La clase media argentina no puede ir a ningún lado
En diálogo con un caracterizado empresario hotelero esteño, le expresamos que teníamos datos que indicaban el mencionado promedio de 20% en hoteles de dos y tres estrellas y le pedimos su opinión al respecto.
"Es la realidad, la clase media argentina es la que normalmente llena ese tipo de establecimientos y esa gente hoy, no puede ir a ningún lado", nos dijo en primera instancia.
Panorama negro entonces, le dijimos, a lo que nos respondió: "Los hoteles de dos y tres estrellas van a trabajar a partir de ahora, por unos días más con brasileños y algo de turismo interno, más algún rebote de turistas extrarregionales desde Argentina, pero con estadías cortas de dos o tres noches y luego, la cosa va a estar bien difícil".
"Suponemos entonces que en el sector debe campear una gran depresión" le dijimos a nuestro interlocutor y su respuesta es la que da título a este artículo: "Depresión no es lo que hay, lo que se palpa en el sector es una gran angustia y un gran susto".
Vamos a cambiar chapistas
Cuando orientamos la consulta a un referente del negocio inmobiliario fue aún más gráfico.
"Nosotros, como muchos colegas, hemos dejado de ocuparnos en los alquileres de temporada, esa tarea ha pasado a ser prácticamente patrimonio exclusivo de plataformas digitales. Al igual que en la crisis de 2002, se están alquilando las casas suntuosas y las otras no, es que no viene la clase media argentina, por lo tanto como pasa últimamente, los beneficiados van a ser las grandes superficies, que están remarcando a gran ritmo, por otra parte. La peor parte se la lleva Maldonado que es el destino más dependiente del mercado argentino, no así por ejemplo Piriápolis y la costa oceánica de Rocha cuyos principales clientes son uruguayos. Fudamentalmente en Punta del Este se está apelando (decimos nosotros, como manotón de ahogado) al turismo interno, pero eso finalmente ya lo saben, es como cambiar chapitas.
Emergencia
Antes que los colegas de la prensa masiva comiencen a reflejar el sentir de los afectados y antes que se den cuenta los dirigentes gremiales empresariales, nosotros desde aquí y desde ya, podemos anticipar que, viendo este panorama, el gobierno entrante debería ir pensando seriamente en alguna política de contención y apoyo a las pequeñas y medianas empresas familiares que son la inmensa mayoría de los prestadores de servicios turísticos, hoteleros y gastronómicos de las zonas costeras principalmente, y decretar la emergencia turística. Estamos seguros de no exagerar. Ojalá nos equivoquemos.
Portal de América