​por Pedro Clavijo

El vecino Luis Montero dijo que su "casa tembló" cuando pasó un avión que, según entendía, "era uno de los habituales que fumigan" la zona. Su señora, Graciela González, comentó que parecía que "se venía encima de la casa".

"Temblaron las paredes y los pisos", comentó Montero a El País, quien vio cómo el avión argentino se perdía en medio de una niebla espesa.

Montero contó que al volar tan bajo la aeronave llegó a rozar los árboles. Se dirigía "como buscando un lugar donde bajar", apuntó. Contó que se dirigía rumbo al este y luego volvió a dar otro giro hacia lo que fue su destino final.

El vecino se lamentó de no haber estado afuera de la casa para "saludarlos y quizás hacerlos reaccionar o que encontraran un lugar (para aterrizar)".

Junto a su casa, se encuentra un campo de unos 500 metros, muy amplio, que es el que permite que se depositen transitoriamente los restos del avión fueron transportados por el Ejército hacia Montevideo. La finca se sitúa casi en frente a los islotes del Matón, a unos cuatro kilómetros de donde ocurrió el siniestro.

Montero dijo que pocos minutos después de que el avión se perdió en la niebla, se sintió que el avión había girado y hubo un ruido "impresionante".

Montero fue presentado a El País por Cristian Lucero, el pescador que se encontraba en la costa a unos 800 metros de donde cayó el avión.

Lucero asegura que pescaba con otro amigo cuando vio que el avión se dirigía hacia Buenos Aires a muy baja altura. Pese a no haber escuchado el impacto, su amigo le preguntó "si en la zona había una cantera", porque había escuchado un ruido de estruendo.

Ambos coincidieron en que quizá el campo contiguo pudo haber sido el lugar de aterrizaje, si las condiciones del tiempo lo permitían, pero coincidieron que la niebla era muy espesa. La hora sería poco después de las 13, o acaso algunos minutos más, porque el trabajador reconoce que siempre duerme una siesta a esa hora.

Al cabo de un rato comenzaron a sentir el movimiento de lanchas y aviones que hicieron del lugar un punto de enorme ajetreo hasta ahora.

Retiran piezas

Uno de los helicópteros de origen ruso que aportó la Fuerza Aérea Argentina, transportó los dos motores hacia tierra. La fiscal Alicia Ghione, que observó el procedimiento desde unos doscientos metros, dijo a El País que el expediente se encuentra en una etapa de "investigación reservada". En este sentido se recopilan pruebas, se estudian antecedentes y diferentes elementos que se van aportando, y las declaraciones de los testigos. Reconoció que el trabajo va a llevar tiempo.

En dos chatas del Ejército se transportaron las piezas hacia un hangar de la Comisión Investigadora de Accidentes e Incidentes de Aviación, ubicado en el Aeropuerto de Carrasco.

Pasadas las 19:00 horas los técnicos continuaban trabajando con luz artificial.

La jueza María Alexandra Facal ordenó un cordón de seguridad a distancia mientras las operaciones se realizaron con hermetismo en la pasada jornada. El traslado de las partes del avión hacia Montevideo finalizaba en el día de ayer con luz natural.

Portal de América - Fuente: www.elpais.com.uy