temática para evitar innecesarios errores.

Otro ejemplo sería que si en un lugar ya se hizo una intervención parcial, mantenerla si, pero a la hora de poder mejorarla, pensar en una intervención que pueda contemplar una solución para otros tipos de discapacidades que no se previeron desde un inicio.   Con eso logramos que sean cada vez más personas las que puedan acceder.

Independientemente de las acciones que se vayan a implementar, es ideal que las mismas se hagan dentro de un plan de acciones que tenga una visión clara sobre lo que se quiere lograr en materia de accesibilidad para el destino.

Otro detalle no menor es que esas acciones se realicen en clave de cadena de accesibilidad, lo que implica coordinar acciones entre todos los actores del destino, para poder coordinar iniciativas que sean integrales y no descolgadas y de poco impacto.    

Por ejemplo, de nada servirá hacer una intervención en un alojamiento, si luego no existen transportes adecuados, ni propuestas gastronómicas, ni de ocio para que los turistas puedan tener una propuesta integral.

En la misma línea, se necesita prever las comunicaciones en los formatos y momentos adecuados para cada persona, para que llegue la información correcta y en el momento correcto.   Nadie organiza un viaje de hoy para mañana, y menos las personas con algún tipo de discapacidad, que necesitan más certezas a la hora de emprender un viaje fuera de sus entornos habituales.
Para que todo lo previo funcione bien, es necesario aplicar algunas acciones ineludibles:

⦁    Concientización a la población en general y a los integrantes de la cadena de accesibilidad del destino.
⦁    Convencimiento, para llevar adelante las acciones necesarias y sobre todo para poder sostenerlas en el tiempo.
⦁    Coordinación y Cooperación para ejecutar las acciones necesarias y que entre todos sean de mayor y mejor impacto.
⦁    Capacitación, para que todos sepan de qué hablamos y sobre todo para poder interactuar y atender adecuadamente a las personas con discapacidad.
⦁    Comunicación, para que se sepa lo que hacemos y de lo que disponemos, tanto a nivel interno, pero fundamental hacia el exterior.   Nadie va a un lugar que no conoce o que no le ofrece seguridades.
⦁    Planificación, para que esté claro lo que hay que hacer, quienes deben hacerlo y cuando tienen que hacerlo.   Sin responsabilidades se hace todo más difícil.
⦁    Evaluación, y en forma permanente, para saber lo que está bien y mantenerlo, pero sobre todo para saber qué está mal y corregirlo.
⦁    Recursos; humanos, económicos y de infraestructura.    Es necesario disponer de esos recursos y preparar al destino para poder recibir a turistas que tienen necesidades puntuales a resolver.

Si todo lo anterior se hace bien, el destino pasa a ser más competitivo, situación que no garantiza el éxito, porque la competencia por los turistas actualmente es feroz (y todos los destinos lo saben).

Pero si se hace mal o directamente no se hace, es una oportunidad de generar recursos y divisas genuinas para los destinos que se pierden y que sin dudas otros intentarán capitalizar.   Porque el Turismo Accesible también es oportunidad de negocio

Portal de América

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