El encuentro se realizó en un entorno pensado para vivenciar y experimentar las unidades, con el objetivo de mostrar el compromiso de la empresa referente en transporte turístico con la calidad de la experiencia de quienes visitan Uruguay.
Se desarrolló en la Bodega Familia Dardanelli, con una presentación muy elegante y cuidando todos los detalles, rodeados de un entorno natural adecuado para hacer lucir a las distintas unidades.
La empresa se dedica desde hace más de quince años a brindar transfers ejecutivos de manera segura y confiable. El objetivo es dar un servicio integral en el traslado terrestre y se especializan en viajes corporativos y de placer.
Los valores que representan a la empresa son los que ofrecen es sus viajes: capacidad, seguridad, confort, profesionalismo y eficiencia. Cuenta con soluciones innovadoras pensadas para la empresa o agencias de viajes, planes corporativos, cuentas corrientes, rápido proceso de reservas online, atención al cliente las 24 horas, modernas unidades, respuesta inmediata, puntualidad y seriedad, manifestó Gustavo Pascuali, gerente de Carrasco Traslada en la presentación.
Tienen una flota completa y segura que se adecua a las necesidades de transporte y logística con autos sedan estándar, ejecutivos, minivans, vans y por ejemplo una camioneta para atender los requerimientos de aquel pasajero que tenga alguna discapacidad física. La empresa está enfocada en las necesidades de transporte, por su trayectoria sabe de la importancia de la administración de los gastos. El sistema que gestionan está configurado de manera tal que el cliente obtenga los datos que precise para realizar un control más exhaustivo del servicio, es decir, se puede solicitar que la reserva sea realizada con los datos necesarios según los procesos de la empresa y recibir una facturación desglosada.
Finalmente la oportunidad fue propicia para hacer una muy detallada visita a la bodega de la Familia Dardanelli por parte de sus propietarios, incluida la degustación de sus muy buenos vinos.
Portal de América - por Eduardo Segredo