Sabíamos en el PDA que guardaba muy lindos recuerdos de su experiencia en Uruguay y al respecto, queríamos que nos contase puntualmente acerca de dos temas que le han marcado.

En su barrio de residencia en Montevideo, en Pocitos, algunos de los momentos que le han quedado grabados y por los que siente nostalgias, son aquellos cuando iba a comprar fruta y verdura en un puesto debajo de su edificio. Fue muy divertido saber que allí fue dónde le dieron crédito por primera vez, sin trámite previo.

Otro momento de su experiencia uruguaya que pudimos rescatar preparando esta charla, tenía que ver directamente con una entrevista publicada en el sitio "La orilla infinita".

Es de setiembre de 2003, su título "Un Pincel con mucho vuelo" y el entrevistado era, nada menos que Don Carlos Paéz Vilaró, a quien le preguntaban, en directa referencia al trabajo que el gran artista hizo en 1998 en los talleres de Varig en Porto Alegre, con la ayuda de su hija Agó, pintando el Boeing 737-200 que entraría en servicio por contrato de arrendamiento con Varig, desde Julio de 1998: ¿Cuál fue su visión al pintar el avión de PLUNA?, y en esa publicación, Don Carlos respondió:

"Para hacer el dibujo me inspiré en el sol, para que compitiera con el de arriba en las alturas. Un avión es una coraza enorme. Me acuerdo que estaba de espaldas cuando terminé de firmar el dibujo y de golpe sentí un aplauso. Me di vuelta y había 50 personas de Varig, vestidos con sus uniformes, cada uno con su función y sentí como si hubiera terminado un concierto. Cuando lo vi partir fue una gran emoción, era como un cuadro volador. Yo lo pinté en Porto Alegre y para inaugurarlo, lo trajeron de noche, en secreto, como un fantasma. Al día siguiente venían todos los invitados y me pidieron que comandara el avión. Yo iba con el piloto carreteando por la pista y adelante nuestro, había 50 tambores uruguayos, fue maravilloso".

Le preguntamos a Bottini la causa por la cual esta anecdota fue tan especial para él, vale la pena escuchar la historia en detalle. Seguramente será muy comentada.

Pasado el momento de los recuerdos, entrevistadores y entrevistado vinieron al presente. Ahí el tema pasó a ser el de los protocolos de salubridad que se van a adoptar, puesto que las personas para volver a viajar no sólo van a tener que tener la confianza que el avión no va a caer, sino que también querrán tener la certeza que dentro del avión no se va a enfermar.

Herrera y Bottini concordaron en que lo fundamental de aquí en más no sólo será la seguridad y lo sanitario, sino también la comunicación clara y concisa.

El exceso de información puede ser tan peligroso como la falta de la misma.

Con respecto al transporte aéreo, Bottini señaló que más allá de los puestos de trabajo, el transporte aéreo es fundamental para el desarrollo económico de los países. Y enlazado con esta idea, hizo comentarios sobre las vacunas , medicamentos con sus costos, los combustibles y varios temas del momento.

Herrera recordó las palabras de Pedro Heilbron (Copa Airlines) a los 28 días de inicio de la pandemia, quien dijo que al volver a reiniciarse los vuelos, Copa no volvería a tener el tamaño de hacía 28 días sino de 28 años atrás.

Bottini repasó lo que está sucediendo, y recalcó que si no hay gente ni carga para transportar no tiene sentido que haya empresas. Pero hoy el gran problema no es si la gente quiere o no viajar, sino las fronteras cerradas.

La conversación fue distendida y sin límite de tiempo, lo bueno es que no decayó en ningún momento.

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