por  Lluis Mesalles

La industria del turismo ha sabido adaptarse a los nuevos escenarios, acostumbrada a circular entre paises y culturas diferentes, con reglamentaciones de todo tipo. Porque los gobernantes no aprenden del turismo? El turismo les puede enseñar mucho.

Principalmente hay dos recientes innovaciones, que posiblemente sin proponerselo, han seguido la linea del reengineering. Dos novedosas filosofías han movido los pilares de la industria, causando una gran transformación en los mercados turísticos, aceptadas e imposibles de desconocer de ahora en adelante. El low cost y el todo incluido.

El transporte low cost (mal traducido bajo coste) se ubica en el segmento de las bajas tarifas, gracias a la aplicación de dos principios fundamentales. Eliminación de tiempos muertos, y reducción de servicios no imprescindibles. Hoy, los costos son similares para todas las aerolineas. La unica diferencia importante es la eficiencia en el tiempo, un elemento que no podemos conservar en ningun almacén o nevera. En las aerolineas low cost, los aviones solo permanecen en tierra (cuando no producen, pero gastan) los minutos necesarios, y reemprenden vuelo sin demora, siempre cargados al 100% de pasajeros. A bordo no se ofrece ni prensa, ni aperitivos gratuitos, elementos que contribuyen a ensuciar el avion, e obligan a un mayor tiempo de limpieza, que resulta en más tiempo en tierra.

Los gobernantes deberían aprender de estas sencillas técnicas, transformandose en gobiernos low cost. Los clientes de un gobierno, sus ciudadanos, apreciamos desde el exterior, la cantidad de incongruencias y duplicidades que son evidentes en casi todos los estamentos oficiales. Todos sabemos de ciudades donde coexisten dos y hasta tres autoridades de turismo. La municipal, la comarcal, y la provincial. Cada uno imprime sus folletos, inventa logotipos y llamativos eslogans para atraer visitantes a un mismo lugar.

Otro aspecto son los servicios que podrian externalizarse. Uno de ellos, relacionado con el turismo, es el de los autobuses que hacen recorridos turisticos por las ciudades. En algunos lugares coexisten servicios privados y publicos. Los privados sobreviven pendientes del hilo de los concursos y licencias que se pelean regularmente. Tienen que luchar con sus equivalentes publicos, que se consideran propietarios de la ciudad, y por consecuencia, de todos los servicios.

Pero lo mas divertido es cuando diferentes niveles de autoridad oficial compiten entre ellos, en ofrecer servicios complementarios a la ciudadanía. Si se pusieran de acuerdo podrían fusionarse, siendo así mucho más eficientes, y menos caros para el bolsillo de los ciudadanos. Cuantas oficinas quedarían inútiles, cuantos funcionarios podrían dedicarse a trabajar y producir, en lugar de ocupar sus becas en la dulce espera del fin de mes.

Hasta cuando vamos a quedar los ciudadanos esperando que nuestros gobiernos se ocupen de las cosas que realmente nos preocupan, y se olviden de protegerse mutuamente, para asegurar la perduración de sus tribus.

Otro dia escribiremos sobre el todo incluido.

Cuestión de sentido común y de saber sumar y restar.

Portal de América - Fuente: www.boletin-turistico.com