Miami me vuelve Loco. Relato de una larga pasión
Lunes, 29 Noviembre 2010

Miami me vuelve Loco. Relato de una larga pasión

Primero fue “Paris je t’aime” de Maurice Chevallier, también Fank Sinatra cantó “I Love París” , aunque luego apareció el sencillo I Love New York e invadió el mundo de escarapelas, pegotines, jarras, T-Shirts y todo lo demás.

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por Pedro Pausanias

Ok., Paris y Nueva York, las amo, pero estoy loco por Miami.

Fue amor a primera vista.

Una vez le preguntaron a Mae West si creía en el amor a primera vista y respondió que si porque  “se gana tiempo”.

Llegué a Miami la primera vez, de madrugada, como casi siempre que se llega del sur.

A poco de salir, la tupida vegetación tropical se recortaba negra sobre un cielo rosáceo lleno de nubes oscuras y el calor húmedo me golpea y me acoge como cada vez que paso frente al cartel de Welcome to Miami.

Cuando llegué por primera vez y no existía eso del "early check in"  en seguida estaba frente a un ascensor del que salía una voz diciendo: "Sube, cuidado con  el escalón, aprete el botón de su piso". No había nadie adentro, no se veía quien hablaba, "debe haber un enanito" me dijo un compañero de viaje. “Piso quinto, cuidado con  el escalón, sube” seguía diciendo el enanito.

La habitación me dejó sin aliento.

El closet era más grande que el cuarto de mi casa, una alfombra de pared a pared, que después se llamaría moquette y estaría llena de ácaros, le daban mayor amplitud a la habitación y las maravillas seguían: de un ruidoso cajón salía un gratificante frío y la televisión era en colores. Yo no me acuerdo si en aquellos años acá éramos subdesarrollados, pero tanta novedad me deslumbró.

Luego no se que apreté y se corrió la cortina del ventanal, el gigantesco océano con todas las gamas de celestes y turquesas completó la faena, en menos de una hora estaba perdidamente enamorado de Miami.

Con los años Miami se encargó de mantener encendido el fuego de la pasión. Siempre hacía algo para enamorarme, y todavía  se empeña para ello.

Una vez vino a visitarme Manny Centeno, que era Director de Turismo de la ciudad. Traía folletos y películas de un proyectado Art Deco District, estaba loco, hacer eso en la zona más deprimida, y deprimente de Miami Beach. Hoy es el South Beach.

Otra vez buscando un local para alquilar en el centro el inmobiliario me dijo que frente al New Wolrd Tower - donde alquilé- había proyectada no se que cosa.
"Lo que inventan para engancharte...", pensé, recordando la advertencia de un amigo. Cuando terminé de mudarme, enfrente, el Bayside ya estaba funcionando...

Estaba en Miami cuando un gran Festival de arte terminaba, en medio de un estrepitoso fracaso. Lejos de reproches y lamentaciones un ejecutivo de la Ciudad declaró que no iban a descansar hasta que Miami fuese un centro cultural, parece que lo lograron.

Pero lo que más me gusta es ese cruce llamado MacArthur Causeway, que une la ciudad con lo playa, viajando de este a oeste me regala una de las vistas más hermosas que he podido apreciar en mi vida.

A la derecha el puerto engalanado por numerosos supercuceros, a la izquierda la Bahía Biscayne que atravesamos entre canales, islotes, islas privadas con tremendas residencias y culminando en Miami Beach y el inmenso océano.

Deberían hacer un sitio para poder detener el auto y contemplarlo.

Ese océano. Cuando lo miro me acuerdo de Cantinflas en la Bahía de Acapulco, otra vista sobrecogedora.

“¡Cuanta agua!” le dijo Lupita...
“¡Y la que hay debajo!...” respondió Cantinflas...

Portal de América

 

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