El color del dinero
Viernes, 04 Marzo 2011

El color del dinero

Si Gadafi no se hubiera convertido en el enemigo público número 1, España seguiría vendiendo armamento a Libia y la Junta de Andalucía continuaría estudiando el proyecto del Lybian Foreign Bank de construir en la costa de Málaga 2.000 viviendas, un campo de golf y un palacio de congresos.

MINTUR 1250x115
SACRAMENTO radisson
TSTT-1250x115
SACRAMENTO - proasur
Arapey 1250x115
CIFFT 1250x115
MINTUR 1250x115 - B2


por Marga Albertí

El mundo seguiría mofándose de su cirujano estético y de sus estridentes trajes regionales, más anchos que largos, y las relaciones diplomáticas y comerciales, o simplemente comerciales, por no ser redundante, seguirían su curso. Pero impera un nuevo código de conducta desde que la revolución ha estallado en su país y a diferencia de lo ocurrido en Túnez y Egipto, donde Mubarak y Ben Ali se vieron literalmente empujados a huir, el excéntrico dictador libio no da su brazo a torcer.

¿Pero lo ha dado alguna vez?

Quien repase su biografía política no puede sorprenderse de su reacción de hoy. Desde que subió al poder en 1969 hasta finales de los 90 Gadafi se enfrentó sistemáticamente a los países occidentales.

Se le ha acusado durante décadas de patrocinar el terrorismo en terceros países, de estar detrás de atentados como la masacre de Munich y el derribo el avión de Pan Am, de desarrollar armas de destrucción masiva. Su perfil político nunca ha sido moderado, y sin embargo a finales de los 90 supo camuflarse lo suficiente como para admitir a petroleras extranjeras en territorio libio y las potencias occidentales lo “rehabilitaron”. Más bien él las rehabilitó a ellas.

En noviembre, hace apenas tres meses, un sonriente Zapatero en busca de inversiones estrechaba la mano en Trípoli a un Gadafi rejuvenecido y “fashion” -a lo libio- y los fotógrafos inmortalizaban el momento. Porque todo dictador es un socio comercial hasta que la revolución diga lo contrario.

Después está mal visto y hay que sancionarlo, embargarlo, bloquearlo. El oráculo predice que es cuestión de tiempo que la contribución de Gadafi al sector turístico español sea una realidad. El Lybian Foreign Bank solo tiene que saber esperar.

Es la historia del mundo.

fuente: preferente.com

imagen: espanaisrael.blogspot.com

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.