Artículo de The Wall Street Journal, sobre Brasil, traducido y publicado por portal argentino
Miércoles, 04 Mayo 2011

Artículo de The Wall Street Journal, sobre Brasil, traducido y publicado por portal argentino

Que el mundo es redondo y que como dijo el inmenso Facundo Cabral: "los que hoy están arriba, ya los voy a ver abajo", no quedan dudas. En la época del "dame dos", no podíamos viajar a Brasil sin alojarnos en un cinco estrellas tirando a seis. Hoy, una "caipira"cuesta una fortuna y todos lloramos la pérdida. La gran diferencia es como cada quien cuenta su dolor, veamos este caso.

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El precio del éxito de Brasil: caipirinhas de US$16

La gran razón es que la moneda de Brasil se ha disparado cerca de 40% contra el dólar en dos años. A ello hay que sumar una tasa de inflación de 6,4% y los paulistas están de pronto pagando el equivalente de US$15 para ver una película, más que los neoyorquinos. Esos precios reflejan la conversión de la moneda local, el real, a dólares.


Brasil ha aspirado durante generaciones a trepar al club de los países ricos del mundo. En un sentido, ese momento ha llegado: esta ciudad y otras como Rio de Janeiro están entre las más caras del mundo.

La gran razón es que la moneda de Brasil se ha disparado cerca de 40% contra el dólar en dos años. A ello hay que sumar una tasa de inflación de 6,4% y los paulistas están de pronto pagando el equivalente de US$15 para ver una película, más que los neoyorquinos.

Esos precios reflejan la conversión de la moneda local, el real, a dólares. Los brasileños que ganan salarios locales están mayormente protegidos de la variación cambiaria porque sus ingresos están subiendo respecto del dólar, pero ellos, también, están comenzando a sentir el aguijón inflacionario y una economía candente.

Aun así, suponen un cambio notable con respecto a menos de una década atrás cuando la tierra, los alquileres y la mano obra eran baratos en términos de dólares. Ello hizo que el país sudamericano volátil pero rico en recursos naturales fuera atractivo para inversionistas aventureros y un paraíso caluroso para turistas con presupuestos económicos. Pero un frenesí global de inversiones en Brasil —y otros mercados emergentes— están cambiando ello al hacer que la moneda se dispare.

Tras trepar a 1,57 por dólar esta semana, el real está cerca de un máximo de tres años, y Goldman Sachs dice que es probablemente la moneda más sobrevaluada del mundo.

El cambio tiene implicancias ominosas para la mayor economía de Latinoamérica, y es un cuento con moraleja para otros mercados emergentes. Conforme Brasil se vuelve más caro en términos de dólares, pierde la ventaja competitiva de una divisa débil en la economía global.

Los columnistas de diarios brasileños regularmente expresan inquietud sobre la "desindustrialización" a medida que una moneda fuerte resta competitividad a los fabricantes locales.

JBS SA, de Brasil, el mayor productor de carne vacuna del mundo, dice que está exportando menos desde Brasil porque muchos clientes internacionales ya no pueden pagar por cortes producidos en el país. Entretanto, están subiendo las exportaciones desde las plantas de JBS en Estados Unidos.

El problema es que Brasil se está haciendo tan caro como países ricos antes de que verdaderamente pueda competir con ellos. Convertido a dólares, los trabajadores brasileños están comenzando a ganar salarios del mundo desarrollado, aun cuando la productividad es menor.

Para firmas extranjeras, con frecuencia cuesta lo mismo o más hacer negocios en Brasil que en EE.UU., pese a que los negocios brasileños encaran desventajas por obstáculos como malos caminos, puertos deteriorados, apagones, alto grado de delincuencia y pesadas cargas impositivas.

Los altos precios en dólares son un contraste pasmoso en Brasil, un país aún pobre, donde millones de personas viven en asentamientos precarios en las afueras de las ciudades. Sus ingresos están comenzando a rezagarse con respecto a los saltos en los costos de alimentos, transporte y tierra, dijo Marcelo Neri, economista de la Fundación Getulio Vargas, un centro de estudios.

Los políticos brasileños no se rezagarán de los precios crecientes. En diciembre, el Congreso se dio a sí mismo un aumento salarial de 62% y los miembros ahora ganan el equivalente de más de US$210.000 al año, más que los US$174.000 que reciben sus pares estadounidenses.

Abundan los ejemplos de lo caro que se está poniendo Brasil. El precio de contratar ejecutivos para organizar los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio de Janeiro es mayor que para los juegos de Londres 2012, según Odgers Berndtson, la firma que realizó las contrataciones para ambos eventos. El costo del espacio para oficina en Rio de Janeiro es más caro en términos de dólares que en el centro de Manhattan, según la firma inmobiliaria Cushman & Wakefield.

La tendencia es quizá más evidente para los viajeros que llegan a Brasil con dólares en sus bolsillos. En estos días, los viajeros de negocios se conmiseran bebiendo caipirinhas de US$16 —la bebida nacional de Brasil— incrédulos de que una noche en el hotel Renaissance de Marriott en São Paulo puede costar casi 50% más de lo que cuesta la noche en el Renaissance de Manhattan.

"No recuerdo precios así en los 40 años que he estado cubriendo Brasil y viviendo allí", dijo el economista John Welch, que creció en ese país y visita São Paulo frecuentemente como economista para Brasil del banco de inversiones Macquarie Bank.

Para Welch, una pregunta clave es si algunos de los mayores precios de activos en Brasil reflejan la formación de burbujas de activos en el país.

Lidiar con los crecientes precios se ha vuelto un truculento dilema para el joven gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.

Brasil necesita altas tasas de interés para controlar la inflación. Pero subir las tasas puede sobrevaluar incluso más la moneda al atraer más inversión extranjera. El banco central brasileño subió las tasas de interés a 12% en abril, el tercer incremento este año.

La divisa brasileña se está fortaleciendo principalmente por buenas razones. La economía del país creció 7,5% el año pasado, atrayendo enormes flujos de inversión extranjera. Pero el país también recibe inversiones especulativas procedentes de países ricos como EE.UU., donde las tasas de interés están bajas, para beneficiarse de las tasas de Brasil, entre las más altas del mundo. Ello está haciendo subir el valor del real.

Portal de América - Publicado por: http://www.mdzol.com, citando como fuente a: The Wall Street Journal - Imagen: recetascocina.com.es

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