Así se pudo observar como ministros y directores de turismo mantenían infinidad de contactos en una agenda sumamente apretada. Quizás y sin quizás sea el día más esperado, ya que es la oportunidad de concretar negocios o por lo menos dejarlos bien encaminados.
Como anécdota, son muy pocos los casos en que en una feria no sólo se haya vendido, sino que además haya sido cobrado el servicio por adelantado. Pero esas cosas a veces suceden.
Se pudo ver un importante contingente de gente haciendo cola para entrar desde las 10 horas que es cuando abre la feria. Seguramente muchos trabajaron con precios, promociones, condiciones, tarifarios, fechas, tratando de lograr los mejores resultados.
En fin, todos se prepararon para ese día tan deseado cada año y en cada feria.
En imágenes una recorrida por stands sudamericanos.
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