por José Luis Rivero

En la Gran Canaria turística gobierna sin discusión alguna desde hace unos cuantos lustros el empresario López. Ya antes de hacerse hotelero, cuando era prominente promotor inmobiliario, López Sánchez tenía bastante mando en plaza, tanto o más que ahora con los “populares”.

Eustasio López es un poder fáctico local, ‘il capo de tutti le capi’, dicho sea con todos los respetos y sin analogía malintencionada. Es algo así como Gaspart en Barcelona, como los Llull y Bauzá en la costa este mallorquina o como los Rainieri en Punta Cana. Nadie les rechista en sus zonas.

El Oasis Maspalomas está ajado y los Riu pretendían derribarlo para hacer un establecimiento totalmente nuevo. No era la primera vez que la cadena hotelera balear derribaba un hotel para edificar otro más moderno y de más calidad en su mismo lugar, tal cual hicieron en Bávaro.

Pero esta pretensión de los Riu nunca fue del agrado del vecino Lopesan: ruido de obras, polvos, lodos y, por si fuera poco, doble competencia (un hotel más moderno a su vera y encima propiedad del socio del “enemigo TUI”). Así que a luchar contra él desde todos los frentes. Y ha ganado.

¿Una victoria en buena lid? Más bien entre esperpéntica y opaca. La decisión final de esta batalla jurídica dependía del Cabildo de Gran Canaria. Una institución gobernada por el PP y que ha estado mareando la perdiz durante meses porque no encontraba resquicio legal para pronunciarse.

Hasta que a Bravo de Laguna, presidente del Cabildo, se le encendió la bombilla y echó mano de Cristóbal Colón. Según el político pepero, el descubridor de América pasó por Maspalomas y en el lugar donde esta el Oasis colocó sus aposentos camino del nuevo continente. Por tanto, un sitio sagrado.

En definitiva, que en el lugar del litigio no se puede construir. De hacerlo, se atentaría contra un patrimonio histórico monumental. Algo así como las pirámides de Egipto, aún más protegidas que las de Güimar. Colón descubrió América y De Laguna el huevo de Colón en San Bartolomé.

El sainete no da más de sí porque los Riu son discretos, sumamente reservados, poco dados a las conspiraciones mediáticas y nada polémicos. Son líderes en plazas hoteleras en las Canarias, pero no son un poder fáctico precisamente por ser de perfil bajo. Todo lo contrario que Lopesan. Bravo.

Portal de América - Fuente: www.preferente.com