Ya las bolsas europeas vienen registrando cómo las compañías aéreas pierden valor porque los inversores cotizan según el futuro que ya no se ve claro. Desde noviembre pasado, las acciones de aerolíneas han caído un 13 por ciento.
Esta semana, Air France KLM dijo que los ingresos en verano van a caer casi hasta en 200 millones porque insólitamente la gente no quiere volar a París debido a que hay Juegos Olímpicos. Por su parte, Norwegian ha recortado su previsión de beneficios cayendo su valor en Bolsa en un 16 por ciento.
El mundo de los negocios espera ahora con ansiedad los resultados de Ryanair, el próximo 22 de este mes, seguida de Easyjet. Siempre explícito, Michael O’Leary declaró a los medios que los precios de los billetes están dejando de subir y que la demanda empieza a estabilizarse tras dos años de fuerte crecimiento.
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