Pero al cabo de un mes de pasión futbolera durante la Copa del Mundo, la experiencia de millones de brasileños respecto de sus vecinos latinoamericanos --e hispanohablantes-- puede haber cambiado.

"Desde mi punto de vista como antropólogo y con la experiencia de 77 años de vida, veo que la relación de Brasil con los otros países de América Latina es muy frágil, muy débil. Tenemos poco contacto con latinoamericanos", comenta a la AFP Roberto DaMatta, uno de los principales antropólogos brasileños y autor de decenas de ensayos y libros sobre la identidad de su país.

"Y eso es parte de nuestro complejo colonial, de no tener a América Latina como un referente", añade. "Por ejemplo, los latinoamericanos quieren ir a estudiar a Europa o Estados Unidos, salir de aquí", señala.

Un ejemplo curioso: en las radios brasileñas es muy extraño escuchar música en español.

"Este intercambio ha sido lindísimo", dijo a la AFP la brasileña Kamile Piccoli, una chica de 18 años que, durante la Copa, trabajó en un hostal en Sao Paulo.

"A veces hacíamos fiestas en el hostal y los chilenos, los mexicanos o argentinos ponían música de su país que acá no conocemos para nada. Eso sí, los latinoamericanos en general sí conocen a Caetano Veloso o a Chico" Buarque, grandes emblemas de la música brasileña, contó.

"Lo que pasa con Brasil sucede en todos los países continentales", comenta el historiador brasileño Daniel Strum, de 42 años. "Y, respecto a América Latina, está además la barrera lingüística", señala.

"En Brasil en general siempre se habla de 'los sudamericanos' y no, por ejemplo, de colombianos o ecuatorianos", comenta de su lado su amigo André Stern, de 39 años, geólogo.

Ambos son paulistanos y se pasean por Vila Madalena, la zona más bohemia de Sao Paulo que durante la Copa se convirtió en centro de atracción para los visitantes.

"Toda América Latina está aquí estos días", comenta Strum, riendo.

Basta dar un paseo entre las calles más animadas de la Vila para comprobarlo: en igual cantidad que el portugués, se escucha el español, en una Torre de Babel de acentos latinoamericanos.

En un bar hay argentinos --a quienes los brasileños llaman "hermanos" no sin ironía-- comentando la próxima final entre su país y Alemania; un grupo de uruguayos que aún no sabe a qué país apoyará y también un chileno que llegó a trabajar a Brasil por la temporada de la Copa. Hace unas semanas, en pleno Mundial, no faltaban mexicanos, costarricenses o colombianos.

"Nunca antes Brasil tuvo esta alta concentración de latinoamericanos en un único mes", comentó a la AFP el ministro de Turismo brasileño, Vinicius Lages.

Según las cifras más recientes del ministerio, que abarcan hasta 2012, los argentinos, estadounidenses y alemanes son los que más visitan Brasil.

Aún no tienen cifras definitivas sobre el flujo de viajeros para la Copa, pero estiman que los latinoamericanos son la mitad de los más de 600.000 extranjeros que llegaron a Brasil, dijo Lages.

"Queremos aumentar el turismo regional y la experiencia de la Copa fue muy buena en ese sentido. Fue un encuentro de Brasil con el resto del continente, algo mucho más profundo que un simple viaje turístico", aseguró el ministro.

Sao Paulo ya es una ciudad cosmopolita, la más rica de Brasil, con 11 millones de habitantes y una muy activa vida cultural.

Pero el Mundial se jugó en 12 ciudades sede, entre ellas la sureña Curitiba o la amazónica Manaos.

Y con 542.000 habitantes, Cuiabá es la sede más pequeña de todas. Capital del estado de Mato Grosso (centro oeste), recibió unos 100.000 visitantes durante la Copa según el gobierno regional.


"Es un intercambio muy interesante sobre todo en ciudades más pequeñas o distantes, donde no están acostumbrados a los extranjeros. Sin duda ahí fueron tratados muy bien, porque rara vez aparecen tantos turistas", comentó Roberto DaMatta.

"Es difícil conocer la profundidad de este intercambio, aunque yo creo que sí, que algo quedará", sostuvo.

Portal de América - Fuente: AFP, publicado por economia.terra.com.co