El caso Pluna y los desmentidos mentirosos
Lunes, 30 Diciembre 2013 08:48

El caso Pluna y los desmentidos mentirosos
Análisis - Gabriel Pereyra. Desde el gobierno, antes que una autocrítica, prefieren ver en la información que se da, una actitud opositora de parte de quienes solo hacen su trabajo de informar
SACRAMENTO - proasur
Arapey 1250x115
MINTUR 1250x115
CIFFT 1250x115
SACRAMENTO radisson
TSTT-1250x115



Cuarenta años se demoró en saber que Mark Felt había sido el agente del FBI responsable de haber filtrado a los periodistas del Washington Post las informaciones sobre el caso Watergate que terminaron con la presidencia y la carrera política del presidente Richard Nixon. Y aún en su patíbulo político, Nixon seguía negando y negando. A los políticos se les da el mismo consejo que a los maridos o a las esposas infieles: nieguen hasta el final.

En estos días, como cada vez que se presenta una asunto conflictivo de interés público, los desmentidos están a la orden del día y con ellos la credibilidad de los actores públicos por un lado y de los medios por el otro.

Por citar solo algunos casos: cuando todos celebraban la dignidad con la que el exministro Fernando Lorenzo había renunciado a su cargo para enfrentar a la Justicia por el caso Pluna, El Observador informó que en realidad el exsecretario de Estado no se fue con tanta facilidad, sino que resistió un poco, que puso condiciones (el apoyo del presidente y del Frente Amplio) y que luego de unas negociaciones aceptó irse.

Están los que piensan que en la redacción, donde hay periodistas colorados, blancos, frenteamplistas e independientes (y que ante el más mínimo atisbo de complot podrían salir a divulgarlo por mil vías) se pudo armar un conciliábulo sobre cómo joder a Lorenzo. Y están los que saben cómo funcionan estas cosas. La primera versión no siempre es la correcta, o la exacta y como una lente haciendo foco se va ajustando, y al día siguiente un dirigente que no se pudo ubicar antes aparece y da una versión que antes no se tenía. Y la gente de Mujica, enojada con que el ministro se lleve todos los laureles y el presidente quede mal parado empieza a contar algo más parecido a la verdad y empieza a dar datos y esos datos se chequean con otros, no vaya a ser cosa que se trate de uns simple vendeta, y resulta que coinciden y se publica y la renuncia del ministro no fue como parecía. Y muchos enojados con el diario.

Y entonces sale Danilo Astori a decir que las cosas no son como El Observador lo informó. Cada vez que El Observador se ha equivocado y se lo han demostrado, ha publicado un desmetido. Acá está de un lado la versión de un diario y del otro la versión de dirigentes políticos sobre un asunto en el que un día presentaron a un señor que se llamaba Sánchez pero que en realidad se llamaba Calvo, que venía de Cosmo pero que era un mandadero de López Mena, que tenía un supuesto aval pero que ese aval para que fuese tal requería una llamada y un apoyo de jerarcas de gobierno, que había una empresa que nunca se enteró que iba a comprar aviones, o sea, dirigentes políticos que montaron una de las mentiras públicas más grandes de los últimos años. De un lado está su versión y de otro la de un diario, que se puede equivocar y que no se pretende dueño de la verdad. La gente elige a quien creerle.

Ahora está el tema de cómo es que en el gobierno sabían desde antes de que se emitieran los fallos judiciales que Lorenzo y el presidente del Brou, Fernando Calloia, iban a ser acusados por el fiscal. El Observador informó que lo sabían desde el jueves por boca del fiscal de Corte, Jorge Díaz. El semanario Búsqueda informó que lo sabían desde el miércoles por parte de “operadores judiciales de primer nivel” que le habían informado a Mujica.

Las chances no son muchas. A esa altura solo conocía los fallos el fiscal Juan Gómez. ¿Se lo pudo contar a su jefe Jorge Díaz? Hace unos minutos Díaz, a quien reconozco como un profesional y honorable en su trabajo y en el trato con la prensa (algo que no puedo decir de muchos gobernantes) se comunicó conmigo para decirme que él no es el responsable. En diálogo con el periodista Ignacio Álvarez planteó un asunto delicado que también los periodistas debemos comprender: “¿Ahora tengo que aclarar que no dije algo que no dije?”, se preguntó.

¿Pero suponiendo que lo fuera, alguien supone que un hombre público luego de haber cometido una falta se va a inmolar y decir, sí, hice lo que no debía? ¿Y si fue el fiscal Gómez? ¿Alguien piensa que va a cortar su carrera diciendo que le adelantó al gobierno los fallos?

Al propio Astori se le escapó en estas horas que por “trascendidos” se habían enterado de que habría procesamientos. O sea, nadie fue. Quizá se corporizó el gran bonete.

Hoy Brecha también informa que desde la Fiscalía se le adelantaron al gobierno los fallos. Al final Brecha es una especie de ente que frena las acusaciones de “operaciones de medios de la derecha”. He explicado muchas veces, y pongo a todos mis compañeros de testigos, que en este diario el director se entera al día siguiente de lo que sale publicado en sus páginas, cosas escritas por periodistas, reitero, colorados, blancos, frenteamplistas, independientes.

Esto es, en el fondo, una batalla de credibilidades. Cuando hay políticos y medios o periodistas, no se trata de otra cosa. En el caso Pluna había gente que iba por dinero, otra por poder, otra por solucionar un problema que pudiera luego presentarse como un logro político. ¿En qué iban los periodistas?, en lo mismo que puede ir un ciudadano más que se ve afectado por los cientos de millones que se han perdido con Pluna.

En suma, como dijera uno de los protagonistas del Watergate, Bob Woodward: “Los periodistas no son ángeles con alas que se arrojan sobre la sociedad para descubrir a los malos y someterles a juicio político. Sólo informamos, y en ningún momento hacemos política. La política la hacen los políticos. El periodismo es básicamente un trabajo técnico, no es un asunto erótico ni político”.

Portal de América - fuente: El Observador

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.