Pero no lo va a tener tan fácil. La ‘low cost’ irlandesa vincula la apertura de su base en Palma con la caída de operaciones de Air Berlin en cerca de un 20 por ciento. Consecuentemente, se deduce que su objetivo es arañar cuota directamente a la aerolínea alemana.
La fórmula para hacerlo es ofrecer conexiones con mercados emergentes del norte de Europa, teniendo en consideración que en Alemania Ryanair va a tener poco que hacer, ya que no opera en sus principales núcleos ni aeropuertos principales.
También batallará en las rutas domésticas, aunque eso sí, podrá aprovecharse menos que sus competidoras del descuento de residente, habida cuenta de sus precios por los suelos. El mal momento de Thomas Cook brota al mismo tiempo como una oportunidad para que Ryanair capte cuota del mercado británico, el segundo en Mallorca.
¿Es bueno para la Isla que Ryanair apueste por ella? Lo cierto es que para algunas cosas sí y para otras varias más no. Ryanair tiene potencial para alargar la temporada y para abrir mercados a un cliente que aún no había pisado Mallorca.
Pero para el hotelero la noticia tiene que acogerse con reservas. Existe el claro riesgo de que se propague una espiral de bajada de precios y que la imagen de Mallorca se vea perjudicada por el tipo de turismo que trae Ryanair. La Isla había resistido a caer en sus redes, y como mal menor parece que el Gobierno autonómico va a mantenerse sin dar subvenciones.
En momentos de crisis ninguna aportación puede desecharse, pero de ahí a permitir que el modelo Ryanair sea el líder en Palma media un trecho contra el que todos los actores turísticos de Mallorca deberían luchar.
Portal de América - Fuente: www.preferente.com