Turismo al azar
Miércoles, 02 Febrero 2011

Turismo al azar

Hay gente que le gusta planificar hasta el último detalle de su viaje. Pero también existe otro tipo de viajero que improvisa para no saber qué encontrará en su destino.

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Por eso, muchos están buscando nuevas formas de recorrer el mundo. Ya no basta con seguir al rebaño, y fotografiarse en los hitos turísticos archiconocidos que recomiendan las guías ni tomar el city tour tradicional que se ofrece en todos los lugares.

 

¿Qué opinaría si alguien lo invita comprar un paquete turístico sin saber cuál será el destino o a viajar deliberadamente con el mínimo de dinero posible para ver hasta dónde puede llegar?

Esas son algunas de las propuestas del llamado turismo experimental, que plantea el diario La Tercera de Chile, que busca que la experiencia de viaje sea, como lo dice su nombre, un experimento, un juego y una aventura determinada por el azar. Aquí, lo importante no es el lugar al que se va sino la manera de explorarlo, donde mientras más creativo se es, mejor.

La consigna principal es no repetir los preceptos tradicionales del turismo ni limitar el conocimiento de un destino a los espacios que la industria ha catalogado como de “interés turístico”.

El periodista Joël Henry fundó junto a dos amigos una organización no gubernamental llamada Laboratorio del Viaje Experimental, o Latourex. Y, desde entonces, Henry ha ideado una lista con más de cuarenta diferentes ejercicios de viajes experimentales, “en un afán seudocientífico para nada lucrativo”, según señala.

Estos “experimentos” de Latourex son bastante diversos y algunos muy curiosos.

Dentro de las modalidades de viajes experimentales podemos encontrar algunos como el denominado “Viaje anacrónico”, que consiste en viajar a un destino sólo utilizando un medio de transporte antiguo, como el tren a vapor o globo aerostático; el “Eroviaje”, que propone a la pareja visitar un destino pero viajando por separado hasta que lleguen a encontrarse en un punto de manera casual; el “Viaje numérico”, cuya idea es llegar a un destino utilizando como referencia un número determinado, como viajar siempre en el bus de las 12:00, alojarse en la habitación 212 o comer el plato n° 12 del menú, etc, o el “Viaje Monopoly”, en el que se utiliza el tablero de Monopoly de la ciudad que se visita como guía turística.

También hay algunos que no garantizan un resultado placentero como la denominada “Odisea burocrática”, que sugiere sumergirse en las oficinas administrativas de una ciudad como panorama… aquí hay para todos los gustos.

Con esto, lo que busca Henry es replicar en el turismo los ideales del posmodernismo y dadaísmo de la década del 1900, con reglas arbitrarias cuya intención es generar resultados inesperados.
Diversas agencias se han enfocado a ofrecer “paquetes experimentales”, como Disfrutalia (www.disfrutalia.com), aunque Henry ha sido enfático en señalar que para este tipo de experiencias no es necesario organizar nada, menos aún con una agencia de viajes.

Para los venezolanos, por las restricciones para la compra de divisas extranjeras, puede resultar más difícil hacerlo. Pero, puede adaptarse al turismo nacional o poner a prueba la creatividad estando afuera para tener una experiencia de viaje totalmente distinta.

fuente: Primera Clase/ilustración tomada de noneurosis.blogspot.com

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