Mayas, revelación de un tiempo sin fin
Lunes, 30 Junio 2014 20:41

Mayas, revelación de un tiempo sin fin
Sólo unas cuantas naciones tienen el honor de contar en su haber con civilizaciones que han marcado el destino de la humanidad. México tiene el privilegio de poseer vestigios de la mayoría de las culturas precolombinas, cada una de ellas con su propio esplendor e importancia.
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por Vanessa Rubio Márquez*

No es arriesgado afirmar que, de entre todas ellas, la civilización maya es la que alcanzó un lugar preponderante, un sitio especial reservado a aquellas culturas que sorprenden por su arte, sus construcciones, sus adelantos científicos y sus predicciones astronómicas, que asombran a las generaciones que les contemplamos fascinadas a través de los siglos.

La civilización maya se extendió a lo largo del territorio que hoy ocupan México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, y construyó cientos de ciudades medias. Hoy podemos admirar Palenque, Uxmal, Calakmul, Tikal, Petén, Copán, Chichén Itzá, Tulum y Edzná, por nombrar unas cuantas, pero hay muchas otras que permanecen resguardadas por la selva tropical.

Pocos momentos en la arqueología pueden compararse con aquellos instantes en que, tras meses y años de ardua búsqueda, finalmente se produce un gran hallazgo. Mucho se ha escrito sobre los esfuerzos del arqueólogo británico Howard Carter y el histórico episodio en que, en 1923, descubre lo que será el mayor tesoro de las tumbas de los faraones egipcios. Carter narraba que tras remover los escombros de una serie de escalones hizo un pequeño agujero en la pared de lo que parecía una cámara funeraria e insertó su mano que sostenía una vela y vio, por primera vez, los tesoros que contenía la tumba del Rey Niño.

En nuestra América, en 1952, el director de documentos prehispánicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el arqueólogo Alberto Ruz, trabajó durante cuatro años para retirar los escombros que cubrían las escalinatas internas del majestuoso templo de las inscripciones en Palenque. Al igual que Carter, se deslizó por un estrecho espacio con la débil luz de las linternas de mano para encontrarse con la inmensa tapa de un sarcófago adornado con intrincadas y laboriosas inscripciones.

Días después, con ayuda de los gatos hidráulicos del ferrocarril de Chiapas, levantó la tapa del sarcófago que descubrió los restos de un entierro. Ruz tuvo el privilegio de mirar con sus ojos lo que el sacerdote maya había contemplado 500 años atrás.

¿Quién era el personaje que había merecido el honor de ser enterrado en una pirámide cuando en todas las civilizaciones mesoamericanas habían sido lugares de culto y adoración a los dioses? La sorpresa del grupo de arqueólogos fue mayor cuando, al interior de la tumba, encontraron un tesoro de cuentas y figurillas de jade cuidadosamente depositadas sobre el cuerpo de un pequeño hombre, el rey Pakal, sobre cuyo rostro reposaba una magnífica máscara funeraria, en este caso, elaborada de pequeños mosaicos de jade, concha y obsidiana, laboriosamente unidos hace varios siglos.

La cámara funeraria, sus objetos y ofrendas representan algunas de las piezas más finas del arte maya junto con las que se han encontrado recientemente en Calakmul. Muchos de ellos forman parte de la exposición “Mayas, revelación de un tiempo sin fin”, que se presenta en el Museo de la OCA, en Sao Paulo, en Brasil, para la admiración y gozo del pueblo brasileño y del viajero en esa hermana nación, en el marco de la Copa Mundial de Futbol 2014.

La exposición, curada por la doctora Mercedes de la Garza, es el evento cultural más importante que México ha presentado en Brasil. Conformada por más de 380 piezas emblemáticas es, además, la exposición más grande jamás organizada sobre esa gran civilización. La exposición, que ya fue presentada en Palacio Nacional, se exhibirá también en Francia antes de regresar a nuestra nación.

La magna muestra de la cultura maya es parte del programa de difusión cultural de México. Se estima que será visitada por más de 600 mil personas y estará abierta al público del 10 de junio al 24 de agosto.

Es difícil hacer justicia a la contribución que los mayas han hecho a la humanidad. Sobresalieron en agricultura, cerámica, escritura jeroglífica, el desarrollo de calendarios exactos, astronomía, matemáticas y nos dejaron como legado una cantidad sorprendente de magnífica arquitectura y arte simbólico.

También desarrollaron el concepto del número cero, mil años antes que lo hicieran las civilizaciones europeas. Para quienes gustan de las matemáticas, sabrán que cualquier número dividido entre cero da como resultado el infinito. Tal vez por eso los mayas lo destacaron y utilizaron tanto. Habla de un tiempo sin fin como el legado de los mayas, que hoy día está dispuesto a conmover y asombrar a los visitantes de esta magna exposición que México ofrece, en Brasil, al mundo entero.

*Subsecretaria para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México

Portal de América - Fuente: www.excelsior.com.mx

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