Gabriel Pereyra: "El aval es un capítulo de la gran novela que el gobierno intentó vendernos"
Martes, 11 Diciembre 2012 16:26

Gabriel Pereyra: "El aval es un capítulo de la gran novela que el gobierno intentó vendernos"
El periodista Gabriel Pereyra, editor jefe del diario El Observador de Montevideo, en su columna de opinión se refiere al tema de actualidad con una óptica muy especial. En broma y creemos que a esta altura bastante en serio (porque los tenemos patilludos) nuestros amigos nos recriminan que reiteramos demasiado seguido "nosotros ya lo dijimos o lo escribimos" y tienen razón, pero...nosotros también, de lo contrario, analicen con detenimiento lo que dice el colega.
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Pluna y la gran maniobra de la que ya casi ni se habla


por Gabriel Pereyra @gabrielhpereyra

Lo del aval ha centrado la información mientras que se aleja en el tiempo y la memoria el origen de este asunto: el intento de engañarnos a todos. Cada hora que pasa aparece un nuevo error (¿irregularidad? ¿ilegalidad?) en torno al aval que el Estado le aceptó a la empresa Cosmo para presentarse a la subasta de 7 aviones de la exPluna.

Que se lo aceptaron a una aseguradora cuyo patrimonio es menor que el monto a avalar; que lo hicieron a favor del Ministerio de Economía y no del Fideicomiso que hubiera sido lo correcto; que le pusieron fianza en vez de aval lo cual no es lo mismo; que hicieron dos, uno por un monto y otro por otro; que pusieron como dirección la propia sede del Banco República; y siguen firmas.

Al final, este asunto del aval puede ser el que le termine causando consecuencias judiciales a miembros del gobierno y en particular a los integrantes del equipo económico. Marearon, dijeron medias verdades, mentiras enteras.

Lo del aval no tiene por ningún lado apariencia de haber sido hecho con intenciones delictivas, de que alguien se hubiera querido quedar con alguna moneda ajena. En modo alguno alguien puede señalarle eso a algún miembro del gobierno porque no hay ni un dato que así lo indique. Ello no implica que termine con consecuencias legales.

Pero lo del aval es tan desprolijo como puntual, y la abundancia de información en torno al punto está haciendo alejar en el tiempo y en la memoria otro aspecto más global y profundo aunque no vaya a terminar en la justicia.

Se trata de la gran maniobra que el gobierno montó en torno a la subasta. Si lo del aval terminó mal por apuro e improvisación es porque se trata apenas de un capítulo de la gran novela que el gobierno intentó vendernos a todos.

Intentó vendernos que se suspendía la primera subasta porque había nuevos interesados, cuando en realidad no tenían ni a uno.

Intentó vendernos que Cosmo apareció como por arte de magia cuando la había traído el empresario Juan Carlos López Mena por pedido del presidente José Mujica.

Intentó vendernos que los aviones se iban a ir cuando todo indica que parte del acuerdo era que López Mena pensaba en alquilarlos, así quedaban en el país y se solucionaban otros daños colaterales del cierre de Pluna como las fuentes laborales.

Intentó vendernos la expectativa de aquella subasta cuando todos en el gobierno sabían que había un solo oferente, el que trajo López Mena, uno de los dos titiriteros en la sombra de esta gran novela.

El otro fue el presidente Mujica. Fue el presidente que le pidió una y otra vez a López Mena que trajera a alguien. “Lo llamaba a cualquier hora”, contó un allegado al empresario.

Luego fue el presidente el que les pidió a los miembros del equipo económico que hicieran lo posible por cerrar los capítulos de esta novela que se había comenzado a escribir en los pasillos del poder. Y allá fue el ministro Lorenzo a almorzar con López Mena y con Sánchez Calvo el representante de Cosmo para quedar estampado en una foto que hará época y que es una postal de todo esto que intentaron tapar.

En suma: el gobierno, seguramente tratando de hacer lo mejor, nos intentó engañar a todos con aquella puesta en escena. Pero algo salió mal. Ahora algunos de ellos desfilan por los juzgados. Incluso si alguno llega a ser procesado, a los efectos de la gestión de gobierno no sería lo más grave. Lo más grave es que se haya intentado apelar a la mentira institucionalizada para solucionar un asunto que después de todo, el propio gobierno había creado, porque la pregunta que muchos se deben estar haciendo hoy es ¿para qué cuernos cerraron Pluna?

Portal de América

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