Turismo Gastronómico y Patrimonio Cultural
Miércoles, 18 Mayo 2011

Turismo Gastronómico y Patrimonio Cultural

Actualmente la gastronomía como componente del viaje en el turismo, se encuentra en dos grandes vertientes: la primera como necesidad de alimentación complementaria del viaje como una necesidad fisiológica de sobrevivencia y la segunda como motivo principal del viaje por ser un modelo cultural completo que integra un atractivo turístico, que comprende como ha sido ya reconocido por la UNESCO: actividades agrarias, prácticas rituales (cocina cotidiana, festiva y ceremonial), conocimientos prácticos antiguos, técnicas culinarias, costumbres y modos de comportamiento comunitarios ancestrales.

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Esto ha llegado a ser posible gracias a la participación de la colectividad en toda la cadena alimentaria tradicional: desde la siembra, pesca, recogida de las cosechas con métodos de cultivo y procedimientos de preparación culinaria únicos en su género, hasta la preparación culinaria con uso de utensilios especiales como metates y morteros de piedra para la degustación de los manjares acompañado de bebidas tradicionales como el posh (que es un aguardiente indígena, puente entre el mundo material y espiritual del pueblo tzotzil en Zinacantan, Chiapas, México; que se prepara en pequeños alambiques o fogones caseros artesanales). Sus conocimientos y técnicas son una expresión de la identidad comunitaria y permiten fortalecer los vínculos sociales y consolidar el sentimiento de identidad a nivel nacional, regional y local.

La gastronomía es un elemento cultural que propicia la interacción social, el hecho de sentirse a gusto juntos, el placer de degustar manjares y bebidas, y la armonía entre los seres humanos y los productos de la naturaleza, habida cuenta de que las comidas en común son una piedra angular de las costumbres sociales ya que es una práctica social consuetudinaria que tiene por objeto celebrar los acontecimientos más importantes de la vida de personas y grupos, como nacimientos, matrimonios, cumpleaños, éxitos y reencuentros. Asimismo, está arraigada en una actitud de respeto hacia la tierra y la biodiversidad y garantiza la conservación y el desarrollo de actividades tradicionales y artesanales. Subraya la importancia que tiene para los que velan por una práctica viva de los ritos gastronómicos y los transmiten para su preservación, oralmente o por escrito, a las generaciones más jóvenes. La comida gastronómica contribuye al estrechamiento de los lazos familiares y amistosos, y en un plano más general refuerza los vínculos sociales.

La alimentación siempre ha sido parte fundamental en los viajes. Azambuja (1990:90) señala que la gastronomía está cobrando mayor importancia como un nuevo producto del turismo cultural. Las motivaciones principales se encuentran en la búsqueda de placer a través de la alimentación y el viaje pero dejando de lado lo estándar para favorecer a lo genuino. La búsqueda de las raíces culinarias y la forma de entender a la cultura de un lugar a través de su gastronomía se está popularizando a gran velocidad. La cocina tradicional está siendo cada vez más conocida como valioso componente del patrimonio intangible de los pueblos.

La gastronomía es considerada patrimonio cultural inmaterial de los pueblos y por mucho tiempo elemento complementario del viajero, . Muestra de esto es el hecho de que el ayuntamiento de Barcelona designase el año 2005-2006 como “el año de la Alimentación, la Cocina y la Gastronomía”; un año temático, gestionado precisamente, desde la promoción turística de la ciudad.

Según Regina G. Schlüter (SCHLÜTER, Regina G., 2006, Turismo y Patrimonio Gastronómico: Una perspectiva, CIET) una sociedad trasmite a través de la gastronomía sus particulares características culturales manifestando así su identidad. La dimensión social y cultural determinó que se le haya incorporado al patrimonio cultural. El uso que hace el turismo del patrimonio hizo que la gastronomía haya adquirido cada vez mayor importancia para promover un destino y captar corrientes turísticas con rutas gastronómicas que han desarrollado nichos de turismo especializado.

Lo anterior nos lleva a formular la hipótesis secundaria de que: “Existe un mercado alternativo, emergente y creciente de turistas gastronómicos que demandan mayores alternativas turísticas por el gusto de vivir una experiencia en el consumo de productos y servicios gastronómicos planificados que no se encuentran en su lugar de origen, hecho en sí mismo que motiva el traslado”. En países como España el turismo de masas ha tenido un gran auge. En el año 2009 el turismo gastronómico sumo 6 millones de visitantes. A pesar de esto los productos turísticos gastronómicos son desarrollados de manera improvisada sin fundamentación teórica científica y de manera utópica sin procesos de planificación y con bajos rendimientos por ser uno de los aspectos menos valorados y por ende estudiados hasta el momento por los científicos y especialistas del sector.

Portal de América - fuente: www.boletin-turistico.com

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