Sectores desequilibrados
Miércoles, 31 Octubre 2012 19:55

Sectores desequilibrados
Afortunadamente para mí no tengo responsabilidades en la orientación de la política económica de ningún país. Eso me da la oportunidad de opinar libremente sobre las actuaciones de los demás, y criticarlas con total sinceridad ya que no correré el riesgo de que alguien me haga aplicar mis opiniones. Entiendo pues a los valientes políticos que no tienen más remedio que poner en práctica sus ideas, a menudo fruto de sensaciones y corazonadas basadas en razonamientos más teóricos que comprobados.
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por  Lluis Mesalles

En estos tiempos de crisis, todos nos sentimos como economistas de talla mundial, expertos en explicar porque las cosas no han funcionado, pero poco claros en el momento de proponer soluciones creíbles, que no dependan únicamente de la fe ciega de los afectados.

Se me ocurre la reflexión de que en este momento, en toda Europa, estamos viviendo en un escenario de batalla entre dos flancos antagonizados. En teoría ambos flancos deberían trabajar el uno para el otro, pero la práctica demuestra que están acostumbrados ambos a vivir el uno del otro. El ejército del mundo privado ha sido acostumbrado a vivir de becas, prebendas y subvenciones que el ejército del mundo público va anunciando y, algunas veces otorgando. Esto ha llevado a una atenuación del equipo privado, cada día más dependiente del crecimiento voraz del equipo público.

En la batalla actual, el mundo público se cree poseedor de la piedra económica filosofal, y trata de arrinconar y exprimir al mundo privado de todas sus posibilidades y capitales. Está de moda decir que los privados solo quieren enriquecerse mientras que los públicos solo quieren servir a los países. El bando de los privados necesita ser controlado, porque si se le suelta, suele hacer barbaridades y abusos que perjudican al ciudadano a todos los niveles.

Lo que lo público no quiere entender es que solo puede vivir de lo que produzca el privado, único capaz de generar economía . Si el privado no genera ingresos, empleo e impuestos, el público fracasa y no llegará a disponer de fondos con que poder aplicar sus buenas intenciones a los países. Cuando el privado se siente acorralado por la presión de lo público, pasa a la situación de hibernación y subsistencia de mínimos. A menos que el panorama cambie, se mantendrá así, a la espera de tiempos mejores. O a lo peor, se traslada a otros mercados más propicios, sin la menor crisis de conciencia. Sobrevivir es lo primero.

Esto me recuerda una antigua teoría familiar. Todos los años, en primavera, procede en cada casa hacer una limpieza profunda (spring cleaning). Toda la familia se dedica a mover todos los muebles, limpiar armarios y cajones, reparar fugas, remendar cortinas, voltear colchones y en general hacer lo necesario para dar un nuevo año de vida al hogar.

PERO, mientras esto se hace, siempre queda alguien (la abuela) que se preocupa de hacer la comida, para que no se pierda el ritmo y la familia agotada, pueda reponer fuerzas y sentirse de nuevo feliz de empezar un nuevo periodo anual de vida.

Esta es mi recomendación para el momento actual. Y si alguien no está de acuerdo, para ello tengo mi facebook.
A Dios rogando y con el mazo dando.

Portal de América - Fuente: www.boletin-turistico.com

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