por Álvaro Alcocer, Preferente

Como contexto, cabe recordar que la media de edad de los aviones de Vueling es de 7,6 años, y la de Iberia Express, dado que el pedido es sólo de Airbus A320, ronda los 15 años, por lo que parece claro a quién le urge más renovar flota, y cuál de las dos es la que tiene un problema de costes que le impide ofertar mejores precios, lastrando consecuentemente sus resultados.

Pero parece que la rigidez de los convenios no termina de ser bien digerida entre los agresivos tiburones de la City londinense, que, no hay que olvidarlo, son los dueños de Iberia, pese a los esfuerzos de Willie Walsh por aplacar a los consejeros de IAG que pensaban que Iberia ya no aportaba mucho al holding.

La previsión de rentabilidad de Citi respecto al tercer trimestre de Iberia hizo aumentar el optimismo sobre el futuro de la compañía –ese porvenir, en hechos, se traduce en un pedido para renovar la flota de largo radio–, pero la ilusión en la compañía madrileña se ha disuelto como un azucarillo al comprobar la facilidad con la que han hecho en IAG un encargo para Vueling.

La decisión acontece justo cuando Vueling se ha integrado en IAG y justo cuando Josep Piqué ha dejado la presidencia de la low cost barcelonesa, por lo que en una semana puede decirse que se han puesto los cimientos del proyecto de Vueling a medio plazo –los aviones irán llegando hasta 2020–, dejando claras las responsabilidades ejecutivas y asegurando el material de vanguardia para competir en mejores condiciones que los rivales.

A Iberia le urge más una flota moderna, aunque parece probable que antes de ello tendría que ir asumiendo un modelo de aviación también más moderno, pues de otra forma pinta casi imposible convencer a los accionistas de IAG de que merece la pena invertir en flota, ya que el mercado, en este caso personificado por Templeton, Majedie o Black Rock, siempre marginará a su división que menos rédito le dé, y poco se preocupará de buscar a un presidente como recambio de por ejemplo Antonio Vázquez, mientras seguirá haciendo la vista gorda con el déficit de pensiones de BA.