Crisis, turismo y la desaparición de Spanair
Lunes, 05 Marzo 2012 21:42

Crisis, turismo y la desaparición de Spanair
Las economías de Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España están atravesando una profunda crisis estructural con serios problemas de solvencia en su deuda soberana. Dentro de este desolador panorama, la economía española ha vuelto a refugiarse en la industria turística que actualmente emplea a más del 12% de sus trabajadores y representa más de un 10% de su Producto Interior Bruto (PIB). El sector turístico se ha convertido en la única industria verdaderamente sólida del país mostrando una fortaleza y una competitividad encomiables incluso en los peores momentos de la crisis.
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por Ricardo García-Viana y Alberto Moreno, profesores de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Europea de Madrid

Durante el año 2011, el 64,1% de las empresas turísticas españolas han incrementado sus ventas, el sector se situó como uno de los sectores con mayor aportación al crecimiento del PIB y es el único que generó empleo en España según Exceltur.

Es cierto que la coyuntura sociopolítica por la que atraviesan nuestros países competidores del norte africano está favoreciendo la llegada de turistas internaciones a nuestro país. Sin embargo, hay otros muchos destinos competidores en el segmento de sol y playa, tales como los destinos del caribe o del sudeste asiático, que no han sufrido merma en su competitividad reciente y también se benefician de la coyuntura.

En el año 2011, España ha recibido un 7,6% más de turistas internacionales alcanzando los 56,7 millones que también han aumentado ligeramente el gasto medio por visitante alcanzando los 934 euros de media. Sin duda las compañías aéreas son un sector clave para satisfacer la demanda de los turistas que quieren llegar a nuestro país dadas nuestras particulares condiciones de localización geográfica. De esta manera las compañías más exitosas en el sector del bajo coste han instalado numerosas bases y/o hubs en nuestros aeropuertos más estratégicos tales como Madrid, Barcelona o Palma y han situado a España en el segundo país dentro del ranking mundial de vuelos low cost. El tráfico aéreo también se incrementó en un 6% durante el año 2011 aunque en el aeropuerto de Barcelona-El Prat aumentó hasta el 17,8% dada la apuesta estratégica de varias compañías aéreas.

Recientemente hemos vivido la estrepitosa desaparición de Spanair, una de las aerolíneas nacionales más relevantes e históricas. Algunos achacan su desaparición a los efectos de la crisis aunque teniendo en cuenta los datos es difícil de defender este argumento. Es necesario recordar que la aerolínea era ya deficitaria desde que su anterior propietaria mayoritaria, la escandinava SAS, se quiso deshacer de ella en el año 2009 vendiendo su participación por 1 euro. La apuesta de empresarios e instituciones públicas catalanes fue decidida y pretendieron hacer de ella la aerolínea de bandera de Cataluña utilizando uno de los aeropuertos con más potencial de crecimiento de la Unión Europea después de su ampliación en el año 2009. A pesar de la deuda estructural que pesaba sobre la compañía, se asumieron nuevos retos estratégicos como la ampliación de nuevas rutas y la potenciación de su alianza estratégica dentro de Star Alliance.

Sin embargo y paradójicamente las ayudas públicas han sido las que finalmente han espantado a nuevos inversores necesarios para garantizar la viabilidad financiara de la empresa. Qatar Airways estaba inicialmente interesado en adquirir el 50% de la aerolínea por unos 150 millones de euros lo que garantizaba la viabilidad del proyecto empresarial. Sin embargo, las negociaciones se truncaron por la reciente experiencia de la desaparecida compañía húngara Malev. Esta aerolínea fue condenada por tribunales de la Unión Europea a la devolución íntegra de ayudas públicas en un caso muy parecido al de Spanair.

Resulta muy aventurado aseverar que la crisis ha llevado a la quiebra a una empresa más cuando sus competidores directos en el propio aeropuerto de Barcelona-El Prat, como Iberia, Vueling o Ryanair, han mejorado su rentabilidad en los últimos años. Por tanto, parece más lógico culpar a la gestión privada y al interés público de hacer sobrevivir a una empresa que venía de una situación de perdidas crónicas prolongadas por demasiados años. Ya en el año 2010 había registrado pérdidas por valor de 115 millones y el pasivo presentado en el concurso de acreedores asciende a los 475 millones de Euros.

Sin duda el aeropuerto de Barcelona-El Prat ha perdido a uno de sus grandes socios estratégicos, el destino también notará su pérdida así como AENA teniendo en cuenta los ingresos que dejará de percibir en tasas aéreas de sus miles de viajeros. Sin embargo, hay ganadores en esta competición que se beneficiarán de esta nueva coyuntura, las compañías de bajo coste. Vueling incrementó su valor accionarial en torno a un 22% en cuanto la bolsa comenzó a funcionar el primer lunes post-Spanair. Ryanair e Easyjet también han manifestado su interés en adquirir derechos de vuelo y rutas liberadas por Spanair. Por supuesto que los nuevos aspirantes a la carrera que verán la luz en los próximos meses tales como Volotea o Iberia Express tomarán debida cuenta de las posibilidades que el aeropuerto de Barcelona-El Prat les ofrece. De esta forma, en los próximos meses las ahora mermadas pantallas del aeropuerto recuperarán muchos de sus vuelos operados por otras compañías aprovechando el espacio disponible en el creciente mercado.

Es cierto que todas las noticias económicas que se producen en la actualidad se relacionan automáticamente con la omnipresente crisis. Sin embargo, esta quiebra podía y probablemente debía haber sucedido hace ya mucho tiempo pero las compañías aéreas acostumbran a generar un caos social en sus abruptos ceses de operaciones. De este modo, Spanair se suma a las ya sonadas quiebras de Air Madrid en 2006 y Air Comet en 2009. ¿Para cuando una legislación que proteja a los pasajeros en estos periódicos casos? La Asociación Empresarial de Agencias de Viajes Españolas (AEDAVE) ha propuesto la creación de un Fondo Europeo de Protección al Pasajero con el objetivo de indemnizar a los viajeros en caso de suspensión de operaciones o quiebras de compañías aéreas. Parece una medida razonable acometer teniendo en cuenta la atomización del sector aéreo que se está produciendo en España y las tendencias cada vez más competitivas del sector que seguro llevarán a más compañías a la quiebra en un futuro no tan lejano.

En el año 2012 las previsiones del Ministerio de Industria, Energía y Turismo anuncian que el turismo va a seguir creciendo a un ritmo del 2,7%. El tráfico aéreo también se verá afectado positivamente de esta tendencia y el aeropuerto de Barcelona-El Prat probablemente mantenga el número de pasajeros compensando otras aerolíneas la abrupta desaparición de Spanair. Al menos parece que podemos seguir confiando en el turismo como motor económico nacional.

Portal de América - Fuente: www.preferente.com

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