7 coliseos romanos que podrían estar en la Ciudad Eterna (pero no lo están)
Lunes, 03 Marzo 2025

Anfiteatro de Pula Istria, Croacia. Anfiteatro de Pula Istria, Croacia.

No todos los grandes anfiteatros romanos se construyeron en Italia. Viajamos por aquellos coliseos que el imperio romano construyó fuera de sus fronteras y que aún siguen en pie.

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Hubo un tiempo, más concretamente entre los siglos I a. C y II d. C., en que la expansión romana por el mundo se volvió muy loca. Los romanos no tenían freno, y los límites del imperio llegaron hasta lo que ellos consideraban el fin del mundo. Por el camino, fueron romanizando las provincias colonizadas a imagen y semejanza de las grandes urbes de la península itálica. Y claro, a toda esa gente nueva y desplazada había que entretenerla, bien con espectáculos circenses o bien con un puntito de sangre y violencia en forma de batallas a muerte entre semejantes bípedos.

Gladiadores ensangrentados y la imagen del Coliseo de Roma parecen dos arquetipos mentales siameses separados al nacer, pero existen otros muchos coliseos repartidos por la faz de la tierra. Salimos de la Ciudad Eterna para recorrer aquellos “otros” coliseos que consagraron la grandeza de un imperio que, finalmente, sucumbió ante sí mismo y su propio poder.

El coliseo de Nimes Francia.
El colosal anfiteatro de Nimes convertido en escenario. Alpineguide / Alamy Stock Photo

Arena de Nimes: Un Coliseo en tierras galas - Francia

Situado en el corazón histórico de la ciudad francesa de Nimes, se encuentra esta anfiteatro romano conocido como el Coliseo de Nimes. Larga vida rezuman sus arcos, que vieron la luz por primera vez a finales del siglo I a. C. y que permitían la entrada a unos veinte mil espectadores. Este coloso elíptico no solo acogió combates de gladiadores y espectáculos con animales exóticos y sangre por doquier. También sirvió como fortaleza en la Edad Media, llegando incluso a albergar un pequeño poblado en su interior.

Al pasear por sus gradas, resulta casi inevitable imaginar el estruendo de una muchedumbre enloquecida, disfrutando del espectáculo de la muerte bajo los garrotes de un sol implacable. Con la llegada del siglo XVIII el interior del Coliseo de Nimes se transformó, llegando a perder las casas que existían en su interior para convertirse en la segunda mitad del siglo XIX en el escenario que actualmente conocemos. Conciertos de rock, festivales de música electrónica y corridas de toros son parte de un nuevo ADN cultural que se deja disfrutar desde este anfiteatro. Un coloso que, por cierto, cuenta con su propio sistema de calefacción.

El Anfiteatro de El Djem junto a dos camellos Túnez .La imponente representación de Roma en África: el Anfiteatro de El Djem. eFesenko / Alamy Stock Photo

El Anfiteatro de El Djem o la grandeza de Roma en África - Túnez

Se trata de uno de los coliseos que más de cerca podría rivalizar con el titán romano. Las áridas tierras del norte de África susurran historias de antiguas civilizaciones que vivieron el paso de la cultura romana y fueron partícipes de cómo se alzaba uno de los coliseos más imponentes jamás construidos: el anfiteatro de El Djem. Con sus 148 metros de largo, 122 metros de ancho y capacidad para albergar hasta 35.000 espectadores, poco se lleva con el Coliseo de Roma, convirtiéndose en el mayor anfiteatro del continente africano. Su colosal estructura de piedra calcárea ha resistido el paso del tiempo, a pesar de haber sido saqueada en el siglo XVII para construir la Gran Mezquita de Kairuán.

Aunque se tiene la creencia de que este gigante fue levantado en torno al año 238 d. C., no se sabe a ciencia cierta cuando fue construido ya que antes del levantamiento del coliseo que hoy en día contemplamos, existieron otras edificaciones similares. Que no exista inscripción sobre el levantamiento tampoco ha ayudado mucho a los historiadores. Su estado de conservación es increíble, pudiéndose visitar el hipogeo con las celdas de los animales y las cisternas de canalización del agua subterránea.

Anfiteatro de Pula durante la noche. El Coliseo del Adritico  Croacia.
El anfiteatro de Pula en Istria, el único que mantiene sus cuatro torres. Nino Marcutti / Alamy Stock Photo

Anfiteatro de Pula: el Coliseo del Adriático - Croacia

Viajamos hacia la península de Istria, donde el azul del Adriático besa la costa croata y el Anfiteatro de Pula se yergue como un coloso de piedra que desafía a los dioses. Construido entre el 27 a.C. y el 81 d.C., es el único anfiteatro romano que conserva íntegramente sus cuatro torres. Se trata del sexto anfiteatro romano más grande del mundo y cuenta con un aforo de hasta 20.000 espectadores. Estas dimensiones lo convirtieron rápidamente en meca de peregrinaje para los amantes de la lucha de gladiadores, actividad que perduró hasta entrado el siglo V.

Durante la Edad Media, el Coliseo de Pula tuvo varios usos, como el de feria de ganado e incluso almacenes. También durante un tiempo estuvo tomado por los torneos ecuestres de la belicosa Orden de Malta, cuyos caballeros exhibieron sus cualidades durante muchos años. El paso de los siglos hizo que poco a poco cayera en el olvido hasta que llegó su restauración en el siglo XIX. Gracias a la remodelación, hoy en día ha acoge multitudinarios conciertos de la talla de Dua Lipa o Lenny Kravitz. Incluso se ha llegado a celebrar un partido de fútbol, recordándonos que el espíritu del espectáculo de masas nunca ha abandonado ese lugar.

