Sólo para clásicos, las barras más emblemáticas de Buenos Aires
Jueves, 23 Junio 2011

Sólo para clásicos, las barras más emblemáticas de Buenos Aires

Para los que están cansados de los bares con barras minimalistas, donde todo es blanco o negro. No más música chill out, ni frozen daiquiris. Hay que volver a las fuentes y para ello es necesario sacar al pequeño dandy “old fashioned” que cada uno lleva adentro. Espacios de tragos y reflexiones con un encanto y una historia que los hacen únicos. Estas son las barras más old fashioned de Buenos Aires.

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por Luis Lahitte

Buenos Aires tiene sus barras clásicas, barras viriles donde reinan el roble y el mármol, barras que envidiarían los mismos Francis Scott Fitzgerald y Winston Churchill. Barras con una historia que trasciende el simple hecho de comer y beber. Estas son las barras en las que todo porteño con aires de bon vivant debe sentarse al menos una vez en su vida.

1. The New Brighton
Originalmente The New Brighton fue una sastrería de primer nivel. Luego, durante años, funcionó allí el famoso restaurante Clark’s. A la entrada se encuentra una majestuosa barra de cedro, con columnas de un fino trabajo de ebanistería rematadas por capiteles corintios de bronce. Arriba reinan las tres plumas de avestruz talladas, obsequio del Príncipe de Gales, casualmente, uno de los hombres más elegantes de su época. Por la tarde suena el piano de cola y se puebla de un público mayoritariamente masculino, con muchos sobrevivientes de la “city porteña” entrados en años que buscan acodarse a tomar scotch, sin prisas. En algunos casos se trata de viejos conocidos que utilizan el lugar como punto de reunión. Recomendable para nostálgicos de la “Belle Epoque”. Abre de lunes a sábados, de 8hs al cierre. (Sarmiento 645, Centro / T. 4322-1515)

2. Marriott Plaza
En 2006 la revista Forbes lo incluyó entre los nueve mejores bares de hotel del mundo. Es sobrio, elegante, con paredes pintadas de negro haciendo juego con el tapizado de los sillones. Otras características son los paneles de roble claro y una barra en ángulo recto forrada en capitoné bordó y taburetes de bronce. La discreción es la norma: no hay ventanas a fin de resguardar la intimidad de los clientes y las conversaciones son a media voz. Ideal para cerrar tratos o iniciar intrigas. El público es fiel y está ligado emocionalmente al bar. Los tragos más demandados son Dry Martini, Manhattan, Old Fashioned y Bloody Mary. Abre todos los días de 11 a 1 hs. (Florida 1005, Retiro / T. 4318-3000)

3. The Oak Bar
Al igual que Randolph Hearst en su castillo de San Simeon, California, Luis Duhau hizo traer paneles de boiserie de un castillo normando a fin de decorar su biblioteca. Ese salón hoy alberga al Oak Bar, cuya barra es nueva pero tiene derecho a reclamar la chapa de clásico. La chimenea de piedra y el esquinero donde se encontraba la caja fuerte (hoy dispenser de vinos) son otros dos activos del bar. La barra es físicamente pequeña pero sus fortalezas son los cocktails a base de cognac y la coctelería clásica aggiornada, como el Duhau Martini, a base de whisky single malt. También ofrecen una colección de maltas y una importante variedad de puros para disfrutar en los butacones tapizados en cuero. Desde el balcón se tiene una gran vista de los jardines del palacio. No es una barra para indigentes, ya que los tragos salen aproximadamente 60 pesos. Abre todos los días de 12.30 a 1hs. (Alvear 1661, Recoleta / T. 5171-1340)

4. Hotel Claridge
Espacioso y con un encantador aire demodé, parece un hotel bávaro, con tirantes en el techo, paneles de madera de petiribí y pesadas arañas de hierro forjado. La barra es enorme, de mucha categoría pero desafortunadamente su parte superior está forrada con un linóleo verde. Paola Zaragoza, formada con el mítico Oscar Chabrés y Emilio Figueroa, es la primera bartender del Claridge; la joven logró romper con la tradición machista de esta venerable institución. De sus manos salen innumerables preparaciones, pero los clientes se inclinan por el Dry Martini (trago insignia del lugar), el Negroni y el Manhattan. Como en todo hotel, hay muchos turistas pero también un buen contingente de habitués. Abre todos los días de 10 a 23.30hs. (Tucumán 535, Microcentro / T. 4314-7700)

