Las consecuencias de una imagen de destino caro
Martes, 19 Febrero 2019 01:05

Las consecuencias de una imagen de destino caro
Las gremiales empresariales y los propios empresarios vienen reclamando acciones y soluciones en la actividad turística desde hace mas de 10 años sobre aspectos como la informalidad que es el gran tema de cada verano o temporada alta. También se demanda la atención del gobierno para que se atiendan sus reclamos sobre los altos costos impositivos.
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por Sergio Bañales, desde Montevideo
 
Se le ha comprobado más de una vez a las autoridades, tanto a las departamentales como del gobierno central, que la incursión de actores que ejercen ilegalmente ciertas actividades principalmente durante la temporada turística, afectan de manera importante no solo la legitimidad del negocio sino también la rentabilidad y por otra parte la imagen y la seguridad de los turistas.
El gran volumen de contrataciones ilícitas, hace que caiga de manera importante la recaudación del Estado, cosa que parece no interesarles, pero los peores afectados son aquellas empresas que durante todo el año deben mantener sus negocios y cumplir con sus obligaciones. Ni que hablar del perjuicio al que se ven expuestos aquellos trabajadores que acceden a contratos fuera de la ley, careciendo de protección total.  
Si a ello le sumamos las impresionantes cargas sociales con las que debe lidiar el sector privado (que al parecer no tienen techo), más los deficientes e inadecuados planes y proyectos promocionales del Mintur que no están acorde a la realidad de los mercados a conquistar, el panorama es preocupante. Esta situación provoca un importante impacto negativo en la colectividad empresarial y a su vez perjudica la competitividad haciendo de este negocio algo insostenible para cualquier empresa dedicada a la atención y prestación de servicios turísticos.
Por ello las decenas de legitimas manifestaciones y preocupaciones públicas por parte de las asociaciones, cámaras y corporaciones turísticas que buscan que las autoridades públicas no solo reaccionen de manera inmediata, sino que se comienza a gestar una percepción de que Uruguay (no hablamos solo de las costas) se está convirtiendo en un destino caro y no ofrece una buena relación calidad-precio.
Estas instituciones han enfatizado que para seguir siendo competitivos, el gobierno necesita revisar todos los impuestos aplicables a la actividad turística y que en algunos casos se deben eliminar o reducir.
Debemos entender que de lo que se trata aquí es sencillamente un tema de “rendimiento económico” y ningún privado continuara trabajando a pérdida o empatando. A su vez tener en cuenta que paralelamente estamos sufriendo una importante sangría empresarial, ya que capitales e inversores que habían elegido a Uruguay para invertir en el turismo, emigran a otros países de la región Mercosur, donde hay mayores oportunidades y menores costos operativos. 
Para ser más claros en nuestras expresiones, diferentes fuentes nos han informado que los impuestos basados en los ingresos (IVA, impuesto sobre el volumen de negocios del servicio y gravámenes de diferentes rubros y prestaciones) han aumentado en los últimos 5 años en el entorno del 38 %, lo cual es demasiado cuando se sacan las cuentas finales de rendimiento. 
En estos momentos es donde deben aparecen las políticas sobre el funcionamiento turístico en el Uruguay y el rumbo que se proyecta tomar. ¿Queremos turismo de cantidad o de Calidad?, ¿vamos a “llenar” los destinos con veraneantes y viajeros incluidos o los vamos a “ocupar” con Turistas puros que le sean rentables al país y a la actividad privada?.
En lo personal estimo que se debe apostar por un turismo de calidad y organizar los destinos excepcionales para aquellas regiones que decidan por modalidad y características estructurales, trabajar con “veraneantes”.
Mientras tanto y en la medida en que esto no se resuelva estamos dando una imagen no merecida de Uruguay como destino “caro”, tampoco sería merecedor que se nos elija por lo barato, ya que nuestra competitividad  no debería estar pasando por el precio sino por la calidad brindada, por más que los costos de las empresas incidan en el precio final. 
Por el momento habrá que sufrir las consecuencias de la imagen que se nos impuso, hasta que decidamos adoptar políticas claras y contundentes y jugarnos a un posicionamiento turístico como país total, integrado bajo una misma política y conservando la identidad de cada rincón del Uruguay.
Portal de América
 
 

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