Ya han recibido más de 100 pacientes y este fin de semana esperan superar los 300. Estos son sólo los primeros de los 5.500 que, según las previsiones oficiales, podrá acoger el improvisado recinto, 5.000 en camas de hospitalización y el medio millar restante en unidades de cuidados intensivos (UCI).
Al mismo tiempo, están llegando profesionales voluntarios, pero seguramente se precisen más. Este lunes se espera la llegada de unas 2.000 camas y se habilitarán una farmacia y un laboratorio. Una vez adecuado el pabellón 9 es probable que se haga lo mismo con el 5.
El elegido por la Comunidad de Madrid para dirigir este mayúsculo reto por su dilatada experiencia como internista es Antonio Zapatero. Es el jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Fuenlabrada y preside la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme).
La idea inicial de la Administración sanitaria madrileña es trasladar a este hospital a los pacientes con perfiles de salud más graves, junto con los que tengan síntomas menos graves, pero cuadros clínicos severos. Los enfermos serían distribuidos en cuatro grupos de atención, en función de su gravedad: pacientes críticos, enfermos con factor de riesgo, pacientes sin factores de riesgo y zona de confort o descanso. Atendiendo a esos criterios, se les irá ubicando por pabellones.
Zapatero destaca la "espectacular, rápida y emocionante respuesta" de los profesionales sanitarios. "No dejan de llegar médicos y enfermeras voluntarios para remangarse y ponerse a trabajar en lo que haga falta. La solidaridad, entrega y profesionalismo de esta gente es absolutamente espectacular". Por el momento el grueso de los médicos que han llegado son de Medicina de Familia, pero se estima que irán llegando de todas las especialidades.
Se precisarían 120 facultativos y 200 enfermeras por turno. En principio, la distribución interna del hospital se organizará en unidades de 20 camas, atendidas por un médico, una enfermera y varios auxiliares, de forma que cada enfermera tenga a su cargo en torno a 20 ó 25 pacientes, y haya un facultativo por cada 50 enfermos. Están garantinzado la disponibilidad de equipos de protección individual (EPI) para todos.
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