Pasó una nueva edición de la Feria Internacional del Turismo y con ella la incertidumbre sobre lo que un año electoral puede provocar en este evento, que congrega a los máximos exponentes de una industria que día a día sufre las consecuencias de una devaluación que no deja de avanzar y de políticas que no terminan de ayudar.

El creciente posicionamiento del receptivo fue el gran protagonista -y el estandarte victorioso del discurso del secretario de Turismo, Gustavo Santos-, mientras que el emisivo, que sigue sin dar los dividendos esperados, quedó relegado a un segundo plano.

Aun así, desde la organización y los expositores se notó que a pesar de todo hubo una clara intención de contribuir a la realización en paz de esta tradicional fiesta del turismo.

De esta manera, las cuatro jornadas navegaron por un mar en el que se mezcló la corriente que traía las novedades 2019, como la venta de paquetes in situ, el FIT Sale y la gran apuesta de República Dominicana como país invitado; y la que acarreaba la parte más dura con los vericuetos políticos y el esfuerzo por sonreír ante las diferencias.

Aunque esto quedó resquebrajado cuando, el último día, la posible visita -que por momentos fue absoluta certeza- del candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, partió la feria a la mitad (ver Sin Reservas pág. 42).

Apertura de contrastes

Minutos antes del mediodía del 5 de octubre, el auditorio del predio ferial de La Rural comenzó a recibir a los representantes del sector turístico de Argentina, así como a muchos de los diplomáticos de los 52 países que participaron de esta edición.

Los discursos de apertura oscilaron entre risas, agradecimientos, reclamos y la exaltación de los éxitos cosechados. Pero antes, la cantante cordobesa Patricia “Coki” Ramírez fue la encargada de entonar las estrofas del Himno Nacional.

Luego, el primero en romper el hielo fue el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que en una aparición fugaz -luego de sus palabras bajó del estrado y se retiró- remarcó la importancia de la FIT para la Ciudad de Buenos Aires e hizo un repaso de los logros alcanzados en turismo durante su gestión, como el aumento del arribo de pasajeros desde Chile y Europa; y resaltó que hacia fin de año esperan llegar al “récord histórico” de 3 millones de turistas.

Por su parte, Fausto Fernández, viceministro de Turismo de República Dominicana, país invitado a esta edición, afirmó que para el destino caribeño es exponencial el crecimiento de la industria, la cual representa la piedra angular y la locomotora de la economía haciendo referencia a que el turismo es una política de Gobierno para ellos. En este sentido, comentó que en ese tren “un vagón muy importante” es Argentina, ya que es el primer emisor de viajeros en Latinoamérica y que en los últimos tres años recibieron más de 1,3 millones de argentinos.

Párrafo aparte merece el despliegue que esta nación realizó durante los días de la feria, que se manifestó desde el principio con el espectáculo que brindaron al siempre formal acto inaugural y que contó con la participación del Ballet Folklórico Nacional Dominicano.

Por políticas sostenidas

Para el final quedaron los platos fuertes. Gustavo Hani, presidente de la FIT, que lo tuvo por primera vez al frente, y de la Federación Argentina de Empresas de Viajes y Turismo, (Faevyt) optó por un discurso que osciló entre reclamos, agradecimientos y momentos de humor (con guiños a su familia por el apoyo que le brindan). “FIT es todo el turismo unido en un solo lugar”, comentó. E insistió con la idea de unidad, apelando a levantar en conjunto la voz por la industria. “Precisamos reglas claras y políticas públicas que trasciendan de un gobierno a otro. Defendamos los logros obtenidos”, subrayó. Y agregó: “Necesitamos políticas de Estado que nos potencien. Somos el cuarto complejo exportador del país, hagámonos escuchar unidos como industria”.

Además, apuntó especialmente contra aquellas compañías aéreas que “ningunean” la labor de las agencias de viajes. “Aun cuando somos su principal canal de ventas sostenido en el tiempo”, aclaró, resaltando que van a seguir negociando solo con aquellas aerolíneas que entiendan y respeten el rol de este sector.

Asimismo, no dejó pasar la oportunidad de enumerar los logros de su año de gestión, como el retorno de la Faevyt como Miembro Afiliado a la organización Mundial del Turismo (OMT) después de 36 años y la lucha contra la ilegalidad con el Laboratorio.

