La historia del lugar dice que James Bond, el Agente 007, se ubicó en esta zona portuguesa de Estoril. Ian Fleming, el famoso escritor inglés, que durante unas vacaciones en Jamaica había creado este personaje, le dio vida en la costa de Portugal en el año 1941 durante la Segunda Guerra Mundial.

El hecho de que este vecino país se posicionara como neutral en el periodo del conflicto bélico de mitad del siglo pasado, hizo que la costa de Estoril fuera lugar elegido por varias monarquías europeas como lugar de exilio; entre ellas, la española, además de dignatarios de Estado, numerosas familias pudientes y fugitivos de guerra. Lo convirtió en un nicho de espionaje internacional, siendo escogido el Hotel Palácio como cuartel general por algunos de los más famosos agentes secretos. Entre éllos, Dusko Popov, Philip Jones, Kim Philby y Gram Green.

Ian Fleming, más tarde y tras su experiencia vivida en estas tierras, dio vida a Casino Royal, y de esta manera iluminó el Agente 007, James Bond. En el bar del lujoso Hotel Palácio (sede de los espías británicos), agentes aliados de los alemanes tramaron durante años algunas de las más decisivas maniobras de espionaje de la historia. El Hotel Atlántico (actualmente cerrado) era el de los alemanes.

Ian Fleming llegó a pasar mucho tiempo en este lugar mientras contemplaba las puestas de sol o tomaba un Martini en el bar frecuentado por los espías ingleses. Inspirado por el ambiente lujoso y paradisíaco transportó al personaje de ficción que había creado durante sus vacaciones en Jamaica, uno de los espías más famosos del cine, el James Bond, a este escenario perfecto. Del Casino de Estoril, como punto de referencia, nació Casino Royale, la primera novela del espía y escritor inglés.

El Casino de Estoril, uno de lo más famosos de Europa, fue el lugar donde también se rodó la película “007: al servicio de su majestad”, donde el agente Dusan Popov jugaba al Black Jack y arruinaba a los espías alemanes.

La herencia de la cultura en la mesa de las gentes importantes que han desfilado a lo largo de la historia por Estoril, Cascais y Sintra, se descubre en restaurantes, heladerías y pastelerías de la zona. Santini, visitada frecuentemente por Don Juan y familia, es uno de los iconos más dulces y delicatessen de todo el país en helados. Las recetas se vienen llevando a la práctica desde mitad del siglo pasado.

Estoril de símbolos culinarios tiene muchos. Uno de los que han dado fama a Cascais es la Pastelería Garret con sus bollos “rey” y “reina”, pasteles que tienen mucha semblanza con el roscón típico de reyes de nuestro país, aunque se diferencian de los nuestros porque no cuentan en su interior con el “rey” y el haba, debido a que en Portugal está prohibido por Ley.

El Café de París de Sintra es un restaurante de cocina de autor. Ofrece platos de pescado y carne en un comedor que luce decorados que recuerdan al Art Decó de la capital francesa. A un tiro de piedra del Café de París, Piriquita fabrica dulces típicos de la zona portuguesa.

El restaurante típico Refugio da Roca presenta en la mesa algunas de sus especialidades más reconocidas, especialmente en recetas de pescado fresco del Atlántico. Como plato fuerte de la restauración de Cascais, el Hotel Fortaleza do Guincho, con una estrella renovada en la edición 2012 de la Michelin, sugiere un menú degustación de cocina refinada, posiblemente, la mejor de Portugal. El restaurante 5 Sentidos es punto donde degustar platos sencillos, pero muy sabrosos.

Para regar los platos gastronómicos, la zona de Cascais elabora vinos de suelos arenosos, carentes sus viñas del ataque de la filoxera que se produjo a finales del siglo XIX en Europa, debido a la protección que ejerce la tierra arenosa sobre sus raíces. Almoçageme es un magnífico exponente de estos vinos, así como de otros de tierra calcárea, caldos marcados por un destacado componente afrutado que los hace ser muy finos y delicados.

¡Hasta pronto Estoril. Prometo volver!

Portal de América - Fuente: boletin-turistico.com