Realquiler de pisos en Airbnb: así funciona la banda de Timur
Viernes, 23 Junio 2017 09:19

Realquiler de pisos en Airbnb: así funciona la banda de Timur

La publicación de la historia de Montse Pérez en ‘La Vanguardia’ destapa tres casos más de propietarios defraudados. El caso de Montse Pérez ha destapado la caja de Pandora. Este jueves ‘La Vanguardia’ publicaba su rocambolesca historia: verse obligada a ocupar su propio piso realquilado por el inquilino en Airbnb. Su arrendatario era Timur, un joven de origen chileno y ruso cuya empresa para la que trabajaba le había destinado a Barcelona. No sólo no llegó a vivir ahí, sino que se embolsó cerca de 7.500 euros mensuales por subarrendar el inmueble.

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Aparte del piso de Pérez, Timur ha alquilado al menos tres viviendas más. No trabaja solo. De hecho, él se limita a ser la cara visible de una banda rusa que saca rentabilidad a pisos de terceros mediante plataformas como Airbnb. “Son extremadamente violentos”, confiesa Toni Martínez, al otro lado del teléfono. Martínez es propietario de una agencia inmobiliaria y a mediados de marzo una de sus clientas le alquiló a Timur un apartamento situado en la calle Pescadors de Barcelona.

Un vecino se enfrentó a uno de los hombres y éste le amenazó: “Cuando te vea te voy a cortar el cuello”
Poco tiempo después de la firma del contrato, detectaron varias irregularidades y acudieron al piso. “Cuando llegamos había una chica que lo había alquilado por Airbnb. Se alarmó y salió corriendo”, explica. La dueña de la vivienda decidió entonces cambiar la cerradura, a pesar de que Martínez la alertó de que se trata de una práctica ilegal. Una información que, al parecer, la banda de Timur también conoce.

Cuando el cerrajero acudió, llamó al agente inmobiliario y le dijo: “Ven al piso que hay problemas”. Al llegar,Martínez se encontró con un “hombre ruso corpulento, de un metro noventa y muy agresivo”. Diez minutos más tarde llegó otro chico, “también ruso, más alto y aún más violento”. “Llevaba en la mano unos poderes notariales. Decía que él era el apoderado de todas las propiedades de Timur”, detalla.

A la cita acudió también la dueña del inmueble e incluso un vecino que, probablemente alertado por el ruido, salió a la escalera. El vecino se enfrentó a uno de los hombres y éste le amenazó. “Cuando te vea te voy a cortar el cuello”, le dijo. Martínez explica que llegaron a las manos y tuvieron que separarlos. “La violencia era máxima. Pensaba que íbamos a salir todos a golpes”.

Ficha de uno de los pisos subarrendados en la plataforma Airbnb

La dueña, finalmente, llamó a los Mossos d’Esquadra entre lágrimas. “Se respiraba mucha tensión y tardaron un rato. Cuando llegaron nos dijeron que teníamos que iniciar una demanda civil y que ellos no podían hacer nada”. Puso una denuncia, pero a día de hoy la situación sigue siendo la misma. Timur y sus secuaces volvieron a cambiar la cerradura y, a modo de advertencia, colocaron una cámara en el rellano de la finca.

Martínez asegura que tanto él como su clienta han llamado decenas de veces a Airbnb para que retiren el anuncio. “No nos han hecho ni caso”. De hecho, a día de hoy el piso continúa publicado en la plataforma. “Acogedor apartamento en el corazón de la Barceloneta. Bonita y tranquila zona con un montón de restaurantes. La playa está a sólo 2 minutos a pie”, reza la ficha de la vivienda.

La banda cambió la cerradura y puso una cámara en el rellano como advertencia
La alquila un chico que se hace llamar Ilhar y que cobra hasta 200 euros por noche, según la temporada. Como si fuera su propietario, pide otros 200 euros a modo de depósito de seguridad. No permite la entrada de mascotas, fumar, ni celebrar fiestas, y sus huéspedes puntúan la atención y el equipamiento de la vivienda con un total de cuatro estrellas sobre cinco. Martínez subraya que la foto que exhibe en su perfil es real. “Es uno de los chicos que estaba el día de la trifulca”, asevera.

Ilhar no es el único piso que parece haberse apropiado. Anuncia un segundo apartamento “luminoso y soleado” en Poblenou, en una finca nueva con ascensor y hasta con fibra óptica. Sus precios oscilan entre los 107 y los 220 euros.

La tercera estafa de Timur: un loft en la Barceloneta
El perfil de Timur es poco común, así que la mañana de este jueves, cuando M.G. leyó el artículo sobre el caso de Montse Pérez, cayó en la cuenta de que también había sido estafado.

Este vecino de la capital catalana tiene un piso en la Barceloneta que alquiló al mismo Timur el pasado 28 de abril. Pide permanecer en el anonimato por temor a represalias. “Me pareció un chaval muy majo. Me contó que había estudiado en Londres y que trabajaba para una empresa inglesa en el departamento de finanzas”, explica al otro lado del teléfono en declaraciones a ‘La Vanguardia’. Se lo alquiló mediante una agencia inmobiliaria por 950 euros al mes sin saber que el joven, en realidad, estaba a punto de embolsarse 250 euros diarios a su costa.


Tras leer la historia de Montse, lo primero que hizo fue buscar su vivienda en Airbnb. Encontró las fotos de su piso y decidió pasarse por allí. “Timur ya había cambiado la cerradura. Este viernes por la tarde irán nuevos inquilinos. Lo he visto en el calendario”, dice M.G.. Intentó contactar con él, pero el teléfono ya no está operativo y todo apunta a que no volverá a estarlo. Decidió llamar a un amigo para preguntar si sabía algo más sobre el tema. “Me ha dicho que es gente muy violenta y que no se me ocurra volver porque son muy peligrosos”.

Confiesa que hasta el día de hoy el joven ha cumplido con todos los pagos, pero está preocupado porque, aunque en el contrato se especifica que está prohibido subarrendar la vivienda, en caso de que esta irregularidad sea detectada por algún vecino o por el mismo gobierno municipal, las primeras denuncias irán dirigidas a él. “He ido a la oficina de Atenció Ciutadana de Ciutat Vella y lo he puesto en conocimiento del ayuntamiento”, señala, con la esperanza de que el consistorio busque una solución.

“Timur ya había cambiado la cerradura. Este viernes por la tarde irán nuevos inquilinos. Lo he visto en el calendario” (M.G., PROPIETARIO DE UN APARTAMENTO SUBARRENDADO EN AIRBNB)

Portal de América - fuente: La Vanguardia, por MIRIAM ELIES, Barcelona

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