Agencias de viajes: ¿Intermediarias o productoras?
Jueves, 14 Abril 2011

Agencias de viajes: ¿Intermediarias o productoras?

Según el cristal con que se miren así será la respuesta. Si se miran con el cristal de lo turisperitos, las agencias sin intermediarias. A ellos les encanta la intermediación, parece como si, hablando de ella, entraran en éxtasis.

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La legislación española, también la europea, se  funda en la doctrina convencional y la doctrina convencional, la cual, como la escuela clásica de economía, no entiende correctamente los servicios.

Me explico. Como se sabe, los turisperitos sostienen que el turismo es un servicio. No atienden, lo cual es grave, a su propia visión del turismo. Si lo hicieran se percataría que no es un servicio sino un heterogéneo conjunto de servicios. Pero es que, además, también es un heterogéneo conjunto de bienes. Porque, si llaman turismo a lo que interesa a los turistas y conciben al turista como un consumidor (¿qué digo? ¡como el paradigma del consumidor!) practican en el sistema productivo del lugar un corte horizontal (ellos, muy suyos, lo llaman transversal, que es el adjetivo de moda), es decir, el turismo es, como ha dicho uno de ellos, una economía “en pequeño” en la que están “todos” los bienes y servicios de la economía “en grande”.

Lo sepan o no, les guste o no, lo reconozcan o no, el turismo concebido desde el consumidor (el turista) es cualitativamente lo mismo que el no turismo, porque los bienes y servicios que interesan a los no turista son los mismos que interesan a los residentes.

Pero, claro, como insisten (contra su propia visión) que el turismo es un servicio y como los servicios creen que no son productos (¿se acuerdan de cuando hubo ilusos que quisieron colarnos lo de servucto para distinguirlo a los servicios de los productos?, ¡como si los servicios no fueran también productos!) sostienen que el turismo no se produce sino que se intermedia.



La vigente ley de viajes combinados (¡vaya nombre! ¿por qué le llamarán así si lo que se combinan – conjugan, combinan o armonizan- son servicios) establece que “las agencias de viajes a menudo nos ofrecen la contratación de un viaje combinado que, por un precio global, combina, al menos, dos de los elementos siguientes para una estancia mínima de 24 horas:

·         Transporte en vehículo de motor.

·         Alojamiento

·         Otros servicios turísticos que representen una parte significativa del viaje combinado”

No cabe mayor disparate. Por una parte se establece que en el viaje combinado tiene que haber “al menos dos elementos” (¿por qué le llama “elementos”? ¿teme el legislador a la palabra “servicios” que más tarde usa? ¿Cuál de los tres que se cita: el transporte mecanizado, el alojamiento y los que llama “otros servicios” puede faltar? ¿ninguno de los tres es esencial?) Obviamente, la ley se basa en la doctrina convencional y por eso habría sido de esperar que se expresara con coherencia con ella. Debería haber dicho que los viajes combinados combinan dos servicios pudiendo pertenecer ambos parte a la llamada oferta básica o uno de ellos a la oferta básica y el otro a la llamada oferta complementaria.

Hemos hablado de las dos ofertas de servicios que contempla la doctrina convencional. Pues bien, cabe preguntarse a cual de las dos “ofertas turísticas” pertenecen las agencias de viaje, sean mayoristas, minoristas o mayoristas-minoristas. Porque lo más seguro es que no pertenezcan a ninguna. ¿Y por qué? ¿Es que las agencias de viajes no forman parte de la realidad del turismo? ¿es que no son empresas turísticas? Pues parece ser que no. ¿Y entonces qué son?, cabe volver a preguntar. Pues, parece ser que, lisa y llanamente, la doctrina convencional sitúa a las agencias de viajes en una especie de tierra de nadie, en la intermediación entre la oferta y la demanda, añadiendo que son “representantes de los demandantes”, una calificación ciertamente mostrenca ya que las agencias trabajan para los oferentes básicos.

Pero dejemos aquí las veleidades de la ley y de la doctrina convencional y digamos que si las agencias se viajes se miran con el cristal que vengo aconsejando desde hace casi un cuarto de siglo (¡ahí es nada!) habrá que responder que según de qué agencias de viajes estemos hablando porque unas son productoras y otras son intermediarias, intermediarias entre las productoras de turismo y los turistas y también intermediarias entre las empresas de servicios (incentivadores y facilitadores) y los turistas.



Las que la ley española llama agencias mayoristas la visión alternativa del turismo las considera productoras de turismo porque elabora planes de desplazamiento circular (o programas de visita, que tanto da) y venden sus fabricados a través de las agencias minoristas, que son exclusivamente intermediarias entre los turistas (los consumidores) y las mayoristas (a las que deberíamos llamar turoperadoras),y también entre los turistas y las empresas que prestan servicios incentivadores o facilitadores.



