Ese día, la ruta de Sídney a Shanghái dejará de operar, apenas seis meses después de haber vuelto tras la interminable pandemia china. Esta es la única ruta de Qantas al gigante asiático, porque ya notaba que la demanda no iba bien. Observen que la aerolínea no cubre la conexión a Pekín, lo cual para un país en el radio de influencia de China es sorprendente.
Hay otro aspecto, sin embargo, a tener en cuenta. Los cinco vuelos semanales de Qatar son una gota al lado de los 102 que ofrecen las aerolíneas chinas entre el país y Australia. Nada menos que ocho compañías chinas cubren estas rutas.
Pero, tanto en un caso como en el otro, es verdad que la salida de chinos al mundo sigue sin funcionar. Qantas dice que muchos de sus vuelos van apenas al cincuenta por ciento de ocupación.
Por supuesto, Qantas no descarta volver a esa ruta en el futuro, pero hoy puede hacer más dinero en muchas otras en las que la demanda es mayor. Por ejemplo, los vuelos a Singapur van llenos y a estos va a dedicar algunos de estos aviones, así como a la India, donde la demanda está disparada.
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