Turismo, ladrillos y dólar
Domingo, 29 Enero 2012

Turismo, ladrillos y dólar

El uruguayo tiene obsesiones muy definidas. El fútbol, el mate, el asado. Y cada verano, enfrascarse en acaloradas discusiones sobre si la temporada turística rompe récords, o es un desastre completo. Este año ese debate se potenció a medida que las cifras espectaculares de crecimiento de años anteriores comienzan a insinuar que se está llegando a una "meseta". Y que algunas medidas del gobierno empiezan a despertar la inquietud de quienes manejan la que hoy es la principal industria del país. Todo esto genera algunas preguntas: ¿hasta dónde puede crecer el turismo en Uruguay sin afectar su sostenibilidad? ¿El gobierno valora en su justa medida esta actividad? ¿Cómo impactará en este rubro la compleja relación con Argentina?

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El encuadre | Martín Aguirre

"No vamos a poner en riesgo la gallina de los huevos de oro que se llama turismo". Así se expresaba días atrás el presidente Mujica, al defenderse de críticas por su tolerancia ante medidas comerciales argentinas. "Inversiones como la construcción de Punta del Este valen, varias veces, toda la inversión industrial de este país. Es la exportación más importante de Uruguay", sostenía. Y con razón. Los ingresos que implica año a año esta actividad son elocuentes. En 2011 ingresaron en Uruguay 3 millones de turistas, casi uno por cada habitante del país. Lo cual, según datos oficiales, aportó ingresos por US$ 2.171 millones. El número frío no dice mucho, pero resulta expresivo cuando se lo contrasta con las exportaciones anuales de Uruguay: US$ 8 mil millones.

Y que rubros como carne o soja, no llegan a los mil millones.

Y eso sin contar con el impacto que el turismo tiene en una industria paralela, la construcción. En 2011 la inversión en "ladrillos" movilizó otros 2 mil millones de dólares, de los cuales buena parte fueron en zonas de veraneo. Esa cifra implicó un crecimiento de 16% respecto a 2010. A tal punto llega el dinamismo de la construcción en las zonas turísticas, que en una entrevista reciente, Jorge Pérez, un experto en negocios inmobiliarios sostuvo que el mismo "da miedo". "Aquí hay una grúa en cada esquina. Es una demanda difícil de estudiar", señalaba Pérez.

Esta declaración pone sobre el tapete dos de los desafíos más complejos que presenta el boom turístico actual. Primero el aspecto de la sostenibilidad.

¿Hasta dónde se puede seguir construyendo en lugares como Punta del Este sin afectar su imagen? Y segundo, el mercado. ¿Quién va a comprar esa enorme cantidad de inmuebles en construcción? Un problema del que parecen ser conscientes los operadores, y que comienza a sentir el impacto de algunas medidas a estudio del gobierno uruguayo.

Según Alejandra Covello, empresaria inmobiliaria argentina referente en ambos países, "el mercado está bastante frenado" debido a la negociación que Uruguay, bajo presión de un organismo internacional como la OCDE, viene teniendo con su vecino del Plata para hacer un tratado de intercambio de información tributaria. Esto eliminaría la sensación de seguridad que muchos inversores argentinos buscan al poner sus fondos en bienes en Uruguay, huyendo de la voracidad fiscal y la historia compleja que tiene su país en materia de manejos cambiarios y bancarios. Si el tratado refleja algunos de los aspectos
requeridos por Argentina hoy, y que expertos advierten que nuestro Ministerio de Economía parece demasiado proclive a aceptar, eso significaría un golpe duro a esta industria.

Pero no sólo la construcción observa nubes negras en el horizonte. El 15 de enero una nota publicada por El Observador alertaba que la temporada no estaba dando los resultados esperados, y señalaba claramente al responsable del problema: la cotización del dólar. "Lo que pasa es que Uruguay es el país más caro del mundo", afirmaba allí el operador inmobiliario Artigas Portela. Esto habría llevado a que zonas que apelan al visitante de segmentos menos fastuosos haya visto resentida su actividad. Algo comprensible cuando uno comprueba que un menú básico en pleno Centro de Montevideo no baja de los 15 dólares, más caro de lo que cuesta hoy en Europa.

Allí vuelve a plantearse cierta duda respecto al enfoque que el gobierno tiene frente al turismo. Por ejemplo, el 29 de diciembre pasado, en momento de arranque de la temporada, el Banco Central dispuso el aumento de la tasa de interés de referencia. Una medida duramente criticada por varios expertos, sobre todo porque generaría en forma casi inmediata una depreciación de la ya alicaída cotización del dólar, perjudicando a los exportadores y a la industria turística. ¿Hasta dónde es atractivo un país tan alejado del circuito mundial con precios tan altos?

La realidad muestra que el desarrollo y el impulso de la actividad turística ha gozado de un raro consenso en el país, que lo ha puesto a salvo de las rencillas políticas menores y los debates ideológicos. Pero la aparición de estos nubarrones representa un desafío de proporciones que amenaza poner a prueba la visión y capacidad de adaptación, tanto del gobierno como de los operadores privados.

La frase I

"Inversiones como la construcción de Punta del Este valen, varias veces, toda la inversión industrial de este país. Este fenómeno es la exportación más importante que tiene Uruguay". (Presidente José Mujica)
La industria turística parece dirigirse hacia otra temporada exitosa, pero los expertos advierten que hay amenazas serias en el horizonte.

La frase II

"En Uruguay hay gente que aparece por cada rincón, para hacerte el trámite que de lo contrario demora en salir. Si no lo haces con él, puedes estar años esperando". (Tony Lemom, del Grupo Mantra)

El dato

En el pasado año 2011 ingresaron en Uruguay casi tres millones de turistas, y las divisas que aportó al país esta actividad superaron los 2.170 millones de dólares.

El País Digital

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