Las dos Españas en las que nos toca movernos
Viernes, 07 Febrero 2014 00:44

Cuando algunos de los mayores conglomerados empresariales o grupos turísticos del país como son los casos de Globalia, Barceló, Viajes El Corte Inglés y otros se ven forzados a aplicar a sus plantillas laborales EREs y ERTEs, choca haber escuchado al ministro Cristóbal Montoro expresarse con tanta frivolidad y en clara divergencia respecto de lo que días antes había declarado en Japón el presidente Mariano Rajoy acerca de que su gobierno había logrado una devaluación interna mediante la reducción de los salarios.
SACRAMENTO - proasur
CIFFT 1250x115
SACRAMENTO radisson
TSTT-1250x115
Arapey 1250x115
MINTUR 1250x115

por Pau Morata

El ministro Montoro tuvo la desfachatez de declarar que en España los salarios no solo no bajan sino que simplemente moderan su crecimiento. Al margen de que merecía haber sido destituido en el acto por llevar la contraria a su presidente, o es un incompetente o un caradura puesto que para él parece que no existen los recortes de sueldo o supresión de pagas extras, en el mejor de los casos. Las subidas moderadas de salario tal vez las haya en su entorno o entre los dirigentes de su partido y los consejeros de las empresas públicas que en su día privatizaron y de los bancos que sanean con dinero público.

La realidad estadística es que en España aumentan los pobres, disminuye la clase media y, en dirección opuesta, cada vez hay más millonarios y personas cercanas a serlo –son datos publicados- sin que hayan tenido que correr riesgos empresariales ni haber tenido que efectuar demasiado esfuerzo para engordar sus cuentas bancarias, las de aquí o/y las de Suiza y otros paraísos fiscales. Un panorama desolador, como también la deplorable actitud chulesca del banquero más agresivo del país sustentando por doquier que España va bien y que el dinero ahora llega –les llega- a espuertas, una vez empobrecido el país. Pero a pesar del discurso desmedido de banqueros y políticos de profesión que gobiernan España muchos empresarios se ven forzados a acogerse a concurso de acreedores, que luego suele pasar a posterior liquidación. Día tras día. Y sus propietarios y directivos pierden su patrimonio y sus empleados sus empleos y engrosan las cuantiosas listas de parados y desempleados.

Más claro el agua: aquí y ahora hay dos Españas y dos categorías de ciudadano: la de quienes se enriquecen en tiempos de crisis y la de quienes padecen la crisis por culpa ajena. Porque aquí desde hace un lustro solamente reciben ayuda las entidades financieras, las grandes constructoras y concesionarias, las oligopolistas empresas de energía y poco más. Y el saneamiento bancario o el energético se sigue haciendo a costa de muchas empresas no gigantescas y de los contribuyentes.

La crisis –la financiera- no ha acabado y, por ende, la económica. La recuperación real va para largo, por el excesivo endeudamiento público. El ministro Montoro “vende” lo contrario, a partir del frío dato macroeconómico del fin de la recesión como indicador técnico del PIB. Pero a nivel microeconómico, el sector empresarial está plagado de crisis -como las de Fagor, Panrico y otras- y de EREs y ERTEs, como los de las agencias de viajes mencionadas. Y desgraciadamente vendrán más a corto plazo.

Portal de América - Fuente: www.preferente.com

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.