El coliseo de Verona iluminado de rosa en la noche.
El coliseo de Verona iluminado, referente en espectáculos musicales. LaPresse / Alamy Stock Photo

El Coliseo de la ópera: Arena de Verona - Italia

Sin salir de Italia, hay opción de visitar otro coliseo del que la bota de Europa también sabe presumir. Nos remontamos al año 30 d. C., en un mapa de la Antigua Roma donde el ocio y el divertimento eran parte esencial para que el mecanismo del imperio funcionase. De ahí que se construyeran tantos edificios, como la actual Arena de Verona.

Se cree que es el tercer anfiteatro romano en tamaño y cuenta con una capacidad de hasta 30.000 personas. Originariamente se ideó para la lucha de gladiadores, hasta que el emperador Honorio prohibiera estos espectáculos en el siglo V. En el siglo XII un terremoto casi acaba con la estructura pero, gracias a las diferentes restauraciones que comenzaron en el siglo XVI y terminaron en el siglo pasado, el Coliseo de Verona ha sobrevivido. Es más, gracias a su acústica, se ha convertido en un referente en cuanto a espectáculos musicales, fundamentalmente lírica y clásica. Sus oscuras y tenebrosas catacumbas le hicieron valerse el nombre del “laberinto del diablo”.

El Coliseo de Arls Francia.El gigante coliseo de Arlés, icono del Patrimonio de la UNESCO. blickwinkel / Alamy Stock Photo

Un coliseo que fue ciudad: Arlés – Francia

Contemporáneo en tiempo al Coliseo de Nimes, este gigante de la arquitectura romana es capaz de albergar un espectáculo con capacidad de hasta 25.000 personas. A pesar de que fue conquistado por el oscuro mundo de la tauromaquia, este icono del Patrimonio de la UNESCO fue considerado en su día como uno de los anfiteatros romanos más avanzados gracias a su peculiar sistema de evacuación a través de pasillos y galerías interiores y exteriores dispuestos de forma alterna. Toda una revolución en aquella época.

Durante la Edad Media cambió su cometido para convertirse en una fortaleza militar. Sufrió una importante remodelación en el siglo XIII y se construyeron cerca de doscientas viviendas en su interior además de un par de templos. Y así se mantendría durante más de quinientos años hasta que los terrenos fueron expropiados para ser destinados finalmente a la práctica de la tauromaquia. A pesar del gusto por los toros, se ha conseguido reavivar su antigua gloria gracias a la representación de obras teatrales, conciertos y festivales.

Los restos del anfiteatro de Santiponce Sevilla .
Los restos del anfiteatro español de Santiponce y escenario de la mítica serie “Juego de Tronos”. PM photos / Alamy Stock Photo

Itálica y el Coliseo español que vio nacer a los emperadores - España

No podía faltar uno de estos gigantes arquitectónicos en nuestro país. Ponemos el GPS rumbo a Santiponce, en la provincia de Sevilla, donde en tiempos del emperador Adriano se mandó levantar este coliseo en la que fuera la primera ciudad de la Hispania romana. Se trata de un anfiteatro algo más moderno, construido a principios del siglo II d. C. y donde se estrenaban por primera vez en tierras hispanas los juegos de sangre, las peleas a muerte entre animales, guerreros y gladiadores.

Itálica fue la cuna Adriano y Trajano, dos de los cinco conocidos como los “buenos emperadores”. Su coliseo contaba con tres plantas en altura y capacidad para 25.000 personas, aunque se cree que originalmente pudieron caber más. Contaba con capillas dedicadas al culto de Caelestis y de Némesis, cuya huella aún permanece visible en las lápidas votivas ubicadas en la puerta del triunfo. A pesar de que el paso del tiempo ha hecho mella, este coliseo español ha recuperado su gloria del pasado gracias a la serie Juego de Tronos, ya que el escenario del Pozo Dragón es el propio anfiteatro en su máximo esplendor.

Anfiteatro romano de Capua Italia.
El coliseo de Capua, el segundo más grande del mundo también en Italia. LianeM / Alamy Stock Photo

La rebelión del Coliseo de Capua – Italia

Probablemente la palabra vértigo sea la más apropiada para definir al que es el segundo anfiteatro romano más grande del mundo, detrás directamente del Coliseo de Roma. Viajamos a la Campania italiana, a Santa María Capua Vetere donde se levantó este titan de piedra del que hoy en día apenas quedan restos de dos de sus plantas originales. Volvemos de nuevo al imperio romano de Adriano que, como habéis podido suponer, pasaría a la historia meritoriamente como el emperador con mayor patrimonio arquitectónico a sus espaldas. Aunque, realmente, Adriano reconstruyó el anfiteatro que anteriormente había levantado el emperador Augusto y, dicho sea ya de paso, llevarse parte de su gloria.

Se cree que el anfiteatro original de Capua sirvió de inspiración para la construcción del Coliseo de Roma. En números, esta gigantesca mole de piedra poco envidia al de la capital italiana, con sus 170 metros de largo y capacidad de más de 50.000 espectadores. Se cree que fue escuela de gladiadores y que de sus catacumbas escapó el legendario Espartaco, acompañado de un grupo de gladiadores sublevados que le acompañaron en la rebelión que muchos conocerán por el cine.

Portal de América - Fuente: Condé Nast Traveler

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