por Rosendo Duarte

La belleza de los Saltos del Guairá solo queda en el recuerdo de los afortunados que pudieron apreciarla antes de su desaparición con la construcción de la hidroeléctrica de la Itaipú Binacional. Era una maravilla del mundo.

Salto del Guairá

Esta ciudad se erige hoy como la nueva meca del comercio fronterizo de Paraguay, gracias a las inversiones privadas que atrajo por su estratégica ubicación geográfica, frente a dos poderosos estados brasileños: Paraná y Mato Grosso do Sul. Es el único distrito que al mismo tiempo comparte con Brasil una amplia frontera seca (Mato Grosso do Sul) y una frontera húmeda (estado de Paraná).

La necesidad de encontrar un punto virgen para seguir metiendo productos importados de China, Japón y EE.UU. desde Paraguay al Brasil fue el otro factor que provocó un desenfrenado crecimiento, con miles de tiendas, decenas de galerías comerciales y modernos shoppings que empezaron a surgir hace unos siete años.

Los inversionistas en su mayoría son árabes, chinos y coreanos de Ciudad del Este, que ante los graves problemas en el cruce fronterizo en la capital altoparanaense, encontraron en Salto del Guairá una fabulosa alternativa para escapar del conflictivo cruce del puente de la amistad.

Una ciudad dichosa

Lo que pocos saben es que Salto del Guairá nació en medio de una dichosa naturaleza que le aseguraba un destino fabuloso. Sin embargo, su buena suerte fue abruptamente descabezada por el nacimiento de la mayor hidroeléctrica del mundo: Itaipú Binacional.

Antes de Itaipú, los Saltos del Guairá ya eran visitados por miles de personas, lo que dejaba ingentes ganancias a los pobladores de la zona. Muchos conocedores de la fuerza del turismo creen que, de existir hasta hoy día las Siete Caídas, probablemente producirían más recursos para el país que la propia hidroeléctrica de Itaipú.

Los Saltos del Guairá o Sete Quedas, compartidas por Salto del Guairá (Paraguay) y Guaíra (Brasil), fueron inundados por el lago que se formó con la construcción de la represa de Itaipú. En octubre de 1982 las cascadas más torrentosas del mundo desaparecieron por completo.

Injusticia

Según el exdirector paraguayo de Itaipú, Gustavo Codas, la segunda gran injusticia cometida con Salto del Guairá, tras acabar con sus cataratas, fue no haber incluido los recursos para su transformación o resarcimiento, dentro del presupuesto general del proyecto Itaipú, como sí se logró en el plan Yacyretá con Encarnación.

Compensación

Tanto el expresidente Fernando Lugo como el actual mandatario, Federico Franco, han sostenido en su momento que existe una deuda histórica con Salto del Guairá, que dio todo a cambio de nada para que Itaipú pudiera nacer. Ambos señalaron que Salto se merece un justo resarcimiento.

Pero los lindos discursos distan mucho de la realidad. En el año 2011 fue presentado en el Congreso el primer proyecto de compensación por los Saltos, y terminó siendo aprobado, con varias modificaciones, en abril de este año.

El proyecto original, patrocinado por el diputado de Canindeyú, Herminio Dávalos (ANR), solicitaba el 5% de los recursos que recibe el Paraguay por cesión de energía al Brasil, por tiempo indeterminado.

Sin embargo, la ley terminó siendo aprobada con un 3% y limitado a tres años de vigencia. Considerando que los recursos en dicho concepto llegan a alrededor de US$ 360 millones al año, corresponde a Salto del Guairá unos US$ 10.800.000 al año.

Complicaciones

El Ministerio de Hacienda, inmediatamente tras recibir la nueva ley, inició las transferencias. Pero lejos de cumplir con la letra y el espíritu de la ley, pretendió entregar al Municipio menos del 30% del monto correspondiente. El caso fue analizado por la Abogacía y la Procuraduría de la República, para confirmar que Salto debe recibir US$ 10.800.000 anuales.

En setiembre fue aprobada la Ley del Fondo Nacional de Inversiones y Desarrollo (Fonacide), que embarró el panorama sobre la compensación para Salto. La ley distribuye los mismos recursos (fondo por sesión de energía al Brasil) del que debería salir el dinero para Salto del Guairá.

Los parlamentarios se olvidaron de dejar fuera del Fonacide el 3% que ya destinaron con una ley anterior, y terminaron distribuyendo el 100% de los recursos.

“Nosotros estamos peleando y vamos a pelear hasta el final para que se respete en el presupuesto lo que nos corresponde por ley. Si fuera el caso, llegaremos hasta la Corte Suprema”, sostuvo el proyectista de la compensación, el disputado Herminio Dávalos.

En Salto del Guairá existe la plena convicción de que debe haber un resarcimiento permanente por los daños causados a la ciudad con la inundación de sus cataratas, que no solo coartó el progreso seguro de la ciudad, sino además sepultó para siempre una de las maravillas naturales del mundo.

Portal de América - Fuente: www.abc.com.py