En particular instó a los agentes a entender el lugar que ocupan dentro de la industria y destacó que en los últimos diez años las agencias crecieron más de un 20% y que representan entre el 70 y el 80% en la comercialización de todos los productos turísticos.

Finalmente, el secretario de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, en más de media hora de presentación hizo un repaso de sus cuatro años al frente de la cartera, con principal hincapié en la conectividad aérea y en la reciente alza del receptivo (indicó que en la proyección esperan alcanzar entre 8 y 9 millones de arribos de extranjeros) sin darle mucho vuelo al emisivo, porque, como bien decía Luca Prodan, “mejor no hablar de ciertas cosas”. “Pensar distinto no significa que no podamos trabajar juntos”, aseguró, palabras que sonaron entre una mezcla de despedida y una leve intención de continuar en el sector, pase lo que pase después de octubre. En este sentido, recalcó que los hombres y mujeres “de bien” siempre pueden ponerse de acuerdo.

El primer punto que tocó fue el ligado a su frase, a la que él mismo calificó como “brutal”: “conectividad o muerte”. Además recalcó la cuestión de la apertura al mundo, que los argentinos viajen por el país, el desarrollo territorial. “Lo primero que debemos hacer juntos es tomar estos logros como punto de partida. Esto va a ser de aquí para adelante. No volver para atrás sino ir para adelante, ser mejores que nosotros mismos siempre, esté el que esté”, aseveró.

Por otro lado, el poco tiempo que destinó a los pendientes estuvo abocado a la falta de visas con países como la India, o la necesidad de visas regionales. Además de la inexistente conectividad aérea con Asia o a la carencia de internet en muchos destinos del país. “Esto es un punto de partida para el que toque conducir esta historia, porque somos circunstanciales, siempre lo seremos”, indicó.

Cuatro días más tarde, en el cierre explicó que le parece interesante no desaprovechar las 70.000/8000 personas que recorrieron la feria durante el fin de semana. “Entendamos que tenemos que hacer promociones y vender, salir a cazar con actitud proactiva”, consideró.

Apelar a la organización

En esta edición, la recorrida del Santos se desarrolló bajo otra modalidad que incluyó más tiempo de permanencia en cada espacio y que buscó brindar calma a las ya tradicionales corridas de funcionarios, dirigentes y fotógrafos.

Mientras que en los pasillos, los titulares de carteras provinciales ligados al Frente de Todos se preguntaban entre sí si pasaría por allí, misterio que terminó de ser develado pasadas las 19 horas cuando dio por concluido su clásico paseo y tras haber llegado a todos los destinos del Pabellón Nacional y algunos de los otros pabellones, como los de Iguazú y República Dominicana.

En paralelo, la feria alcanzaba uno de los puntos más fuertes de los cuatro días en cuanto a afluencia de visitantes, quienes se distribuían por todos los sitios posibles pero mayormente en el Pabellón Nacional, que buscó ser una fiesta para todos los sentidos, principalmente el gusto, con sus variadas propuestas gastronómicas.

Es importante subrayar que muchos de los expositores agradecieron que se mantuviera esa prohibición para realizar espectáculos musicales hasta después de las 18 horas.

Sería injusto terminar esta crónica sin reconocer que si bien algunos días los comentarios sobre los pasillos más vacíos que en años anteriores abundaron, también hay que celebrar que pudo realizarse otra edición en medio de una de las coyunturas más complejas de los últimos años.

Expectativas alcanzadas

Antes del inicio de la feria, desde la organización esperaban recibir a 100.000 visitantes. En los números finales la cifra fue superada con 3000 -público general, 71.773, un 8% arriba que en 2018- dejando la vara alta para el año que viene cuando la FIT celebre sus bodas de plata, y que tendrá lugar del 3 al 6 de octubre. “La superficie total de la feria fue de 34.625 m²; y la de expositores, 15.988 m2, un 2,5% más que el año pasado”, comentó Hani al cierre de la edición. Agregó que en cantidad de expositores también crecieron en un 3,5%, con un total de 1718; y que tuvieron un auditorio más que en la versión anterior, desarrollándose en los seis salones un total de 117 charlas.

Portal de América - Fuente: Réport en línea