Mientras que las empresas turoperadoras cumplen la misma función que cumplen las industrias (transformar unas mercancías en otras diferentes), las agencias de viajes cumplen la misma función que cumplen los comercios (poner las mercancías a disposición de los consumidores). Pero, ¡ojo!, ambas trabajan con servicios (mercancías intangibles), no con bienes (mercancías tangibles). Las turoperadoras transforman los serviciosincentivadores y facilitadores en turismo. Las agencias de viajes venden servicios: el turismo producido por las turoperadoras y los servicios incentivadores y facilitadores producidos por las empresas correspondientes.



Las llamadas mayoristas-minoristas cumplen las dos funciones, la productora y la comercializadora o intermediaria. Son un híbrido absurdo que deberían desaparecer de la legislación si es que se quiere que sea clarificadora en vez de dedicarse a celebrar la ceremonia de la confusión.



Para mayor claridad: ¿es que las empresas transformadoras de bienes (siderurgia, del mueble, metalurgia, de electrodomésticos, etc.) son intermediarias? Porque estas industrias usan los productos producidos por otras como las turoperadoras usan los servicios que ellas no producen. ¿Por qué no se las clasifica como intermediarias? Por reducción al absurdo es obvio que las turoperadoras no son intermediarias sino transformadoras, es decir, industrias corrientes y molientes. Item más: ¿por qué los agentes de viajes son considerados por la ley como agentes dependientes? ¿es que las empresas industriales que compran materias primas y productos semielaborados tienen la consideración de agentes dependientes de sus proveedores? ¿Hasta cuando se va a seguir manteniendo la obsoleta teoría de que los servicios no son productos? ¿Es que no son elaborados por empresas mercantiles lo mismo que los bienes? Desde los economistas que llevaron a cabo la revolución neoclásica todo lo que es escaso y útil tiene un precio. ¿Qué hay servicios incentivadores del turismo que no parecen tenerlo? ¿Es que la distancia a la que se encuentran de la empresa turoperadora o del consumidor turista (autoproductor) no se comporta como un precio?



Si algún lector avezado me preguntaran por el lugar en el que se localizan las empresas turísticas (turoperadoras, pues no hay otras) le diría complacido: Interesante pregunta la suya. Porque las empresas productoras de servicios incentivadores se localizan en los lugares visitados. Lo mismo acontece con las empresas que producen servicios facilitadores. Pero con las empresas productoras de turismo la cosa está menos clara. Habitualmente las empresas que producen turismo están en los países en los que residen los consumidores (turistas) En Alemania hay grandes empresas productoras de turismo de ámbito transnacional. Lo mismo cabe decir de Suecia, Reino Unido o Francia. Incluso en España hay ya muy destacadas empresas productoras de turismo de alcance internacional. Pero no deja de ser curioso que casi siempre produzcan turismo con servicios incentivadores y facilitadores localizados fuera de los países en los que se ubican. Si embargo, nada se opone a que en los países convencional y erróneamente llamados “turísticos” se localicen empresas turísticas cuyos productos se obtengan con servicios incentivadores y facilitadores de esos países. No solo nada se opone sino que si estuvieran localizados en ellos cabe asegurar que sus productos serían más baratos y más creativos que los que se producen foráneamente. Además: sería entonces cuando se pudiera decir con verdad que esos países son indiscutidamente turísticos porque en ellos hay empresas turísticas, no solo empresas que las abastecen de servicios incentivadores y facilitadores.



Antes de terminar esta columna procede hacer algunas consideraciones oportunas. La inversión en empresas turísticas (¡ojo!, sólo las turoperadoras) vás más allá de adquirir/alquilar un local más o menos espaciosos dotado de las convencionales y las nuevas técnicas de las comunicaciones (NTC). No solo hay que tener un excelente dominio en la contratación de los diferentes servicios incentivadores y facilitadores. No basta con tener capacidad de negociación y aportar reconocida solvencia. No acaba el negocio en dotarse de las oportunas medidas de promoción, publicidad multimedia y de tener un buen asesoramiento de los expertos en marketing. Todo lo mencionado es necesario para que eche a andar una empresa turoperadora. Pero para que esa empresa sea creativa necesita haber dedicado años a conseguir un profundo conocimiento de los deseos de los consumidores para ofrecerles no solo el turismo trillado por la competencia sino el que tiene la capacidad de poner en el mercado aquel turismo que está agazapado en los consumidores y ni siquiera ellos han sido capaz de darles forma. Una turoperadora ha de ser fuertemente creativa en el diseño de sus productos turísticos. Debe imitar a las empresas transformadoras punteras en los demás sectores productivos. Solo así podrá abandonar la ruinosa competencia vía precios para competir en la exitosa gama de la novedad bajo la protección de una marca prestigiosa. Y para ello se necesitan muchos años de preparación (inversión invisible) y contar con profesionales de excelencia en el muy imprescindible pero también muy olvidado Departamento de Investigación y Desarrollo.

Portal de América - fuente: www.boletin-turistico.com - imagen: elblogsalmon.com

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