5. Lobby Bar (Alvear Palace Hotel)
Techos altos rodeados de molduras doradas, columnas de mármol rematadas por capiteles de bronce, arañas y suntuosos cortinados son el marco de la barra sobre la que unos pocos “happy few” beben sus tragos. ¿Qué se puede beber? Desde champagne Krug o Cristal hasta vinos por copa (muy demandados por los turistas), tragos como el Alexander o el Long Island Ice Tea y café. Este último se prepara en una bruñida máquina rematada por un águila de bronce. Si bien el bar es frecuentado por hombres de negocios, diplomáticos y políticos, no es una barra social. Estos prefieren sentarse en las mesas a fin de conversar tranquilamente sobre sus asuntos particulares. Lo que sí abundan, sobre todo a partir de las 18, son los bebedores solitarios que hacen culto de la buena bebida, además de los huéspedes del hotel. Abre de lunes a viernes de 9. a 01 hs. Sábados y domingos 9 a 3hs. (Av. Alvear 1891, Recoleta / T. 4808-2960)

6. Bárbaro / Bar o Bar
El Barobar, declarado bar notable de la Ciudad de Buenos Aires, es para los porteños lo que La Palette a los parisinos: el punto de reunión de la movida artística y cultural de la ciudad. Por su barra han desfilado figuras de la talla de María Kodama, Alejandro Dolina, Moris, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y Eduardo Bergara Leumann. En este bar se fundó en 1961 la corriente llamada “Nueva Figuración”, de la mano de Luis Felipe Noé, Ernesto Deira, Jorge de la Vega y Rómulo Macció. La barra, que se conserva en muy buen estado era parte del inventario de a la vieja confitería Coopel Keller de la calle Lavalle. No todos los que se acodan sobre ella son artistas. Los días de semana, a partir de las 18 es frecuentada por un gremio más prosaico: abogados y empresarios que se juntan a libar cerveza, copetines y scotch. El maní, que se encuentra servido en barriles, es sin cargo. Abre de de lunes a sábados de 8hs. al cierre. (Tres Sargentos 415, Microcentro / T. 4311-6856)

7. Club Francés
Recién restaurada, la barra del Club Francés, aunque pequeña, es una de las más agradables de la ciudad. Se encuentra dentro de un petit hotel de estilo neoclásico que perteneció a la familia Vásquez Mansilla, que también aloja un restaurante. La barra, absolutamente señorial, está revestida en pluma de caoba de 120 años de una pulgada de espesor. En la trasera destaca una réplica del "Napoleón en la campaña de 1814", de Meissonier. Por sus taburetes han desfilado famosos dandies, clubmen, duelistas, políticos e industriales. Se suele ver una curiosa mezcla de gente joven, funcionarios de Cancillería, marinos y escritores. Allí se acostumbra a beber champagne, cognac, vinos y pastis. Abre de lunes a sábados mediodía y noche. (Rodriguez Peña 1832, Recoleta / T. 4815-7220)

8. Café de los Incas
Si de tomar whisky se trata, nada mejor que la barra del Café de los Incas. Y aunque no es tan antigua como otras, tiene el privilegio de contar con 270 etiquetas de whisky. En su barra de virapitá se reúnen auténticos connaisseurs, fanáticos del escocés. Miguel Ángel Reigosa, su dueño (presidente de la Whisky Malt Argentina), tiene el privilegio de ser el propietario de la colección privada de whisky más grande del mundo.  El bar, “very British” y de marcado estilo Tudor, contra todo lo que se pueda pensar, reúne un buen número de jóvenes y casi la cuarta parte de la clientela está compuesta por mujeres. La barra está a cargo de Verónica Tomaghelli (ex Faena). Abre todos los días de 9hs. al cierre. (Av. De los Incas 3909,Belgrano R / T. 4553-1727)

Portal de América - Fuente: www.planetajoy.com

 

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