Viajar en Grupo
Lunes, 28 Marzo 2011

Viajar en Grupo

No tengo nada en contra de los que les gusta viajar en grupo. Quizá se pierde la calidad del silencio y algo de libertad, dejamos parte de nuestro yo de lado y, ya se sabe, en todo grupo siempre hay por lo menos un plomo.

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por Juan Bedoian

La salida compartida inhibe la aventura de vagar azarosa y solitariamente por un destino.

Pero los viajes en grupo pueden tener sus ventajas: 1) Aprendemos a compartir la cultura de otras gentes y acaso la enriquecemos porque alguien a tu lado vio lo que tú no viste 2) Quizá captamos mejor la sustancia de las cosas porque dejamos de ser nadie y aprendemos a ser alguien cuando descubrimos la complicidad, la sorpresa o la alegría de la banda, de tus compañeros o amigos 3) Es más difícil perderte en tierras extrañas si vas acompañado de alguien que termina siendo tu amigo y te ayuda a encontrar el hotel y acaso algunas cosas profundas de tu alma.

A lo largo de los años, he visto centenares de viajeros en grupos y el que más me enterneció fue un grupo de japoneses ciegos que tomaban un café en Via Véneto, una de las calles más emblemáticas de Roma. Estaban sentados a la mesa de un bar y flotaba en el aire una felicidad compartida ya que más allá de su ceguera los siete estaban compartiendo y viajando –a través de los otros sentidos– por los humores de la historia romana, sus aromas, sabores y caricias.

Hay grupos que terminan convirtiéndose en “sectas”, como la autodenominada Secta Fez, una humorada que inventamos los integrantes de un conjunto de agentes de viajes y periodistas argentinos que viajamos a Marruecos. Hubo tal empatía allí desde el principio que el viaje fue una continua celebración, el descubrimiento de la cultura árabe y del carácter de cada uno de nosotros.

Está también el grupo que suele reunirse en el “Hangar de los Cuervos” y que cada año viaja por mar o tierra con una camaradería y un sentido de placer capaz de convertir a la materia en algo espiritual.

Por supuesto que en todos los destinos recorridos la tipografía de esos grupos es casi interminable y reconoce todos los adjetivos. La imagen de 30 personas vestidas estrafalariamente siguiendo a un guía con banderita no es muy amable. Pero insisto en las ventajas del viaje grupal: el gozo de un destino se intensifica cuando es compartido; las dificultades, muchas veces, se atenúan. Y si te afecta la soledad, sabes que siempre hay alguien a tu lado con el que puedes contar.

fuente: clarin.com

imagen: http://viventura.es

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