¿Cuál iba a ser el final de Pluna?
Domingo, 18 Noviembre 2012 19:17

¿Cuál iba a ser el final de Pluna?
El gobierno parece considerarse liberado de explicar a la sociedad qué se proponía hacer con el sainete de la subasta de Pluna. Tejió una burda patraña, que duró menos que un lirio y presentaba más agujeros que un gruyere, y luego se encerró en un mutismo irritante, en franco desprecio a la inteligencia, el sentido común y el derecho a estar informado de los habitantes de este país de qué es lo que se hace con los impuestos que pagan.
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¿Qué hubiera pasado si nadie hubiera investigado nada de lo que ocurrió tras la subasta del pasado 1° de octubre? El guión oficial -que no se sabe quien lo escribió- aparentemente iba por los siguientes caminos:

1) Se inicia la subasta y hay un oferente: se trata de la empresa española Cosmo, dedicada a organizar vuelos charter y que a través "del caballero de la derecha" que dice ser su vicepresidente y firma como Antonio Sánchez, se baja el martillo en siete minutos, dos más que los que había pronosticado el presidente Mujica con bastante anticipación.

2) Cosmo había recibido el aval del Banco República por US$ 13, 6 millones en una operación relámpago que respaldó exclusivamente su presidente, Fernando Calloia, dos horas después de una llamada telefónica del ministro de Economía.

3) Surgían algunas dudas de cómo se iban a trasladar los siete Bombardier de Pluna hasta Madrid, dado que su autonomía de vuelo (cuatro horas) obligaba a recargar combustible en tres ocasiones antes de llegar, incluido un pasaje por la isla Ascensión, un lugar donde no bajan ni las gaviotas porque es un búnquer aéreo británico-estadounidense en medio del Océano Atlántico de solo 91 kilómetros cuadrados. Llevarlos por barco, implicaba alquilar un portaaviones.

4) El ministro de Transporte, Enrique Pintado realizó una conferencia de prensa, pero sin admitir preguntas. Allí se limitó a informar el resultado de la subasta y con aire triunfalista anunció que "se terminaron las especulaciones, hoy hay un hecho incontrastable. Se cumplió una etapa y comienza otra". Defendió la subasta por ser una herramienta "válida por su transparencia". Y remató con un "los uruguayos tenemos que sentirnos todos orgullosos por nuestra capacidad colectiva de transformar situaciones críticas en oportunidades para cambiar y mejorar el país". Amén.

5) Al día siguiente Cosmo, a través de su página web (en construcción) anunció que los aviones irían a Europa "para ampliar sus operaciones de vuelos charter".

6) Cuarenta y ocho horas después, se produce el giro. López Mena entra en escena y ofrece a Cosmo arrendar los aviones. Su plan de negocio suponía un alquiler mensual por los siete aviones de US$ 500.000 y por cinco años. Partiendo de la base de que Cosmo debía pagar en 30 días US$ 137 millones al Scotiabank, la operación significaba una negociación de pago a unos 23 años, sin intereses.

7) Los medios de prensa empezaron a dar a conocer el resultado de sus investigaciones y poco a poco se vio que la realidad no tenía nada que ver con el "relato oficial". Era demasiado inconsistente. Se supo que el aval de Cosmo no había sido aprobado por el Directorio del Banco República y el Partido Nacional -ante la manifiesta molestia de Mujica- anunció su intención de interpelar a los ministros de Economía y Transporte.

El resto es conocido, la operación fue un rotundo fracaso. Los aviones no vuelan, la conectividad se ha perdido y el fiscal del Crimen Organizado, Juan Gómez, inició de oficio una investigación ante la jueza en la materia, Adriana de los Santos, sobre este episodio.

Ahora bien, y tras la descripción de los hechos, volvemos a la pregunta inicial: ¿qué hubiera pasado si lo periodistas de este país y la sociedad en general, fueran unos nabos y se tragaran el verso oficial sin investigar nada? ¿A quién se quería beneficiar con esta teatralización absurda? ¿Por qué? ¿Quién montó este tinglado? ¿Quién habría asumido la deuda por los aviones (el capital de Cosmo no le daba ni para pagar la mitad de uno)? ¿Había relación porque el aval de Cosmo era de una aseguradora perteneciente al grupo empresarial de López Mena ("Los Cipreses")? Y, sobre todo, ¿cuál fue el papel de las principales jerarquías del país, del presidente Mujica, del vicepresidente Astori y de los ministros Lorenzo y Pintado?

En pocas palabras, nos gustaría conocer cuál era el final de Pluna en el libreto original escrito con el dinero de los uruguayos y quién fue su autor.

Artículo editorial de El País Digital

Portal de América

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