Los últimos “inventos” turísticos de los japoneses
Miércoles, 21 Septiembre 2011

Los últimos “inventos” turísticos de los japoneses

En el país de los ojos rasgados y de los hombres y mujeres de complejidad pequeña, bueno más pequeña que los occidentales, Japón, todo puede ocurrir. Quizás todo, no. Pero casi...todo, sí.

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      por  Enric Ribera

Entre los variopintos, ingeniosos y sucesivos inventos que se les viene ocurriendo tradicionalmente a los nipones hay que hacer mención, por originalidad, entre otros, un sostén para hombres musculosos con pectorales marcados; una almohada o cojín abrasador que consuela y cobija en la soledad; unas bufandas que permiten a las señoras mostrar las tetas al aire cuando hace frío; una especie de viagra destinada a todas las personas que no la necesiten y quieran pasar un rato “dulce” junto a su pareja; un licor que parece de leche, pero es alcohol; y un pie de apoyo para la siesta en el metro para cuando se llega cansado del trabajo y no se aguantan las ganas de dormir antes de llegar a casa.

Todo esto tiene el sello “made in Japan”. No se termina aquí el catálogo de inventos o de “excentricidades”. Hay para todos los gustos y apetencias. En materia turística existe una que está haciendo furor en la actualidad en el sector de la hotelería. Adivinan ¿cuál es? Pues nada más ni nada menos que los “love” hoteles. Sí, los hoteles del amor. Se preguntarán ¿de qué se trata esto de los hoteles del amor si ya lo conocemos a nivel mundial? Lo desvelo. No tienen la misma filosofía por los cuáles se han expandido por todo el mundo. Es diferente.

Los “love” hoteles de Tokio tienen otro concepto. Estos establecimientos no son los clásicos lugares de hospedaje con habitaciones disponibles para una hora, dos, tres…o para toda la noche, sino que presentan una originalidad (otra más de los japoneses) consistente en que a sus huéspedes les ofrecen originales disfraces para llevárselos a su habitación y auto sorprenderse con ellos en el momento de hacer el amor. La oferta es muy amplia y variada. Para todos los gustos. Se puede elegir entre decenas de disfraces.

Me sitúo por un momento en el lecho del amor, y me imagino cómo debe responder la mujer cuando se presenta ante el marido vestida de Caperucita frente a éste convertido en lobo. El ingenioso “animal” le debe decir a la dulce dama, ¡¡¡Qué te como!!! O, Adán y Eva: “come…come esta manzana del Paraíso”, debe exclamar el primer “hombre” que existió en la tierra a su pareja.

La fantasía no tiene límites en Japón. Así se desprende de lo que acontece cada día con más insistencia en este país. Tan solo es necesario creatividad e imaginación, como la que tiene también una cadena de franquicias niponas. Consiste en que ésta compra bragas, tangas e hilos “dentales” usados tal cual (sin lavar, condición “sine quanon”) a las mujeres que se presten a este negocio a un precio nada despreciable. Como si fuera un expendedor de bebidas o de tabaco, el cliente adquiere la unidad que más le gusta entre la oferta visible que se expone en la máquina expendedora, donde la empresa titular del negocio las ha retractilado en plástico, debiendo depositar (el comprador) su importe en la ranura de las monedas correspondiente.

¿Sorprendente, no? Pero hay más…mucho más, que en otras entregas las iré presentando. A este paso, los nipones nos enseñarán una nueva manera de concebir niños.

Portal de América - Fuente: www.boletin-turistico.com

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